El discurso de apertura de sesiones legislativas ordinarias Nº 139 ha terminado y comienza el ineludible intento de cada sector político del país de reinterpretar cada palabra dicha por el presidente Alberto Fernández.
El discurso de apertura de sesiones legislativas ordinarias Nº 139 ha terminado y comienza el ineludible intento de cada sector político del país de reinterpretar cada palabra dicha por el presidente Alberto Fernández.
Cada quien tendrá su interpretación de esta narrativa presidencial, porque, inevitablemente, busca resignificar buena parte del discurso político. Es una de las piezas discursivas de mayor impacto y estudio.
Por eso, cada una de estas oportunidades son claramente momentos centrales de la política, más aún, de la comunicación de un gobierno, ya que permite anticipar los ejes de un eventual consenso y/o eventualmente, los límites del disenso.
Así es que, en esta oportunidad, Fernández nos dio fuertes indicios de por donde el gobierno del Frente de Todos va a intentar recuperar la iniciativa política: el frente judicial y la cuestión económica.
Sobre la cuestión judicial, fue extendida su alocución, reflejando el peso del debate interno, en esta frase “El Poder Judicial está en crisis, parece vivir en los márgenes del sistema republicano”.
Profundizó el cuestionamiento, instalando la idea de realizar el control de poder sobre el poder, del funcionamiento republicano y la división de poderes, aunque, como muchos, uno pensaba que esos controles ya existían. Se trata además de un auténtico intento de apropiarse de narrativas que tradicionalmente le han sido siempre ajenas al peronismo, como lo es la vinculada a la institucionalidad.
La cuestión económica representó posiblemente el momento con mayor aportación simbólica: "He instruido a que se haga una querella criminal para saber quiénes fueron responsables de la mayor administración fraudulenta y malversación de caudales que nuestra historia recuerda".
Ciertamente que la economía es el factor determinante, más aún en un año electoral. Y eso parece haber entendido el presidente Fernández, al señalar la responsabilidad política tanto del gobierno anterior como del organismo internacional que concedió el crédito para mejorar las chances electorales de Mauricio Macri en su reelección.
Poco es lo que puede argumentar en su defensa el FMI y el anuncio de Fernández muestra que esta discusión política y legal, va a tener centralidad en la campaña.
Campaña por otro lado, que la totalidad de las fuerzas políticas argentinas tienen en cuenta, ya que si bien, pueden existir pisos electorales, los humores y sentimientos sociales, se terminan manifestando en contextos muy determinados.
Es decir, pensemos que la actitud electoral es contextual, más que un voto de recordación, en donde se activan la ideología, los marcos de interpretación, los sentimientos y las identidades políticas.
Quedaron entonces delineados, los tres temas que van a ser centrales: el alcance de la campaña de vacunación, el acuerdo con el FMI y darle previsibilidad a la economía argentina. A estos además hay que sumarle un detalle que puede ser determinante: la movilización de los electores para votar en plena pandemia.