En una discusión que recién arranca y comenzó a destapar internas, el impuesto a la riqueza que promueve el gobierno de Alberto Fernández recibió el respaldo primigenio de la Unión Cívica Radical (UCR) de la Ciudad de Buenos Aires que se referencia en el senador Martín Lousteau. Con ímpetu de marcarle la cancha al PRO, el radicalismo se puso a disposición para discutir "seriamente" el proyecto porque "suena razonable exigir una colaboración especial a aquéllos que más tienen".
El Comité de la UCR porteña movió primero y auguró un "debate serio" aunque remarcó que "el diseño tributario no puede ser concebido como una herramienta de señalamiento ni persecución a sectores que el oficialismo siente distantes". El PRO, con Patricia Bullrich a la cabeza, se mostró en contra de la iniciativa que fabricaron el jefe del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, y el presidente de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, Carlos Heller.
Dentro de Juntos por el Cambio aún no hay posición unificada prácticamente porque el proyecto todavía no fue presentado. Sin embargo, ante las declaraciones del oficialismo el PRO y el radicalismo capitalino marcaron postura sobre el eventual tributo. El flamante embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín, avanzó un poco más y le pidió a la UCR que acompañe el impuesto a las grandes fortunas.
Dispuesta a dar el debate, el bloque del radicalismo porteño aclara que "cabe considerar además que producto de nuestra propia crisis primero y del impacto de la pandemia posteriormente, el valor de los activos de muchos de los argentinos que serían sujetos al tributo sufrió grandes pérdidas".
"Eso vale tanto para sus activos no productivos como, ahora en la cuarentena y también a futuro, aquellos productivos. Frente a un Estado que, a veces por no tener recursos y en otras por problemas de gestión, no es capaz de acercarse a los que está haciendo otros estados, el capital privado será lo que permitirá una más acelerada recuperación posterior", se remarca en el comunicado oficial de la Comisión Directiva de la UCR porteña.
"Por último, muchas grandes fortunas confiaron en el país y tienen en cartera títulos públicos argentinos. Éstos han sufrido una gran caída de precio, han sido reperfilados y hoy mismo serán objeto de una oferta de reestructuración. Resulta cuanto menos contradictorio haber elevado impuestos al patrimonio en diciembre del año pasado con la ley de emergencia y volver a hacerlo hoy de manera extraordinaria e ignorar que son esas decisiones del propio Estado argentino las que por otro lado erosionan severamente el valor de los activos", sostienen los radicales.
"Hoy, la gravedad de los impactos en materia de salud, social y económica de la pandemia en nuestro país requieren de la convocatoria de todos a entregar lo mejor de cada uno de nosotros. Y eso es algo que vale para los privados, pero también para el Estado y la dirigencia política. Si entre todos somos capaces de encontrar ese espíritu y ese tono, y discutir respetuosa y rigurosamente, los representantes de la UCR de la Ciudad de Buenos Aires tendremos aportes que hacer al debate", propuso el radicalismo.
Al tiempo que le marca la cancha al PRO, la UCR capitalina avisa que acompañará la propuesta siempre y cuando la iniciativa oficial no busque "aprovechar la crisis como una excusa para utilizar el Estado señalando enemigos políticos".