PAZ ROTA

La vacuna y el ajuste porteño detonan la relación Moyano-Larreta

Santilli llamó al camionero en son de paz, pero la respuesta fue un paro. La trastienda de la vacunación de Hugo y la reunión pendiente para garantizar la paz.

En el menú de escenarios previstos, el de una guerra con Hugo y Pablo Moyano figuraba como el peor para Horacio Rodríguez Larreta. A fines de diciembre, diseñó una mesa de tres funcionarios con el objetivo de alivianar el conflicto, que ya se empezaba a aclarar en el horizonte. Los diálogos cruzados y las reuniones en la Federación de Camioneros terminaron con resultados adversos, pero las fiestas y el fin de año empujaron aires de sosiego. Sin embargo, la alegría duró poco y la paz se alteró este martes con la confirmación de un paro por tiempo indeterminado en el servicio de barrido y recolección de residuos en la Ciudad de Buenos Aires.

 

A pesar de que el conflicto laboral lleva meses, la batalla escaló horas después de que Moyano admitiera que fue vacunado contra la enfermedad covid-19, como había adelantado el diario La Nación, y en paralelo a la explosión del escándalo del vacunatorio VIP aprobado por el exministro de Salud Ginés González García, que utilizó la sede de la cartera sanitaria nacional para vacunar, sin turno y por acomodo, a funcionarios y amigos. En su declaración ante la AM 750, el líder camionero argumentó que fue inmunizado con la Sputnik V por presidir "dos obras sociales" y que la dosis las había conseguido por parte del gobierno de Rodríguez Larreta.

 

En el marco del escándalo de las vacunas VIP del Frente de Todos (FdT), la revelación cayó como una bomba en el gobierno porteño. La explicación de Moyano fue el sábado por la mañana, mientras Rodríguez Larreta continuaba en Corrientes. El jefe de Gobierno planchó cualquier manifestación pública y pidió explicaciones al ministro de Salud, Fernán Quirós, que quedó automáticamente como vocero de ambos temas: vacunación VIP y la respuesta oficial del PRO a la explicación, con dejo de acusación, de Moyano y su vacunación.

 

El líder sindical no faltó a la verdad al informar que las dosis que recibió el sanatorio Antártida de su gremio fueron provistas por el gobierno PRO, pero no detalló la ruta completa de la logística de la vacunación. La explicación fue a medias y, hasta por cuestiones que exceden a su función, podría desconocer el sistema logístico que coordina un encargado por cada efector (público y/o privado) y cotejan los funcionarios porteños.

 

El larretismo recibe las dosis de la Sputnik V acordadas con la Casa Rosada y luego empieza el reparto. Previo a la entrega de dosis, cada efector privado y público debe entregar al Ministerio de Salud la nómina completa de personal sanitario, que integra la prioridad en el calendario de vacunación contra el coronavirus. El mismo esquema se repitió con los mayores de 80, cuyo período de inmunización comenzó este lunes tras el escándalo por el colapso de la página web dispuesta para solicitar turno.

 

En cada efector, según sostiene el larretismo, tiene que haber un responsable de cotejar que las dosis entregadas sean aplicadas al personal sanitario informado con anterioridad al gobierno porteño. Una vez ingresada, sin embargo, cada dosis es identificada con nombre y apellido para la trazabilidad. A su vez, esa información se compila en el registro de vacunados al que tienen acceso los efectores y el gobierno porteño. Esa base, además, luego se carga en el Registro Federal de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación (Nomivac).

 

Moyano sostuvo que se vacunó en el sanatorio Antártida de Camioneros y admitió que en ese operativo también se inmunizaron su esposa y su hijo de 20 años. A esta hora, según pudo comprobar Letra P, Hugo Moyano no figura en el registro en cuestión que coteja el gobierno porteño. Puede haberse producido una demora en la carga -que ocurren seguido- o su nombre no fue cargado.

 

En el marco de este hecho, Moyano recrudece el enfrentamiento con Rodríguez Larreta por el contrato de la basura. Para 2020, significó $30.000 millones, lo que equivale al 6,2% del presupuesto porteño vigente. El gobierno PRO planea suprimir las jornadas de recolección los domingos, los feriados y los días festivos –Navidad y Año Nuevo-, días que los empleados de camioneros cobran doble. Naturalmente, estos adicionales implican una morigeración del salario de esos trabajadores y una merma en el contrato de las empresas de recolección que operan en todas las comunas de la Ciudad, a excepción de la N°8 (Villa Lugano-Villa Soldati y Villa Riachuelo) donde el servicio lo cubre el Estado. Al mismo tiempo, las empresas adeudan un bono extra a los trabajadores por el desempeño durante la pandemia.

 

"El reclamo es el pago del bono a los trabajadores y que dejen de intentar recortar el salario", sostuvo Pablo Moyano esta mañana. La medida que promueve la Ciudad generaría un ahorro de entre $2.000 y $3.000 millones y la herramienta legal para avanzar es la Ley de Emergencia Económica, que aprobó la Legislatura en mayo y que permite al alcalde modificar la letra chica de contratos y concesiones. De hecho, la revisión del acuerdo por este servicio esencial no es el único: también se ajustó el contrato de las empresas que hacen mantenimiento de hospitales, escuelas y edificios públicos, pero jamás se tocaron los salarios de los estatales. De acuerdo a Moyano, la modificación implicará una "rebaja salarial de hasta 20.000 menos por mes" para los recolectores.

 

La semana pasada Diego Santilli se comunicó telefónicamente con el líder sindical para apaciguar los ánimos. Moyano respondió con el paro por tiempo indeterminado. "El paro será hasta que la ciudad de Buenos Aires baje su soberbia, pague el bono y se comprometa a no ajustar", cerró el secretario general adjunto del sindicato, Pablo Moyano.

 

En el camino para reasegurar la paz, los puentes que comunican a Camioneros con el gobierno porteño acordaron un mano a mano entre Moyano y Larreta. El encuentro estaba por confirmarse y se pospuso por obvias razones.

 

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