Reportaje | Omar Príncipe

“El desafío del Gobierno es dejar atrás años donde se habla de un solo campo”

El extitular de Federación Agraria confía en la segmentación de AF. Pide “protagonismo” estatal en la exportación de granos. Lupa sobre las grandes cerealeras.

“No tiene el mismo problema un productor de 100 hectáreas que un gran pool o un fideicomiso que siembran 40 mil hectáreas”. A lo largo de la charla con Letra P, el extitular de la Federación Agraria Argentina (FAA) Omar Príncipe se ocupó de exponer las diferentes realidades detrás del colectivo “campo”, esa superficie retórica monolítica sobre la cual se aglutinan muchos reclamos que no son precisamente del conjunto. “El desafío del Gobierno es dejar atrás años donde se habla de un solo campo”, dijo. En ese sentido, enfatizó en la necesidad de políticas segmentadas, confiando en que la gestión de Alberto Fernández “ponga en marcha la identificación de miles de campesinos”. 

 

Apeló a una mayor injerencia estatal en la exportación de granos, tendiente a evitar la concentración que observa creciente, en detrimento de las cooperativas. Así, posó la lupa sobre las grandes agroexportadoras multinacionales y le recordó a quienes reniegan de la intervención estatal: “El principal exportador de Argentina es COFCO, que es del Estado chino”. 

 

 

En el pedido de políticas públicas diferenciadas, ponderó: “Las retenciones no tendrían que existir, pero mientras existan tienen que ser segmentadas, fue una conquista para nosotros”. Y reclamó: “El gobierno tiene que apurar la puesta en marcha de la segmentación de las retenciones porque hay muchos pequeños productores que están endeudados y desfinanciados”. En ese orden, planteó “desarrollar un sistema de financiamiento a través de las cooperativas para que el pequeño productor acceda”.


 


-¿El Gobierno es receptivo a los planteos?

 

-Sí, tenemos muy buen diálogo con el ministro Luis Basterra. Fue receptivo a nuestro planteo de segmentar las retenciones.

 

-Ese fue un pedido de la conducción de la FAA también, que luego avanzó en apoyar el lockout y más tarde dio vía libre. ¿Qué análisis hace de esto?

 

-Yo soy director de FAA, integro el consejo directivo. Cuando CRA anunció el paro, me comuniqué con el presidente de la Federación Agraria y le pedí que convocara a un consejo directivo central, cualquier decisión de la FAA tiene que pasar por ese órgano. No se podía decidir si se iba o no al paro sin convocarlo. Por eso, esa dualidad del presidente de la FAA, que primero apoyó el paro y luego tuvo que decir que dejaba libertad de acción, porque decenas de filiales, entidades base, cooperativas, no estaban de acuerdo con un paro que reclamaba por intereses que no representaban a los pequeños productores.

 


-¿Había intereses políticos en ese paro?

 

-Sí, está claro que muchos de los que abonaban el paro venían de algún sector político. En las redes se podía ver a diputados apoyando el paro. Pueden tener cualquier visión política, lo que no podemos perder como FAA es nuestra independencia a nivel institución y que defendemos a los pequeños y medianos productores. La conducción ha perdido el rumbo histórico de la Federación Agraria, que es tener una agenda propia que defina las necesidades de los productores que defiende y eso desapareció en los últimos tiempos.

 

-¿Qué aspectos tendrían que formar parte de la agenda de la FAA?

 

-Por ejemplo, el debate en torno a la Junta Nacional de Granos, un tema controvertido que da para que algunos hagan negocio planteándolo en blanco o en negro, cómo no va a estar la voz de la Federación Agraria que ha sido históricamente uno de los que ha propuesto que el Estado tiene que participar del comercio exterior de alguna manera virtuosa. Los dólares que entran al país son en su mayoría por exportación de granos. Cómo puede ser que cuatro empresas multinacionales sean las que dominen e impongan precios y sean los que se quedan con el ingreso. Nos dicen que el Estado no tiene que participar porque eso es intervención cuando el 90% de la soja se la vendemos a China y el principal exportador de Argentina es COFCO, que es del Estado chino.
 

 


-¿Cómo debería darse esa participación virtuosa del Estado en el comercio exterior?

 

-Federación Agraria presentó hace más de diez años un proyecto de una Agencia Federal de Estímulo y Promoción que le daba participación a cooperativas, le daba protagonismo al Estado en la exportación de granos, teniendo la posibilidad en ese ámbito de definir las políticas que le den este insumo tan escaso para la Argentina que son los dólares.

 

-¿Por qué cree que eso no pasa?

 

-Porque hay intereses concentrados que no quieren cambiar esta política pública que empieza a ser concentrada desde la política exterior del mercado de grano, termina concentrando la cadena y repercute en la desaparición de pequeños productores. En los granos, las cooperativas han perdido terreno en estos diez años porque llegó en algún momento a representar el 10% de la exportación de granos en el país y ahora estamos en 4,5%, concentrándose más en estas transnacionales.
 

 

 

-¿Existe almacenamiento especulativo de granos?

 

-En los pequeños y medianos no hay capacidad de almacenamiento y tienen mucho del grano cosechado comprometido porque deben los insumos, tienen que pagar la cosecha y ahí se les fue el 50% de su stock. Y el otro tiene que usarlo durante todo el año para vivir. La nueva medida del límite de crédito, si tenés más de un 5% de stock en granos, no es el camino correcto, porque si el pequeño productor no lo está financiando tiene que vender. Ahora, al vender el pequeño productor, no estás asegurando que eso va a liquidación de soja porque le vendés a Cargill, a COFCO. Por más que el pequeño productor venda ese cereal, el que va a especular según cómo está el dólar para ver si va a liquidar es el exportador. Por eso, el Gobierno, si quiere realmente garantizar la liquidación, tiene que mirar a los exportadores.

 

-¿Qué aporte tendría que hacer el sector agroexportador en esta crisis?

 

-Este es el momento donde se tiene que valorar y mirar las necesidades del país. No desconozco que la Argentina antes de la pandemia tenía casi el 40% de pobreza, nivel de indigencia indignante y pérdida de salario. La pandemia va a empeorar esos indicadores y el esfuerzo lo tienen que hacer aquellos que han ganado hasta ahora dentro de un sistema como el financiero, que parece intocable y uno de los que más ganó; también los grandes exportadores.
 

 

 

-¿Qué opinión tiene del proyecto para gravar las grandes riquezas?

 

-En todo el mundo se trata de que paguen los impuestos las personas que más tienen y no las empresas que producen. Hay que salir de esta crisis con el aporte de aquellos que hayan tenido rentas significativas en los últimos años y no la paguemos aquellos que venimos sufriendo.

 

-Y para el sector, ¿qué políticas son fundamentales tras la pandemia?

 

-Hay que trabajar integralmente en una política agraria que empiece a desandar la desaparición de productores, que identifique a los agricultores. Tenemos expectativa de que este gobierno ponga en marcha la identificación de miles de pequeños y medianos agricultores familiares, campesinos. Somos el 80% pero representamos el 17% de la producción argentina. Entonces, hay que identificarlos y empezar a trabajar en una política que sirva para la diversificación productiva , cómo le damos valor agregado para el desarrollo territorial de cada región y para dejar de ser exportadores de materias primas. Es el gran desafío de este Gobierno y dejar atrás varios años donde se habla solo de un campo en el que parece que todos somos iguales y eso no es así.

 

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