Horacio Rodríguez Larreta comenzó el 2021 con un pie sobre la arena de Pinamar y otro sumergido en el revoltoso mar del armado electoral de Juntos por el Cambio (JxC) para las elecciones de medio término. Aprovechando su estadía en la Costa Atlántica, como reveló Letra P, participó de un asado con Cristian Ritondo y el intendente local Martín Yeza. También, en la misma semana se reunió con los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Sáenz (Salta) antes de su regreso de la Costa Atlántica por haber contraído coronavirus.
A su vuelta a la Ciudad de Buenos Aires, Rodríguez Larreta se aisló y siguió la gestión de manera remota. En la previa, mezcló una semana de descanso familiar con reuniones políticas. El jefe de Gobierno caminaba por la playa lindante al apart Sul Mare de Cariló cuando vio, de espaldas y bajo una sombrilla, a Morales. Se acercó, cruzaron saludos y quedaron en desayunar al día siguiente.
Los gobernadores de JxC se encontraron horas después, según consignó el diario Clarín. En ese café, Morales le adelantó a Rodríguez Larreta que recibiría al ministro de Educación, Nicolás Trotta, en San Salvador de Jujuy con un menú específico: adelantar para febrero la vacunación para docentes jujeños y más obras de infraestructura para garantizar el ciclo lectivo 2021. Por esas horas, regresaba la guerra sorda entre la Ciudad y la Nación por las clases presenciales a la que, en los últimos días, se sumó Mauricio Macri.
Ambos mandatarios coincidieron en el regreso presencial a las aulas, pero tienen diferencias: el porteño asegura que para el 17 de febrero volverá la modalidad presencial al 100% y Morales evita una determinación sobre el porcentaje porque busca "recuperar la presencialidad en la medida que la situación epidemiológica lo permita". Por otra parte, Rodríguez Larreta y Morales conversaron sobre las elecciones internas del radicalismo en la provincia de Buenos Aires y el rebrote de casos de coronavirus en ambos distritos.
En su estadía en Pinamar, Rodríguez Larreta sumó una parada y coincidió en una cena "relajada" con el gobernador Sáenz. La del porteño y el salteño es una relación acrecentada gracias al vínculo de ambos con Sergio Massa, también presente en Pinamar para esa fecha pero ausente en ese convite puntual. El diálogo entre el gobernador y el jefe de Gobierno es directo, aunque funcionarios de ambos gobiernos trabajan la relación cotidiana.
Sáenz ironizó sobre la "interna" en el PRO de Salta, luego de la intervención autorizada por la presidenta del partido, Patricia Bullrich. Rodríguez Larreta le respondió que estaba siguiendo el tema y que esperaba mantener la "relación institucional". Bajo esa lógica, sugirió al interventor, Gustavo André, aceitar el vínculo con el gobernador del norte.
El vínculo Larreta-Sáenz es protocolar y ajustado al rol y los vasos comunicantes entre el PRO y el peronismo dialoguista salteño, que en 2019 confluyó en el frente electoral por el que compitió el gobernador. Ambos coinciden en esquivar la grieta y la polarización como método de construcción política y, pese al vínculo del gobernador con el dialoguismo PRO, el mandatario norteño está hoy más cerca del peronismo de Massa que está dentro del Frente de Todos.