Elecciones 2021

Tandil: el póker para la sucesión del caudillo radical

En 2023, cuando la ciudad cumpla 200 años, Lunghi festejará 20 en el poder. Tres leales y un rebelde aspíran a la herencia, con escala en las legislativas.

En 2003, para diagramar su lista de candidatos, el radicalismo aplicó en Tandil una interna bajo el “método de preferencia”, también conocido como “sistema de tachas” a partir del modo de elección: el elector o la electora debían marcar una cruz sobre el casillero del postulante que preferían, tanto para la Intendencia como para el Concejo Deliberante y el Consejo Escolar. Así fue consagrado el pediatra Miguel Lunghi, que se impuso sobre Héctor Equiza. Fue el primer paso en una carrera política que camina a redondear 20 años en el sillón de la Intendencia. Será en 2023, cuando la ciudad celebre su 200 aniversario, un dato simbólico que fuentes cercanas al caudillo serrano marcan como una de las motivaciones que lo llevó a presentarse por otro periodo en 2019: ser el intendente del bicentenario.

 

En tren de simbolismos y con las PASO en duda, en su tropa de leales hay quienes piensan en recrear aquel sistema para definir internamente quién será el candidato radical que busque suceder al caudillo en retirada. “Sin el intendente jugando, son todos pares”, argumenta un conocedor de los pasillos del comité tandilense que coincide con otras fuentes consultadas a la hora de anotar cuatro nombres de posibles postulantes radicales a la intendencia: tres reportan a las filas de leales del lunghismo: el presidente del Concejo, Juan Pablo Frolikel concejal y exfuncionario nacional Luciano Grasso y el jefe del bloque radical en el deliberativo, Mario Civalleri. El cuarto fue mano derecha de Lunghi (exjefe de Gabinete), pero es un declarado adversario interno: Marcos Nicolini.

 

De buena relación con los socios amarillos locales y llegada a un vidalismo que miraba de reojo al jefe comunal, en 2019 Nicolini fue uno de los pocos dirigentes distritales de JxC que logró mantener en pie su lista a pesar de confrontar internamente con el intendente, que iba por su quinto período. En la actualidad, reporta actividad en el Ateneo “Tandil del Tercer Siglo”, espacio donde articula con referentes del PRO local como Juan Manazzoni. En el Concejo, la banca ocupada por Juana Echezarreta es la única referenciada en su sector, rodeada de un bloque lunghista. Haber tenido rodaje en las últimas elecciones lo posiciona como una figura conocida en el distrito para la pelea de 2023, pero antes está 2021. Están quienes aseguran que competirá, aunque también quienes advierten que un enfrentamiento interno en la legislativa frente a la estructura del intendente puede ponerlo ante otra derrota que aguaría planes futuros.

 

Desde adentro

En el lunghismo puro, las cosas se dividen entre “la experiencia” y “la sangre nueva”. Como generales de la primera hora, asoman Civalleri y Frolik. El primero viene de encabezar la lista victoriosa de 2017. El segundo preside el Concejo y el 21 de marzo próximo será reelecto al frente del Comité local, aunando voluntades de todos los sectores bajo lista única. Es visto por un importante sector de la dirigencia local como el predilecto del caudillo. Fuentes serranas abordadas por Letra P rescatan una anécdota del festejo del último triunfo de Lunghi, cuando Frolik le regaló al intendente –brindis mediante- su “bufanda blanca de la suerte”, que usó como cábala en todos los comicios desde 2003, teniendo en cuenta que ya no volvería a presentarse. Algunos presentes lo vieron como una forma simbólica de marcar terreno.

 

Tanto Civalleri como Frolik traspasan la barrera de los 60 años. Sobre ese aspecto buscan marcar contraste quienes en la interna lunghista promueven nombres como el de Grasso. Con 43 años, el director nacional de Salud Mental durante la gestión de Adolfo Rubinstein es anotado dentro del lote de los “sub-50”. Viene trabajando activamente en pos de una candidatura a la intendencia en 2023 y cuenta con el respaldo de dirigentes como el titular del Sistema Integrado de Salud Pública, Gastón Morando.

 

Frolik le hace entrega a Lunghi de su bufanda blanca, cábala desde 2003 (Foto: El Eco).

Tanto Grasso como Civalleri finalizan su mandato en el Concejo este año, por lo que es concreta la posibilidad de que busquen encabezar la propuesta legislativa local del oficialismo para tener mayor visibilidad hacia 2023. Frolik, en tanto, renueva en la UCR, en un contexto donde la mayoría del radicalismo local se alinea con la candidatura bonaerense de Maximiliano Abad de la mano del diputado nacional oriundo de esas tierras, Carlos Fernández, aunque hay presencia possista con el concejal Bernardo Weber, presidente de la FUA e integrante de la lista de Protagonismo Radical.

 

Más allá de los nombres en danza, en el lunghismo recalcan que el techo de estas aspiraciones está en no perjudicar la gobernabilidad con las internas y juran, puertas adentro del comité, que no seguirán el camino de Nicolini, por lo que siempre discutirán las diferencias con los pies en el plato del sector.

 

Según pudo saber este medio, Lunghi da pista libre a todos los dirigentes de su espacio que le han manifestado voluntad de sucederlo. Aconseja hermetismo en tiempos de pandemia y escucha estrategias, pero marca los tiempos para el juego electoral en su cancha: más allá de la mecánica de elección, la candidatura tiene que erigirse en 2023, no antes.

 

En el oficialismo local miran con cautela los movimientos de Nicolini, pero descreen de la posibilidad de que decida jugar por afuera de la estructura partidaria y frentista. “Es necesario reconstruir y profundizar el diálogo”, desliza a este medio un dirigente lunghista que asegura mantener reuniones con el exjefe de Gabinete.

 

De ambos lados hay interés en mantener abierto un canal de diálogo tendiente a consolidar lo que ya se viene mostrando: dos espacios dentro de uno. Las diferencias, dirimirlas en una interna, “pero nunca en una general”.

 

En las dos orillas del radicalismo serrano recuerdan que en 2003 el actual jefe comunal alcanzó la intendencia por 300 votos de diferencia, en un marco electoral donde la diáspora peronista facilitó las cosas para imponerse en la elección. A ese nivel de fragmentación es al que aspiran a no llegar. “Un escenario así nos saca del gobierno”, advierten.

 

Martín Lousteau y Maximiliano PUllaro durante el proceso electoral.
Mauricio Macri y Patricia Bullrich enfrentados por el control del PRO.

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