El presidente del bloque de diputados nacionales del PRO, Cristian Ritondo, perfila su estrategia política para pelear por un lugar en la interna de candidatos a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Para lograrlo, blande la bandera de la lucha contra la inseguridad e intenta vincular su nombre a otras temáticas, mientras busca instalar su imagen en la ocho secciones electorales, con próximas paradas en Mar del Palta y Balcarce, distritos de la Quinta. Todo, con la ayuda de la estructura de su jefa política, María Eugenia Vidal. En el mapa que traza junto a su mesa chica figura un mojón clave en la carrera de largo aliento: las elecciones de medio término, en las que busca colar dirigentes propios y reforzar el armado en la Legislatura.
“Me gustaría ser candidato a gobernador”. Con esta frase, el exministro de Seguridad bonaerense se anotó en la pelea por el sillón de Dardo Rocha. Su deseo va en la misma dirección de otros dirigentes de Juntos por el Cambio, quienes que también quieren suceder a Axel Kicillof: los intendentes Jorge Macri (Vicente López) y Gustavo Posse (San Isidro), el expresidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó y el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, quien pese a su ostracismo luego de sus primeras incursiones al otro lado de la General Paz mantiene uno de los mejores índices de imagen y conocimiento en la provincia, según coinciden diversas fuentes de la oposición.
“Trabajo en la provincia, milito en la provincia y ojalá me toque encabezarla. Si no me toca, acompañaré al mejor candidato”, aseguró Ritondo en una entrevista a Página 12. En su entorno reconocieron a Letra P que trabajan para aflojar tensiones con los demás actores de la oposición, y saldar diferencias de manera orgánica para evitar una batalla interna con más costos que beneficios, una iniciativa que, en principio, sólo se circunscribe al partido amarillo y deja afuera a los demás socios de Juntos por el Cambio que pelean por sus propios postulantes.
Acaso por eso impulsa no sólo la candidatura presidencial de Vidal en 2023 -por sobre Horacio Rodríguez Larreta- sino, también, su postulación por un lugar en el Congreso de la Nación por la provincia de Buenos Aires en las elecciones de este año. “María Eugenia es la que tiene más consenso y la única que con su candidatura este año nos va a permitir mantener la unidad y empujar la boleta”, confió a Letra P una fuente que se sienta a la mesa del diputado nacional.
Sin 21 no hay 23
Ritondo está convencido, en sintonía con buena parte de la cúpula de Juntos por el Cambio, que el cierre de listas de este año y su consecuente batalla electoral serán determinantes para llegar con chances a la pelea mayor, en 2023. Por eso, además de la doble candidatura de Vidal, persigue el objetivo de ampliar su margen de influencia en la Legislatura y sumar conexiones en las ocho secciones electorales, tanto en distritos propios, a través de los intendentes amarillos, como ajenos, a partir de referentes locales.
A mediados de diciembre visitó Chacabuco para impulsar a Marcelo Seal, un exsubjefe de la Policía bonaerense, como candidato a intendente de la ciudad, en reemplazo del radical Víctor Aiola. Fue una recorrida por el interior que completó con una foto junto a Monzó.
El armado de esos encuentros y los que retomará en febrero en Mar del Plata y Balcarce, tras el asado que compartió con Larreta, están en manos de sus dos hombres de máxima confianza, quienes organizan, coordinan y ofician de primeros armadores ritondistas. Son el diputado provincial por la Segunda sección electoral Matías Ranzini y el actual secretario de Ritondo en la Cámara de Diputados, Hernán Gómez.
El primero, acostumbrado a la exposición de los medios, es número puesto para renovar su banca. El segundo, un dirigente de perfil bajo y sin presencia relevante en redes sociales. Ambos pasaron por la Subsecretaría de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad y hoy cierran junto al exministro un círculo chico de influencia para borrar su origen y trayectoria porteña e instalarlo en territorio bonaerense.
Ritondo vende su estructura propia en toda la provincia y la que le delegó Vidal como parte del mismo equipo, peso con el que intentará tener cierto predominio sobre las listas seccionales, con la renovación de Ranzini y el ingreso de nuevos legisladores bajo su conducción, con grandes posibilidades que surjan desde Lomas de Zamora.