Ante la Asamblea Legislativa, el Presidente abandonó el su perfil antigrieta y atacó con dureza a la oposición en el año electoral. Incluso, sorprendió al anunciar una querella criminal contra la administración de Mauricio Macri por la toma de deuda externa. ¿Nace un nuevo Alberto Fernández? Dos politólogos y una consultora responden a esta pregunta y analizan las palabras del mandatario.
El analista político Luis Tonelli aseguró que "más que un nuevo Alberto Fernández lo que hay, respecto del que asumió, es una visión más pesimista de su margen de maniobra respecto de los integrantes de la coalición" gobernante.
A su entender, el jefe de Estado evitó hablar de la eventual suspensión de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para no enfrentar a los gobernadores e intendentes con los referentes de La Cámpora, que se oponen a su realización.
A la vez, el politólogo consideró que la alocución del mandatario ante la Asamblea Legislativa estuvo dirigida a "provocar a los sectores más extremos de la oposición en desmedro de sus sectores más moderados, en momentos en que el gobierno recibe la crítica incluso de simpatizantes propios".
"Fernández intenta volver a esa caricatura política que es la grieta, y recuperar de ese modo a los que lo votaron", señaló en referencia al sector duro del oficialismo.
Por su parte, la consultora Analía del Franco afirmó que el Presidente "puso blanco sobre negro" al inaugurar las sesiones ordinarias del Congreso y dijo que el mandatario "no cambió su manera de pensar" desde que asumió la presidencia.
"No veo un nuevo Alberto Fernández, no fue un discurso bisagra", analizó en diálogo con Letra P y echó por tierra las versiones sobre una "cristinización" del jefe de Estado en pleno año electoral al asegurar que "mantiene sus convicciones" desde que llegó al Gobierno.
En la misma línea, el politólogo Federico Zapata negó la influencia en Cristina Kirchner en el discurso de Fernández y coincidió en que el jefe de Estado "no se cristinizó". "En todo caso, el discurso confirma un Presidente que insiste en compartimentar agendas", argumentó.
"La pregunta relevante es, si en la era de las redes sociales, el tiempo y el espacio permite una comunicación política compartimentada. Un político que le dice a una audiencia una cosa y a otra audiencia lo contrario. Hasta el momento, no viene funcionando. La agenda radicalizada ha tendido a clausurar la agenda pragmática", agregó.
Asimismo, el politólogo cordobés calificó al discurso presidencial como "polarizante" en un país que "reclama un liderazgo posgrieta" para poder avanzar. "En los próximos meses podremos evaluar si fue un discurso coyuntural, motivado por la crisis de las vacunas, o si es el norte que el Presidente se ha trazado para el año electoral", indicó.