El secretario general de la Gobernación bonaerense, Federico Thea, trabaja con Axel Kicillof desde fines de 2011. El abogado y espada jurídica de la gestión fue sumando tareas más allá de su lugar en la Secretaría. Thea es hoy una de las pocas patas políticas que tiene la mesa ministerial. Junto al jefe de Gabinete, Carlos Bianco, y la ministra de Gobierno, Teresa García, forman un triángulo escaleno. A principios de agosto vio la luz el libro La Justicia acusada que Thea compiló junto al presidente Alberto Fernández y Mauro Benente. Si bien se empezó a gestar en 2018, llegó a las vidrieras semanas después de que el gobierno nacional presentara el proyecto de reforma judicial. Además de la compilación, Thea escribió dos de los 18 capítulos de la obra. El horizonte para el funcionario de Kicillof, que también es representante del Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura bonaerense, parece ser promisorio, y no se descarta que tenga una parada en las elecciones 2021.
Para el Gobierno, la elección legislativa aún no es agenda, pero distintas fuentes consultadas por Letra P coinciden en que no sería descabellado imaginar a Thea en una lista provincial en 2021 si el mandatario quisiera intervenir con nombres propios. Un lugar donde quizá no haya demasiada visibilidad, pero que representa mucho en términos de poder. Por ejemplo, avanzar con el corrimiento del Procurador Julio Conte Grand: un funcionario no deseado por la gestión Kicillof, debido al vínculo inseparable que tiene con la exgobernadora María Eugenia Vidal. Ese es uno de los pendientes, también, de García.
VOCERO. Con la carta que implica tener un bloque más numeroso que el que responde a Kicillof y Magario en el Senado, Juntos por el Cambio ya hizo algunas demostraciones de poder en lo que va de la gestión del FdT. El más elocuente se dio semanas atrás cuando, en soledad, hizo valer su mayoría y aprobó 41 pliegos para cargos judiciales. Lo hizo sin acuerdo con el Ejecutivo, que -además- había pedido retirar esos expedientes.
Esa jugada repercutió en Gobernación. En diálogo con Letra P, el propio Thea había dicho que “hubo una interpretación absolutamente malintencionada de parte de la oposición, imponiendo su mayoría sin ningún tipo de acuerdo”. Es casi seguro que los nombramientos no correrán.
Thea se convirtió en el vocero del Ejecutivo para contratacar esa avanzada de la oposición. Sucede que también es el representante de Kicillof en el consejo de la Magistratura bonaerense. Su suplente en ese organismo es el coautor de La Justicia acusada.
MÁS QUE LA SECRETARÍA. Además de moverse con soltura en la política judicial bonaerense, Thea estrechó en este tiempo buenos lazos con los intendentes oficialistas, sobre todo de la Primera y la Tercera sección electoral.
Gente de su confianza también ocupa roles importantes en la gestión AK. Por caso, la titular de la Dirección General de Cultura y Educación, Agustina Vila; el Asesor General de Gobierno, Santiago Pérez Teruel; el subsecretario de Legal y Técnica, Esteban Taglianetti –que también representa al Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura-; el vicepresidente de la fundación Bapro e integrante del Tribunal de Cuentas, Alejandro Alegretti; el subsecretario de Administración de la Secretaría General, Marcelo Maffé; o el propio Benente, quien ocupa una subsecretaría en el ministerio de Justicia y Derechos Humanos provincial que encabeza Julio César Alak. Son algunos nombres detrás de los cuales está Thea.
“Lean con atención las observaciones de Federico Thea. Es necesario que entendamos que el Estado debe regular servicios públicos como TIC’s y celulares para preservar los derechos de ciudadanos y ciudadanas que necesitan acceder a los mismos. Proteger al usuario. De eso se trata”, recomendaba Alberto Fernández en su cuenta de Twitter. El vínculo con el Presidente, forjado en paralelo con la reconciliación CFK-Fernández, también lo posiciona en un lugar que a otros dirigentes les llevó o les lleva más trabajo.
Con 37 años, el abogado recibido en la UBA, con un máster en Derecho Público (University College London) y un pasado en la función pública del Gobierno de la Ciudad, no le escapa a la exposición ni a sentarse con intendentes para encauzar gestiones y relaciones. Un rol que en principio iba a ser casi potestad de Bianco y García.