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La seducción desarrollista que estrechó las manos de Kicillof y la UIA

El gobernador bonaerense se presentó ante los industriales como un abanderado de su agenda. Esbozó un duro diagnóstico de la macroeconomía, centrado en la deuda. El curioso cruce de Costa y Ratazzi.

“No soy un estatista, soy desarrollista”. La frase, palabras más o menos, salió de boca del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que almorzó con la Unión Industrial (UIA) en un convite con casi un pleno de coincidencias. “Fue como una clase de economía”, relató uno de los empresarios presentes ante la consulta de Letra P. Es que el ex ministro, que prometió arrancar hablando como gobernador, se tomó una hora y cuarto del almuerzo para hacer un diagnóstico de la macro economía nacional, repasar la herencia de Cambiemos y dejar en claro cuál es su modelo para las fábricas. 

 

“Tenemos limitaciones en los recursos, pero lo poco que hay es para el sector productivo y para sacar adelante a las pymes”, adelantó. También, desde el inicio, bajó línea concreta sobre el problema inflacionario, las tasas y el mercado interno, para explicar qué “no hay que volver a repetir” lo hecho, para evitar “lo que hizo fracasar al macrismo”.

 

 

Kicillof fue acompañado por Augusto Costa, ministro de Producción bonaerense, y ambos fueron recibidos por el titular de la central fabril, Miguel Acevedo. En la mesa de la Junta, estaban todos los peso pesados de la entidad: Daniel Funes de Rioja (Copal), Luis Betnaza (Techint), Cristiano Rattazzi (FIAT); Adrián Kaufmann (Arcor), José Urtubey (Celulosa), Alberto Álvarez Saavedra (CILFA/GADOR); Martín Rappalini (UIPBA), Silvio Zurzolo (ADIBA), Eduardo Nougues (Ledesma); Carolina Castro (Industrias Guidi), Miguel Ángel Rodríguez (Sinteplast) y Diego Coatz (economista jefe de la entidad).

 

Uno de los industriales le preguntó a Kicillof, concretamente, qué margen tenía la provincia para hacer planes en el marco de la negociación de la deuda. “Hay que resolver cuanto antes el tema de la deuda, y fue muy buena la posición que hoy tiene el FMI, pero hay que cerrar rápido el acuerdo”, expresó y avisó que la herencia del macrismo dejó las arcas perdiendo aceite, por lo cual el margen de maniobra es acotado.

 

 

 

“Yo sé que acá hay algunos que creen que la inflación es un fenómeno monetario, pero nos tenemos que poner de acuerdo en que no lo es”, siguió Kicillof, cuando muchos ya asentían. Es que, en general, los industriales son en mayoría contrarios al monetarismo.

 

A continuación, señaló que las tasas altas no pueden ser ancla inflacionaria y conquistó a la platea, enfrentada en malos términos con este tipo de política que se radicalizó desde el Banco Central del macrismo, con Federico Sturzenegger al frente.

 

 

Hubo chicanas entre Costa y Rattazzi por el dólar. 

 

 

Una vez que Kicillof terminó, se retiró de la sede de Avenida de Mayo y fue Costa quien respondió preguntas puntuales. Poco quedó, más allá de un cruce con chicana entre el ministro y Rattazzi, el titular de la FIAT. “No puede ser que exportemos a 60 y vivamos a 80”, le espetó el ítalo argentino en relación al dólar, en el casi único cuestionamiento del mediodía. “Cristiano, ¿a cuánto importas?”, replicó Costa. “A 60”, devolvió Rattazzi. “¿Viste? Importas a 60 y exportas a 60”, cerró el funcionario y despertó algunas sonrisas.

 

La única peca del evento: los industriales se fueron con ganas de conocer cuál es el plan industrial para la provincia de Buenos Aires. Los más benévolos afirmaron que, en este contexto, es difícil planificar lo integral, mientras UIPBA y ADIBA le entregaban a los funcionarios un diagnóstico de la crisis de las pymes bonaerenses. "Coincidimos en más de lo que te imaginabas", cerró Acevedo al despedirlo.

 

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