Este año, tras los Juegos Olímpicos de Tokyo, será elegido o elegida el sucesor o la sucesora de Gerardo Werthein en la presidencia del Comité Olímpico Argentino. Miembro de una de las diez familias más ricas del país, el empresario anunció el año pasado que dejará el cargo que asumió en 2009. Uno de los anotados en la discusión es Emiliano Ojea. Presidente de la Federación de Deporte Universitario Argentino, hombre del jefe saliente del PJ porteño/cacique sindical de los encargados de edificios/peso pesado de los medios Victor Santa María, con pasado en las gestiones de Anibal Ibarra y Daniel Scioli y de buena relación con el ministro de Deportes de Rusia, el aspirante es parte de la pata peronista que quiere disputar el poder en el olimpismo argentino.
Hijo de padres alfonisinistas, Ojea recién se involucró en política partidaria con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia en 2003. Egresado del Instituto Enrique Romero Brest, tras la crisis de 2001 funcionarios del gobierno porteño, entonces en manos del frepasista Ibarra, se acercaron a su grupo de profesores de educación física que daban clases en villas y les pidieron ayuda para un plan que llamaron “Barrios en Juego”. Ahí conoció a Alejandro Rodriguez, futuro secretario de Deportes de Scioli en la provincia de Buenos Aires, con quien empezó a trabajar.
En 2004, Rodriguez asumió como subsecretario nacional de esa área en la gestión de Claudio Morresi y se llevó a Ojea, que trabajó en el Cenard. En esa época, también se referenciaba en el sector de Vilma Ibarra, en ese entonces senadora nacional y pareja del ahora presidente Alberto Fernandez.
Apenas asumió como gobernador, Scioli designó como secretario de Deportes primero a Carlos Salvador Bilardo y luego al exjugador de hockey Marcelo Garrafo. En septiembre de 2009, tras un acuerdo con Fernandez, Rodriguez asumió en la cartera y Ojea quedó al frente de la dirección provincial de Deportes Federados, con lo cual tuvo su primer contacto con dirigentes y deportistas de alto rendimiento. Dos años después, mientras coordinaba el área de deporte de la Universidad de Buenos Aires, fundó la Federación de Deporte Universitario Argentino (FEDUA). Allí están asociadas todas las universidades consideradas peronistas, aunque las que no (Litoral, Tucumán, Buenos Aires y Rosario, por ejemplo) apoyan. La no afiliación no implica que los estudiantes de esas facultades no participen de las competencias que organizan.
Argentina está inscripta en la tradición de los clubes, a diferencia de países como Australia y Estados Unidos, cuya estructura de alto rendimiento se nutre de las universidades. A nivel local, organizan los Juegos Universitarios Argentinos (JUAR) y en el plano internacional los Juegos Universitarios o Universiadas. En 2011, por pedido de un grupo de atletas, viajaron con cinco estudiantes a las Universiadas de Shenzen, en China. Estos juegos se realizan cada dos años. De ellos participan solo estudiantes, aunque muchos son deportistas de elite que participan regularmente en mundiales y Juegos Olímpicos, al tiempo que cursan. El caso más cercano es el de Belen Casetta, finalista en el Mundial de Londres 2017, que estudia medicina en la Universidad FASTA y en la Universiada de Nápoles 2019 se quedó con la medalla de plata en los 3.000 metros con obstáculos. Actualmente se prepara para Tokyo 2021, sus segundos Juegos tras los de Río 2016.
Estos torneos universitarios son organizados por la Federación Internacional del Deporte Universitario (FISU, según su sigla en francés), en cuyo Comité Ejecutivo ingresó Ojea en 2019. El presidente de la entidad es el ruso Oleg Matytsin, ministro de Deportes de la Federación. Profesor y doctor en pedagogía, fue designado este año por Vladimir Putin aunque ya desde 2015 era asesor en materia deportiva del gobierno. De gran relación con Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, Putin lo eligió como para limpiar la imagen del deporte ruso tras el escándalo de doping que estalló en 2016. Durante los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018, Matytsin vino al país y estuvo con Ojea en el espacio que montó FEDUA durante el evento.
