El incidente vial que protagonizaron la diputada provincial de Juntos por el Cambio Carolina Piparo y su marido Juan Ignacio Buzali en las primeras horas del 1 de enero de 2021 tiene por el momento muchas preguntas y algunas (pocas) respuestas. La situación complica a la legisladora en el amanecer de un año que la tendrá como protagonista en la Octava sección electoral, distrito por el que buscará renovar su banca en la Legislatura.
Todo comenzó con un presunto asalto callejero “al voleo” que dice haber sufrido la pareja en momentos en que llevaban a un familiar (el padre de Buzali) a su casa en el casco urbano de La Plata, luego de pasar la noche de Año Nuevo en el exclusivo country Grand Bell, donde vive la legisladora y titular de la Secretaría de Asistencia a la Víctima de la Municipalidad de La Plata, donde gobierna Julio Garro.
Piparo asevera que fue asaltada por seis personas en tres motos a punta de pistola en la puerta de la casa de su suegro (ubicada en calle 47 entre 15 y 16). Según su versión, allí le robaron su cartera, el teléfono marca Iphone y $ 20.000.
La funcionaria sostiene que un policía que llega al lugar le indicó que debía realizar la denuncia en la comisaría Primera (ubicada en avenida 53 entre 9 y 10). El recorrido para llegar en auto desde el lugar del presunto asalto hasta la seccional es muy corto, unas diez cuadras: doscientos metros por Diagonal 73, rodear Plaza Moreno, doblar por avenida 53 y en 250 metros se llega hasta la dependencia policial.
Según la versión de Piparo, en ese trayecto se cruzó con los supuestos motochorros, su marido los siguió, intentó adelantarlos, pero no se corrían. “Quería escapar para que no me disparen”, dijo. Su relato, descripto en la denuncia, es raro: no aclara en qué calle los cruzaron ni con qué teléfono (¿el del marido?) llamaba al 911 para indicar por dónde iban los presuntos delincuentes.
En ese raid, Buzali (al volante) embistió a una moto por detrás en calle 39 y 21 (aproximadamente). Eso admitió la funcionaria en declaraciones periodísticas. Entre el asalto y el choque hay unas 13 cuadras de distancia en sentido inverso al que debía tomar para dirigirse a la comisaría Primera.
Piparo, filmada por una testigo que la increpa.
Tras el “choque”, la moto quedó enganchada en el chasis del auto de Piparo (un Fiat 500) y fue arrastrada al menos unos 300 metros (hay testigos que indican que fueron cinco cuadras). En ese cuadro de la secuencia, los amigos de los embestidos comenzaron a perseguir al auto, al grito de “frená, frená”, buscando que Buzali detuviera la marcha. Pero el conductor aceleró y cruzó semáforos en rojo hasta que la moto se desenganchó. Los jóvenes quedaron malheridos. Buzali y Piparo no se detuvieron para brindar asistencia a los heridos.
El mapa: presunto robo, comisaría y lugar del choque.
En Plaza Moreno, a Carolina Piparo y su marido los esperaba el Secretario de Seguridad de la municipalidad de La Plata, Darío Ganduglia, quien, se sospecha, fue el garante para que no le hicieran el test de alcoholemia al conductor. Allí llegó el Fiat 500 (dominio OIF 925). Detrás lo hicieron las motos y una mujer que grabó el video viralizado en la que se ve a la diputada abajo del auto con su marido al volante. La funcionaria tenía en sus manos una botella de gaseosa (Sprite) casi vacía.
Pero a lo que no pudo escapar Buzali es a la extracción de sangre. Análisis mediante, se determinará si condujo el auto bajo los efectos de alcohol o drogas.
Las víctimas
Los jóvenes heridos fueron identificados como Luis Lavalle (23) e Iván Gabriel Coronel (17). Ambos declararon en sede policial y se retiraron a sus domicilios sin ningún cargo en contra, es decir, son ajenos al supuesto robo que dijo haber sufrido Piparo.
Tras las declaraciones de los heridos y de testigos, se abrió una causa por “lesiones graves con dolo eventual, abandono de persona y falsa denuncia” en la que fue imputado Buzali. En tanto, Martín De Vargas, abogado de los jóvenes arrollados, planteó que el marido de la legisladora platense debe ser indagado y procesado por intento de homicidio. “Fue un homicidio en grado de tentativa, hoy por hoy no hay nada probado del robo. Para nosotros, lo del robo fue para justificar lo que hicieron”, afirmó el letrado, con lo que rechazó la hipótesis de la funcionaria.
El auto de Piparo tras embestir a los motociclistas.
“La moto quedó enganchada debajo del auto de Piparo, venía tirando chispas cuatro cuadras y la gente les pedía que paren”, relató De Vargas, quien agregó que la mujer y su marido “hicieron una carrera alocada por toda la ciudad de La Plata, poniendo en riesgo muchas vidas, acelerando a fondo y pasando semáforos en rojo”.
Por el momento, el caso es investigado por dos fiscales platenses: por un lado, la titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 17, María Eugenia Di Lorenzo, quien tiene a su cargo el presunto robo del que dijo haber sido víctima Piparo; por otro, el fiscal Carlos Alpino Vercellone, a cargo de la UFI 10, por el hecho posterior en el que resultaron heridos los dos jóvenes y tiene como imputado al marido de la legisladora.
Las cámaras
La ciudad de La Plata (sobre todo en el casco urbano, escenario de los hechos) cuentas con miles de cámaras de seguridad (entre públicas y particulares). Las imágenes que de ellas se obtengan (si es que existen) pueden ser una de las claves para aclarar el violento episodio.
Hasta el momento (mediodía del sábado 2 de enero), no se conocen imágenes del robo denunciado. Extraño, en una ciudad donde todo el tiempo se propalan videos que demuestran la eficacia del sistema de monitoreo público, una de las espadas de gestión de Garro.
Las únicas imágenes que se hicieron públicas fueron el video filmado por una testigo con su teléfono celular, en el que increpa a Piparo y a su marido (los tilda de “asesinos”), y la grabación realizada por motociclistas amigos de los heridos, quienes registraron la persecución al auto de los acusados luego de embestir de atrás a la moto de los jóvenes heridos.