DÉJÀ VU COVID-19

El Gobierno arma una comisión para calmar al ala ultra de JxC

Invita a la oposición a seguir la gestión de la pandemia desde el Congreso. Busca encarrilar la relación en medio de la escalada de contagios. La encrucijada.

Golpeado por el clima sombrío que marca la segunda ola de Covid-19 en Argentina, con récord de contagiados y un plan de vacunación que avanza según una disponibilidad mundial escasa, el Gobierno intenta encaminar el clima político y le abre el juego a la oposición con el armado de una comisión de seguimiento de la pandemia en el Congreso que ya genera amores y rechazos.

 

El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, llevó el planteo el jueves a la reunión que mantuvo con los presidentes de los bloques de la oposición en la Cámara de Diputados, de la que salió un principio de acuerdo por la postergación de las elecciones. Por indicación del presidente Alberto Fernández, De Pedro propuso el armado de una comisión bicameral de seguimiento de la pandemia, integrada por las distintas fuerzas con representación en el Congreso, que le pueda dar a la oposición la participación en la materia que viene reclamando desde el primer día.

 

“Está pensada para monitorear y analizar los distintos indicadores de salud y también las acciones con el Comité Operativo de Emergencia (COE)”, apuntó el Ministerio del Interior. Pero, más allá de las eventuales funciones formales, la conformación de la comisión es un intento del Gobierno por involucrar a la oposición, con datos abiertos y certeros, para que el debate por la pandemia se pueda celebrar “dentro de un marco de racionalidad”.

 

El marco es complejo. Este lunes, en la Casa Rosada señalaban como ejemplo negativo la declaración de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que se dedicó a apuntar contra la vacuna china de Sinopharm. “Expliquen por qué no compraron la vacuna de Pfizer, pero sí cuatro millones de la china, que inmuniza a medias. ¿A esto llaman cuidar a los argentinos?”, escribió Bullrich en su cuenta de Twitter.

 

Con esa frase, la presidenta del PRO se montó sobre noticias que circularon en las últimas horas sobre la efectividad de las vacunas chinas y que intentó establecer una confusión entre las marcas Sinopharm y Sinovac. La vacuna de Sinovac es la que utilizó Chile de manera masiva en su campaña y que, según estudios científicos, brinda un 3% de protección con la primera dosis y alcanza un 56,55 con la segunda. En tanto, la de Sinopharm, que se utiliza en Argentina, tiene una eficacia del 79,34% con dos dosis.

 

“La Ciudad aplicó la vacuna de Sinopharm. Entonces, ¿por qué le dejan decir eso a Bullrich? La oposición tiene ese problema. La agenda se la marca Bullrich y no Horacio Rodríguez Larreta ”, se fastidiaron en Balcarce 50. Algo similar sucedió con la discusión sobre la compra de vacunas, un reclamo que hizo públicamente el ala dura de Juntos por el Cambio, que marcan Bullrich y Mauricio Macri.

 

“Tanto las provincias como la ciudad de Buenos Aires pueden comprar vacunas por su cuenta y lo mismo que los privados. Eso no está prohibido en la Argentina”, desafió el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, como respuesta al reclamo de Bullrich. Más tarde, el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, admitió que el debate por la compra de vacunas es “abstracto”. “Las vacunas que proveen estados, como China y Rusia, solo lo hacen para estados nacionales y las que producen empresas privadas ya han comprometido toda su producción anual hace muchísimos meses”, dijo, pero, horas más tarde, el gobierno porteño anunció que intentaría conseguir vacunas por su cuenta. “Vamos a recorrer el camino, pero no creemos que sea de forma inmediata”, dijo el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli. “Si tenían tantos contactos podrían haber ofrecido su ayuda antes para conseguir vacunas, ¿no? Es como dice Alberto: no ayudaron en nada en toda la pandemia”, se quejaron en la Casa Rosada.

 

En la oposición, la propuesta de De Pedro generó internas. Un sector le dio la bienvenida a la apertura y hasta se entusiasmó en conseguir más información sobre los contratos con los proveedores de vacunas. Un sector más duro, encabezado por el radical Alfredo Cornejo, se puso en guardia. “Quieren hacernos copartícipes del fracaso de la gestión sanitaria”, protestó. ¿Puede la oposición, después de meses de reclamar invitación, negarse a participar? 

 

El ministro del Interior insistirá sobre la propuesta y buscará acelerar el armado de la comisión después de la reunión que mantuvieron este lunes, en la Casa Rosada, los ministros del gabinete abocados a la gestión de la pandemia con expertos de diferentes ramas (infectólogos, sociólogos, psiquiatras y especialistas en ciencias sociales). La idea será abrir el contacto a la oposición para calmar los ánimos, mientras el panorama sanitario se complica; una tregua en medio de la guerra contra el virus, que asedia también a Rodríguez Larreta en la Ciudad

 

El panorama en la Casa Rosada dista de la perspectiva que el Gobierno tuvo en el algún momento del verano cuando proyectaba que, a esta altura del año, la campaña de vacunación estaría más avanzada. “Sin embargo, estamos por encima de la media mundial en cantidad de dosis aplicadas”, dicen en Balcarce 50.

 

Aunque la segunda ola era un fenómeno esperable, del que no se salvó ningún país del mundo, dos factores sumaron preocupación en las últimas semanas: la existencia de las nuevas variantes de virus y la altísima contagiosidad. Aún funcionando a tope, la velocidad de vacunación no alcanza el ritmo vertiginoso del aumento de casos.

 

Ese escenario pone al Gobierno frente a dos opciones negativas: la decisión de hacer un cierre estricto y afectar la incipiente recuperación económica o mantener abiertas las actividades como están y que el número de contagios y muertes siga en ascenso. La definición será quirúrgica.

 

La foto oficial de la visita del titular de la CIA a la Casa Rosada.
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