Cada vez que habla, Hilda Beatriz González de Duhalde, "Chiche", es noticia porque lo hace sin filtro. Recordada por la red comunitaria conocida en los 90 como "las manzaneras", la exsenadora nacional cuestionó la política social del gobierno y apuntó contra los movimientos sociales y referentes como Fernando "el Chino" Navarro, Emilio Pérsico y Juan Grabois, a quienes acusó de "ocupar" cargos en el Estado y "tener a la gente de rehén".
González de Duhalde destacó el "gesto" del ministro de Desarrollo Nacional, Daniel Arroyo, y su par bonaerense, Andrés Larroque, de convocarla y hablar telefónicamente para escuchar su experiencia como exministra del área. Sin embargo, cuestionó el grado de penetración de los movimientos sociales en la estructura estatal que trabaja sobre los barrios vulnerables de la Argentina y, específicamente, de la provincia de Buenos Aires.
Hilda "Chiche" Duhalde en el despacho de Larroque
"Me enoja que los movimientos sociales no son movimientos sociales. No son movimientos sociales cuando se convierten en movimientos políticos y pasan a ocupar cargos en el Estado como el Chino Navarro, Pérsico o Grabois", sostuvo Chiche en diálogo con el programa Asuntos Pendientes de FM Provincia. Sobre este último, subrayó: "No sé si tiene cargo, pero tiene mucho poder".
"Hace dos meses quería cortar las ramas de un árbol de mi casa y llamé a un chico que cobra por el Movimiento Evita. Me dijo que no podía venir porque tenía que ir a Ferro porque venía Evo Morales", relató González de Duhalde. Y completó: "Entonces, empecé a indagar qué sabía de Evo Morales. No sabía nada. Esto de tener de rehén a la gente me molesta enormemente".
"También, me molesta que estos pseudomovimientos tienen la posibilidad de dar altas y bajas. Deciden si cobras o no. Esos son roles del Estado que son indelegables", destacó.
La exministra contó que dialogó con Arroyo para poner en marcha una red de mujeres trabajadores en los barrios, al estilo del proyecto las manzaneras, pero admitió que esa propuesta quedó frenada por la pandemia. "Yo creo necesario que la gente de los barrios se comprometa. Tienen ganas de comprometerse y participar. Pero necesitan organización y respuestas. No es ir a levantar demandas, sino ver la realidad y poder tener un vínculo con el Estado que les permita resolver", graficó como contraste de, según lo que dijo, realiza las organizaciones sociales.
"Si la gente tiene libertad y se siente con dignidad es maravilloso que participen los movimientos sociales, pero no si son rehenes. Yo provengo de un partido que trabajaba para que los chicos fueran felices y para el ascenso social, creo que esas cosas no les permiten crecer. La gente tiene que poder elegir y sentir que no los maltratan”, cuestionó.