CRISIS POR CORONAVIRUS

La carrera de la austeridad

La pelea por ofrendar señales de humildad, aunque de escaso impacto financiero, desató una disputa interna en el Congreso, en el oficialismo y la oposición. En Cambiemos se expone la grieta intestina.

El recorte de un 40% en los sueldos de los diputados, para ofrendar una señal de austeridad a la población en medio de la cuarentena, es el resultado de una disputa silenciosa que maduró durante las últimas semanas entre los principales referentes del oficialismo y de la oposición. La carrera por anotarse ese poroto también impactó duro dentro del interbloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados y derivó en otro duelo de tahúres entre los jefes de los bloques del PRO, la UCR y la Coalición Cívica, pero también con la flamante presidenta del partido amarillo, Patricia Bullrich, junto a su principal mentor: el expresidente Mauricio Macri.

 

El primer chispazo sobre esta gestualidad de bajo impacto económico surgió a mediados de marzo, cuando el presidente de la Cámara, Sergio Massa, firmó la resolución 611/20 para "otorgar de manera excepcional y por única vez un subsidio por cada uno de los legisladores por cien mil pesos que sólo deberá ser utilizado para evitar la propagación del nuevo coronavirus". Un día después de esa decisión, el jefe del bloque de la UCR, Mario Negri, su par del PRO, Cristian Ritondo, y el titular de la bancada de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, le pidieron a Massa que los fondos que correspondían al interbloque fueran destinado al Hospital Garrahan y al Instituto Malbrán. El líder del Frente Renovador tomó el guante y, pocos días después, acordó con todos los bloques enviar todos los fondos a un destino común.

 

Desde entonces se agudizó el debate dentro de la Cámara sobre la necesidad de aportar señales más visibles que una ampliación de subsidios. Ante la serie de medidas económicas que comenzó a aplicar el presidente Alberto Fernández para mitigar los efectos del aislamiento, ese contrapunto tuvo un calibre mucho mayor dentro de Juntos por el Cambio, aunque la gota que rebalsó el vaso no salió de los diputados cambiemitas, sino de Bullrich. El viernes pasado, como contó Letra P, fue parte de una reunión virtual con Macri y con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, donde la exministra acordó mantener un perfil bajo y no desautorizar la posición común de avalar las medidas dispuestas por el Gobierno.

 

 

 

Sin embargo, el tablero interno volvió a conmoverse dentro de Cambiemos después de la conferencia que el Presidente ofreció el domingo para anunciar la extensión de la cuarentena. Si bien había un apoyo unánime sobre la decisión, las palabras de Fernández dirigidas a los empresarios con mejores ingresos cosecharon resistencia dentro del conglomerado opositor.

 

Pero pocas horas después, Bullrich, enfundada en el traje de presidenta del PRO, le ordenó al interbloque que sus diputados se rebajaran las dietas en forma unilateral para ofrendar austeridad a su electorado. La instrucción fue transmitida por Ritondo, pero su mensaje sólo cosechó mas rechazo por parte de los demás jefes parlamentarios. Al mismo tiempo, sin una decisión unánime, la exministra de la Alianza utilizó su cuenta de Twitter para transmitir el recorte por parte de Juntos por el Cambio, cuando aún sus pares no lo habían resuelto.

 

 

 

Luego de ásperas discusiones internas y filtraciones a la prensa que ampliaron la desconfianza mutua, los radicales y lilitos resolvieron desconocer la directiva de Bullrich y acordaron pedir que los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), el Ministerio Público Fiscal, las empresas del Estado, organismos descentralizados y las provincias y municipios "hagan un esfuerzo económico para ayudar a la salud y a los sectores económicos a sortear esta crisis". El planteo poco después derivó en otra carta, esta vez dirigida al Presidente, para acordar un gesto en común.

 

La tensión interna llevó a cruces durísimos de Ferraro contra Ritondo y derivó en la inesperada intervención de la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que cargó públicamente contra Bullrich, para respaldar a Larreta. “Hoy debemos acompañar de manera solidaria, colectiva y sin personalismos. Querer sacar ventajas individuales a costa de uno de los distritos que nos toca gobernar es inmoral y éticamente reprochable”, disparó la CC. “Son tiempos de prudencia y no hay lugar para oportunistas”, sostuvieron sus integrantes, pocas horas después de un cacerolazo cuya coautoria, dentro de Cambiemos, también le adjudican a Bullrich.

 

 

 

Casi al mismo tiempo, Massa activó sus anticuerpos y el lunes por la noche habló con Ferraro y Ritondo. También con los titulares de los representantes de bloques más chicos, como José Luis Ramón y Eduardo "Bali" Bucca, por los bloques Unidad Federal para el Desarrollo y el lavagnismo, además de Alma Sapag por el MPN. Con el dato de la interna de Cambiemos, Massa consultó los pasos a seguir con el Presidente, pero su decisión tampoco cuenta con el apoyo de las fuerzas que forman parte del Frente de Todos.

 

Desde las oficinas de Massa confiaron que la propuesta final fue resuelta luego de analizar alternativas de recorte presupuestario con el secretario General de la Cámara, Juan Manuel Cheppi, y con su par administrativo, Rodrigo "Rodra" Rodriguez. Dicen que así surgió el recorte de 200 millones de pesos que se aplicarán en los próximos cinco meses. Serán destinados a la Cruz Roja y se suman a los 32 millones que ya fueron destinados por completo al Garrahan y al Malbrán.

 

 

 

El tema será debatido la semana próxima para adoptar una posición común, pero ese objetivo comenzó a empañarse pocas horas después del cacerolazo. Además de los retos de Carrió contra Bullrich, entre los diputados de Juntos por el Cambio elegirán otra vía para aplicar el recorte del 30% en sus ingresos. Al igual que hicieron en el Senado, a través del titular del Interbloque, Luis Naidenoff, le pedirán a las autoridades de la Cámara baja que apliquen el recorte en cada dieta y que deriven los fondos a pedido de cada diputado. La oposición no quiere que Massa lo capitalice. "No le podemos dejar todo el rédito", advierten en el interbloque, mientras las aguas turbulentas de la interna con Bullrich no terminan de aquietarse y, otra vez, ponen a prueba la cohesión interna de la alianza opositora.

 

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Emilio Pérsico

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