El tranquilo presente que transita Marcelo Mindlin-titular de Pampa Energía, el grupo empresarial más relevante y poderoso en el negocio eléctrico- y la caótica situación interna que persiste en el área que conduce Sergio Lanziani dispararon una nueva ofensiva de la tropa kirchnerista que apunta a colocar a otro referente de ese espacio en un puesto clave del sector energético.
El nuevo objetivo en la mira es la vicepresidencia de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), que ahora está ocupada por un ex funcionario macrista que pusieron los generadores privados, pero que siempre ha estado en manos de un representante del Estado.
El actual gerente general de la empresa es Esteban Kiper, quien proviene de las filas camporistas y llegó a ese cargo tras haber integrado los equipos técnicos de la Universidad Metroipolitana de la Educación y el Trabajo (UMET), que dirigía el actual ministro de Educación, Nicolás Trotta.
Los integrantes del Instituto Patria y los asesores de la vicepresidenta Cristina Kirchner consideran que Kiper viene ejerciendo un trato “muy blando” con las empresas del holding de Mindlin y las generadoras del grupo Sadesa, que tiene entre sus principales accionistas a Nicolás Caputo, el “hermano del alma” y socio comercial del expresidente Mauricio Macri.
A contramano de lo que aconsejan los manuales y los marcos regulatorios, el grupo que pilotea Mindlin logró, durante la gestión macrista, consolidar una participación relevante en los tres segmentos del negocio eléctrico: generación (Genelba, Loma de la Lata y parques renovables), distribución (Edenor) y Transporte (Transener y Transba). Además, todas las empresas eléctricas de Pampa se vieron beneficiadas por la aplicación de los tarifazos que mejoraron sustancialmente sus ingresos entre 2016 y principios de 2019.
Aunque no lo admitan públicamente, los miembros del núcleo duro del kirchnerismo tienen apuntados a Mindlin y Caputo por haber sido los empresarios emblemáticos del macrismo que no solo concretaron grandes negocios, sino que, además, ayudaron por distintas vías a llevar adelante la ofensiva que el anterior gobierno desplegó contra ex funcionarios de la gestión de CFK.
En ese marco, surge ahora la nueva movida motorizada desde el Instituto Patria para ocupar la vicepresidencia de la CAMMESA con el fin de controlar y marcar a presión a las eléctricas de Pampa y Sadesa.
El candidato que impulsan, con el aval de la vicepresidenta, es Juan Manuel Abud, quien durante la gestión de Axel Kicillof como ministro de Economía ocupó los cargos de director del ENRE, interventor en Recursos Humanos de YPF durante el proceso de nacionalización y gerente general de la Cammesa.
El desembarco de Abud como nuevo vicepresidente de la Cammesa se concretaría este martes en la asamblea de accionistas de la que participarán los representantes de las asociaciones de generadores (Ageera), distribuidores (Adeera), transportistas (Ateera) y grandes usuarios (Aguera).
Curiosamente, el cargo de vicepresidente está actualmente en manos del representante de la Asociación de Generadores, José María Vázquez, quien fue gerente general de Sadesa y funcionario de la administración macrista.
Antes de ser elegido en setiembre pasado como vicepresidente de la Cammesa con el aval del ex secretario de Energía Gustavo Lopetegui, Vázquez había estado casi dos años al frente de la Dirección Nacional de Generación Térmica.
Conscientes del nuevo escenario político que impera desde el cambio de gobierno, ahora los generadores ya tendrían decidido retirarle el apoyo a Vázquez y acompañar la nominación del candidato que venga con el aval del Poder Ejecutivo.
CONCENTRACIÓN BA. Las empresas vinculadas con Mindlin también se encuentran en la mira de la nueva administración bonaerense.
Kicillof y sus principales asesores han advertido en varias ocasiones que el sistema eléctrico de Buenos Aires enfrenta una complicada situación por la permisiva política que desplegó María Eugenia Vidal al facilitar la expansión monopólica y dominante de las sociedades ligadas al grupo Mindlin en las distribuidoras privadas más importantes de la provincia.
La empresa Desarrolladora Energética S.A.(DESA), que pilotea Rogelio Pagano, un ex ejecutivo del grupo Pampa Energía de Mindlin, concentra algo más del 60% del negocio de la distribución y facturación de la energía eléctrica de la provincia de Buenos Aires.
La empresa Desarrolladora Energética S.A, (DESA), que pilotea Rogelio Pagano, un ex ejecutivo del grupo Pampa Energía de Mindlin, concentra algo más del 60% del negocio de la distribución y facturación de la energía eléctrica de la provincia de Buenos Aires por medio del control de Edelap, EDEN, EDES y EDEA.
El copamiento del negocio eléctrico bonaerense por parte de los ex gerentes de Mindlin comenzó a tomar forma en los últimos años del kirchnerismo. Casi en simultáneo con la decisión de la Nación de transferir Edelap a la órbita provincial, la firma Disvol, manejada por Alejandro McFarlane, pasó a controlar en 2014 la distribuidora platense y EDEA, la eléctrica de la región atlántica.
En 2016, entran en escena DESA y Pagano tomando las riendas de EDEN y EDES. Un año después, con el visto bueno de Macri y Vidal, DESA se queda con Edelap y EDEA y se convierte en la operadora privada dominante del negocio de la distribución eléctrica en la provincia de Buenos Aires.
Tanto Mc Farlane como Pagano provienen del staff de gerentes y ejecutivos del grupo Pampa Energía que estaban bajo las órdenes de Mindlin, cuando este comenzó a tallar fuerte en el negocio eléctrico nacional con las compras de Edenor y Transener en los primeros años del kirchnerismo.