Este año, la Universiada se hace en Chengdu, China, diez días después de Tokyo. Argentina llevará alrededor de 250 atletas. La Secretaría de Deportes ya pagó cuatro millones de pesos como garantía de la presencia de los deportes de equipo y esta semana Ojea se reunió con Camilo Vaca Narvaja, padre de la hija de Florencia Kirchner y funcionario de la Secretaría General de la Presidencia para hablar en concreto del viaje. Su hermano Sabino fue designado embajador en China, que aprobó su placet en enero de este año.
Desde hace algunos años, FEDUA impulsa lo que llama la “doble carrera” para que las federaciones den apoyo a los deportistas para que estudien una carrera en paralelo con el alto rendimiento.
Desde 2018, es consejero del Comité Olímpico que el año pasado se vio revolucionado con el anuncio que Werthein de que no buscará otra reelección como presidente. El empresario asumió en 2009 y el año pasado consiguió una silla en el Board del Comité Olímpico Internacional, donde tiene muy buena relación con Bach, que lo preside desde 2013 cuando fue elegido en Buenos Aires.
Mano a mano
Todavía sin fecha para la Asamblea que convocará a las elecciones, hay dos sectores que tienen aspiraciones. Por un lado, la vieja guardia representada por Mario Moccia, hombre del handball con pasado en la gestión de Felipe Solá en Buenos Aires, y Victor Groupierre, de la esgrima, que trabajó con Eduardo Duhalde cuando el lomense fue gobernador. Del otro lado está la pata peronista del Comité: Ojea, Marcelo Achile, vicepresidente de AFA y encargado de deportes de la Defensoría del Pueblo porteña, y Mauricio Gomez Bull, titular de Vialidad de Santa Cruz y representante del básquet. El año pasado, con Achile y otros tres dirigentes denunció y forzó la renuncia de su cargo en el COA del teniente coronel Diego Gusman, que en el grupo de WhatsApp interno había reivindicado a la última dictadura militar.
Tras la derrota en las elecciones nacionales de 2015, Ojea se acercó a Santa María para comenzar a militar en el peronismo porteño, cuya presidencia el sindicalista deja este año en manos de Mariano Recalde. A Santa María lo conoció cuando el dueño de Página 12 lideraba la Confederación Argentina de Deportes, la entidad madre del deporte nacional. El titular del Grupo Octubre lo tiene como referencia en el plano deportiva y lo incluyó en los equipo técnicos que coordinó el ministro de Educación, Nicolás Trotta, durante la campaña. Si bien es de la misma generación de La Cámpora, nunca fue parte del espacio, aunque los conoce y los ayudó en el armado de la mesa de deportes de la agrupación que dirige Máximo Kirchner. Incluso se lo mencionó para integrarse al Ministerio de Turismo y Deporte, la cartera que conduce Matías Lammens, pero finalmente no ocurrió.
Con el ministro tiene diálogo y además comparte colores, ya que ambos son hinchas de San Lorenzo, aunqueo no es el único dirigente del club que conoce. En sus años en la provincia trabó amistad con Carlos Rosales, protesoreo del Cuervo, que fue funcionario de Deportes de Scioli entre 2009 y 2015. El año pasado, Rosales se hizo de la empresa Garbarino, que auspicia a la AFA, River y Boca, y este año le compró Radio Continental al grupo Prisa. El empresario siempre le marca que haga carrera en la dirigencia deportiva antes que en la partidaria.
A fin de marzo, Ojea publica un libro sobre su visión de lo que debería ser el deporte, su link con la educación y la necesidad de asumirlo como una inversión. Mientras tanto, ente el PJ, el COA y los Juegos de China, tiene para moverse.