La oposición legislativa recibió con asombro el discurso del gobernador Axel Kicillof. No sólo por su tono pausado y conciliador, sino también por sus escasas alusiones a la herencia de su antecesora, María Eugenia Vidal. Es que, además, el mensaje fue decodificado en medio de la grieta política en alza por la cercanía de las elecciones, y el contraste con el discurso que horas antes dio el presidente de la Nación, Alberto Fernández. Una lectura que, salvo excepciones, tanto halcones como palomas de Juntos por el Cambio prefirieron solapar, para no conceder al oficialismo más de lo necesario, y decidieron, en cambio, concentrarse en remarcar sus omisiones y algunos datos sensibles de la administración de la provincia de Buenos Aires.
“Al lado del tono violento del presidente, hasta Kicillof parece mesurado”, resumió a Letra P una diputada provincial del radicalismo. Una frase que repitieron otros legisladores y legisladoras de la oposición minutos después de que el primer mandatario provincial terminara su exposición ante la Asamblea Legislativa. Incluso, tanto en el PRO, como en la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y las demás fuerzas minoritarias de la alianza opositora valoraron de manera positiva las casi dos horas de intervención. “Esperábamos un discurso que profundice la grieta y nos encontramos con un discurso conciliador en el que reconoció el trabajo conjunto. Fue un mensaje constructivo y lo valoramos”, confió a este medio otro diputado que sigue de cerca la agenda intendentista del partido amarillo.
El presidente del bloque de Juntos por el Cambio en el Senado, Roberto Costa, dijo que se quedó con “una impresión rara”, acaso por contraste del discurso del año pasado, en el que Kicillof agrandó la grieta, apuntó contra la herencia y machacó contra las políticas neoliberales de su antecesora. “Es una alegría que no haya sido agresivo, ni que haya buscado revancha. Intentar, después de un año difícil como el que se vivió, plantear esperanzas y expectativas es muy bueno. Como estuvimos para votar el Presupuesto, que lo agradeció, nos va a tener para analizar este paquete de medidas. Lo vamos a hacer con toda la responsabilidad”, afirmó el senador.
Su par de la Cámara baja, Maximiliano Abad, también fue en el mismo sentido al sostener que “tuvo un tono absolutamente distinto al que tuvo Alberto Fernández en el Congreso”. “Hubo una reivindicación de cómo se trabajó en el gobierno provincial con los intendentes, con la legislatura, dándole las leyes que se necesitaban”, agregó. Una línea que también tomó su par Adrián Urreli: “Creo que tuvo un mensaje más constructivo y propositivo que lo que escuchamos el año pasado. Lamento que haya apelado al gobierno anterior para justificar las críticas que se le hacen, con algunas omisiones e inexactitudes. Hasta ahora creo que sólo pudo administrar la cuarentena”.
De todos modos, a un extremo y otro de la oposición no dejaron pasar por alto las omisiones en el discurso oficial, como el escándalo nacional por las irregularidades en la campaña de vacunación, que terminó con la renuncia del ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, y la falta de una agenda que dé cuenta de la problemática del narcotráfico, las adicciones, e incluso el desarrollo sustentable.
En este sentido, mientras el senador de la Coalición Cívica Andrés De Leo sostuvo que “Kicillof evidentemente no ve la realidad de la provincia y sobrevalora los resultados de su gestión”, el diputado del PRO Alex Campbell habló de “un relato y números sueltos que no dicen nada para echar culpas al gobierno anterior”. “Un discurso lleno de palabras pero vaciado de contenido. El gobernador habló de la importancia de un gobierno protector y un Estado presente durante la pandemia, sin embargo no dio una sola explicación sobre la vacunación VIP”, apuntó Campbell.
La diputada radical Alejandra Lorden tampoco ocultó su malestar con el discurso del gobernador. “Se equivocó cuando dijo al principio del discurso que la Provincia de Buenos Aires fue gobernada por muchos partidos políticos: el peronismo lideró 29 de los últimos 32 años. Dato incontrastable, como los que le gusta exponer a él”, sumó.