Claves, raíz y trasfondo de la redistribución acelerada por los sirenazos
El traspaso de $30.000 M de la Ciudad a la Provincia reflota viejas discusiones en torno al reparto. Señales pasadas, diagnósticos cruzados y números en danza.
“Es una provincia rica con un gobierno pobre. Nuestra provincia aporta 40% de los recursos coparticipables pero recibe solo el 22%, esto muestra la diferencia entre lo que produce la provincia y la capacidad financiera para gobernarla”, enfatizó este jueves el gobernador bonaerense Axel Kicillof. Lo dijo al apuntalar la decisión del Presidente de sacarle un punto de coparticipación a la Ciudad para dárselo a Buenos Aires, unos 30.000 millones de pesos para apuntalar los anuncios tendientes a desactivar la revuelta policial. Bajo ese clima, se reflotaron entre ambos extremos de la grieta las viejas discusiones en torno al reparto.
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“Empezó un camino de recuperación de la provincia”, enfatizó Kicillof que, como viene contando Letra P, aspira a un proceso de recuperación de entre 6 y 7 puntos de coparticipación, anhelo que llevaría a la Provincia a quedarse con casi el 30% de la torta nacional. Claro que esas perspectivas, presentes desde el minuto uno de gestión, fueron frenadas por la crisis por coronavirus. Pero la tensión de los sirenazos apuró un aspecto particular de esta puja distributiva y que tiene su raíz en 2016, cuando el entonces presidente Mauricio Macri elevó vía decreto los fondos coparticipables destinados a la Ciudad bajo el paraguas del traspaso de la Policía. De 1.4% del total de la masa coparticipable, pasó a 3.5%.
“Para financiar el traspaso de la Policía en 2016, se sobrestimó el gasto, se le aumentó más de dos puntos a la Ciudad cuando se estima que ese gasto equivalía a un punto. La Ciudad se vio beneficiada en exceso”, dijo a Letra P Andrés Wainer (FLACSO-Conicet), coordinador del área de Economía Política del Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires (Idesba), de la CTA de los Trabajadores. Agregó que, contrariamente a ese escenario de crecientes recursos para la Ciudad, “la provincia de Buenos Aires, desde que se modificó el sistema de coparticipación a finales de la década de los 80, ha perdido recursos en este concepto, algo que en los 90 fue compensado por el Fondo del Conurbano pero, como quedó con un tope fijo máximo de 650 millones de pesos -en ese momento dólares-, luego se fue licuando con la salida de la convertibilidad y la inflación”.
Wainer observó que el problema de inequidad en el reparto de la coparticipación entraña “diferencias históricas que se han venido tratando de emparchar pero que no se pudieron solucionar y que, contrariamente a lo que supuestamente se declamaba, no se lograron reducir las inequidades territoriales. El problema fiscal tiene que ver con una distribución productiva y comercial distinta a nivel federal”.
Por otro lado, el impacto presupuestario de la transferencia de la Policía Federal a la Ciudad es un aspecto que ya estaba en vista de la mesa chica de Kicillof incluso antes de asumir al frente de la gestión bonaerense.
En noviembre de 2019 un trabajo publicado, entre otros, por el actual titular del Banco Provincia, Juan Cuattromo, daba cuenta del "exceso de coparticipación" de CABA y que el mismo en los últimos tres años representaba cerca del 18% del total de recursos que recibió la Ciudad. En ese texto publicado en la revista Bordes, se remarcó: si el exceso de coparticipación hubiese sido direccionado a la Provincia de Buenos Aires (el distrito que menos recursos por habitante recibe del Estado Nacional), el déficit provincial hubiese sido un 40% más bajo".
Desde las responsabilidades embrionarias de la inequidad distributiva que sufre la provincia de Buenos Aires –y que remontan a los años 80- hasta la implicancia real en las arcas bonaerenses de la actualización del Fondo del Conurbano durante el vidalismo, los diagnósticos cruzados dan cuenta de una solución de fondo aún pendiente. “Esta situación de la coparticipación no es nueva y la reconocieron todos los gobernadores, incluso la última gobernadora”, dijo Kicillof para ahondar: "No es nuevo, solo que no lograron resolverlo".
En 2019, en tiempos donde iba por su reelección, la entonces gobernadora María Eugenia Vidal defendía lo hecho por su gestión en una entrevista con Letra P: "Hemos mejorado muchísimo la coparticipación. Cuando asumí, era la más baja de toda la historia de la democracia. Era de 18%. Hoy es de 22%. Y eso tiene que ver con la recuperación del Fondo del Conurbano. Después de 15 años en los que hubo gobiernos y presidentes del mismo partido y hubo silencio en relación al Fondo del Conurbano, yo fui a la Corte, lo reclamé y lo recuperé”.
En esa línea fue este jueves quien fue ministro de Economía nacional y bonaerense en la era Cambiemos, Hernán Lacunza, que vía Twitter plantea el recupero “del 4% de la copa” en su gestión y consideró: “Hoy sigue estando discriminada la PBA (menos que antes, recibe 22,5% y aporta 36%). Pero la solución a un problema estructural no es un parche con aroma oportunista, con recursos de otra jurisdicción (de los porteños) para atender un conflicto gremial particular de la PBA”.
En la gestión de Axel Kicillof, por su parte, refutan ese argumento contrarrestando la actualización del Fondo del Conurbano con la carga que representa para la Provincia el traspaso de los subsidios al transporte y los servicios públicos que hizo el macrismo al inicio de 2019.