GLASGOW (Enviada especial) El presidente Alberto Fernández pidió que el Fondo Monetario Internacional le conceda mayores plazos y tasas más bajas para devolver la deuda que contrajo con el organismo el gobierno de Mauricio Macri. Lo hizo este martes, en una segunda intervención en la cumbre climática que se desarrolla en esta ciudad, frente a un oyente premium: Joe Biden, presidente del socio mayoritario del Fondo.
“Necesitamos mayor flexibilidad para honrar esa deuda, en plazos y tasas”, dijo el mandatario argentino en un discurso que cobró relevancia en virtud de la presencia del jefe de la Casa Blanca, clave para encaminar las negociaciones que mantiene el país con el FMI. Antes, había pedido “atención y sensibilidad" de la comunidad internacional "para superar el obstáculo que la Argentina tiene en materia de endeudamiento externo con el FMI". "Hacerlo de modo exitoso nos permitirá acelerar nuestra transición climática”, había enfatizado.
Argentina está “renegociando un préstamo que se le concedió a mi país por 57.000 millones de dólares", expuso el Presidente y explicó que esa suma es "mayor a la que el FMI destinó para todos los países del mundo para combatir la pandemia" y representa "la mitad del presupuesto que el mundo comprometió para atender al cambio climático y que aún permanece incumplido”.
“Esto demuestra un grado de inconsistencia que debemos corregir”, señaló el Jefe de Estado y se dirigió a todos los líderes presentes, pero en especial a Biden, parea pedir: “Necesitamos mayor flexibilidad para honrar esa deuda, en plazos y tasas”.
En estos cuatro días de actividades oficiales de las dos cumbres de las que participó, Fernández desarolló una nutrida agenda de reuniones bilaterales con jefes y jefas de Estado, pero con el estadounidense solo había podido intercambiar un puñado de palabras en una breve charla informal que mantuvo en la tratienda de la tradicional foto de familia de apertura del encuentro del G20, en Roma.
En ese contacto, no había hablado de la deuda, el tema central de su agenda. Eso explica este último discurso en la cumbre sobre cambio climático, pulido por el equipo presidencial hasta la noche de este lunes y brindado casi al pie del avión que trasladará al Presidente de regreso a Buenos Aires.