Son los intendentes de las ciudades más grandes de Santa Fe y llegaron a esa condición bajo el sello del Frente Progresista cuando el gobierno provincial, después de 12 años, volvió a quedar al mando del peronismo. Pablo Javkin, intendente de Rosario, y Emilio Jatón, su par de Santa Fe, recorrieron senderos distintos hasta llegar al escritorio mayor de sus localidades, pero hoy tienen un denominador común: los dos deben armar una nueva hoja de ruta para generar caminos propios en sus estructuras políticas, abrir el juego y disputar espacios.
El periodista llegó al palacio de calle Salta pisando sobre terreno firme, con un 100% de conocimiento y un discurso de cercanía y austeridad. Se enfoca en la gestión, es medido para proyectar y en público evita hablar de rosca interpartidaria, elecciones y contrincantes. Se siente más cómodo recorriendo los barrios, donde cae sin agenda, sin avisarles a sus colaboradores más cercanos. Se presenta como el ordenador y despliega la estrategia de cercanía para recepcionar los reclamos, pero insiste en que las decisiones se toman de manera colectiva.
Javkin no es un arribista. Hizo todas las inferiores de la política universitaria, llegó a referente nacional y pasó por la Legislatura provincial y el Congreso. Le llegó la hora después de tanto trajinar. Heredó el reinado socialista y cerró un esquema de poder en el Concejo con La Cámpora, parte del PRO y la izquierda. Ideología tenue en lo discursivo y voracidad amplia en la construcción.
Jatón cultiva diálogo prolijo y funcional con el gobierno provincial, mucho más cargado de gestualidades que de realidades. No confronta y sus apariciones son en clave optimista. La contingencia le jugó a favor porque, por sobre las diferencias partidarias, la Casa Gris tuvo que articular medidas con la ciudad hasta con la Nación logró abrir canales de diálogo más allá de la emergencia. Tanto así que, a nivel Concejo, no fue el peronismo su gran bloque opositor, sino Juntos por el Cambio (JxC).
Javkin jugó parecido a su par capitalino. Con el gobernador Omar Perotti entabló una relación muy sólida a lo largo de 2020, incluso más que con sus socios socialistas. No solo la pandemia explica el buen feeling, el intendente le abrió las puertas de la esquiva Rosario al rafaelino. El vínculo de armonía entre los dos tuvo luz de stop cuando el jefe de Creo cacareó por la situación de inseguridad que padece la ciudad. En año electoral es de esperar que asomen más tensiones.
Jatón y Javkin mantienen un vínculo fluido. La última reunión pública entre ambos fue en la capital provincial. Los une el objetivo de sentar posiciones como actores principales del Frente Progresista, pero las estrategias para lograrlo fueron distintas. Javkin es un jugador con mayor voracidad política y tensó más la cuerda con el exgobernador Miguel Lifschitz. El ruido fue potente cuando se discutió en la Legislatura provincial la Ley de Necesidad Pública. El cierre electoral pondrá blanco sobre negro. Javkin y Lifschitz se necesitan, pero se recelan, ¿Qué pesará más?
Jatón, en cambio, por ahora no mostró interés en liderar, se planta enfocado en la gestión y se siente seguro pensando su carrera como un largo aliento: “el que mucho abarca poca aprieta”, repite a su mesa chica que le reclama que no pierda de vista que los mandatos se terminan y pasan rápido. Si bien intenta separarse de las construcciones nacionales y prioriza mirar la política con un lente macro para no perderse detalles de lo local, ve que ya se agudiza el año electoral. Laura Mondino, quien fue su compañera de bancada cuando él era concejal, ahora es su principal candidata para renovar y encabezar la lista oficialista en el Concejo. Socialista del corte Fuerza del Territorio, Mondino integra la fórmula “Socialismo en Movimiento” con Enrique Estévez para participar en la elección de autoridades del Partido Socialista Federación Santa Fe el próximo 18 de abril.
Javkin es codiciado y observado adentro de la provincia, pero también fuera. Varios actores de JxC, como Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau, lo tientan con un armado no peronista de centro. Él agradece el convite, pero repite que su plan es revalidar Rosario por cuatro años más. Luego habrá tiempo para despuntar la voracidad de mayor alcance.