EL LABERINTO ARGENTINO

El Círculo Rojo reparte culpas y ve una devaluación inevitable

Los empresarios creen que el Gobierno llegó tarde a paliar la brecha. El deseo de un "ministro fuerte" y pedidos de cambios de nombres para generar confianza.

El Ministerio de Economía aplicó esta semana renovada artillería para reducir la brecha cambiaria: llamados a las sociedades de Bolsa para que moderen sus operaciones; licitaciones de bonos (uno de ellos, atado a la divisa) para aplacar la emisión monetaria; ventas de bonos desde organismos públicos para bajar el precio del contado con liqui; devolución de adelantos transitorios al Banco Central para retirar pesos. Pero el Círculo Rojo juzga que la devaluación es un choque de frente difícil -acaso imposible- de evitar.

 

No hay diferencias entre los sectores que consideran que la suerte está echada. Coinciden los agroexportadores, que se beneficiarían con el salto cambiario, como los importadores de insumos y bienes terminados y los empresarios que dependen del consumo interno coinciden en el diagnóstico. Le apuntan al Gobierno en general, por no haber podido generar confianza, y al ministro de Economía, Martín Guzmán, en particular. Creen que llegó tarde a encarar el problema. El latiguillo que se repite es que falta “un ministro fuerte”, una imagen cara al establishment en momentos de crisis.

 


“Guzmán tuvo un éxito tremendo que la gente no quiso valorar”, dice un importante empresario de la construcción en referencia al canje de deuda. “Pero luego no supo prever lo que estaba pasando con esta brecha cambiaria tan importante”, agrega. “No le dieron todo el poder, pero tampoco lo supo pedir como ministro”, evalúa.

 

“El Gobierno necesita generar confianza y eso se consigue con cambios de figuras”, considera un referente del consumo masivo. “Guzmán me gusta, pero no pudo arrancar".

“El Gobierno necesita generar confianza y eso se consigue con cambios de figuras”, considera un referente del consumo masivo. “Guzmán me gusta, pero no pudo arrancar. En estas condiciones, Argentina necesita presentar un plan creíble”, sostiene.

 

LA AGENDA CON EMPRESARIOS. El presidente Alberto Fernández busca desde este mes dar un shock de confianza al sector privado, con asistencia a eventos virtuales como el Coloquio de IDEA y un seminario de la US Chamber of Commerce en el que fue el principal expositor.

 

En encuentros mano a mano con Paolo Rocca (Techint), Marcos Bulgheroni (PAE), Eduardo Eurnekian (AA2000), Luis Pérez Companc (Molinos), Roberto Urquía (AGD) y Alfredo Coto, entre otros, Fernández sentó a su lado a Guzmán, que no le escapa a la responsabilidad de ser ese primus inter pares en materia económica que reclama el establishment, incluso en momentos de tensión cambiaria. El mensaje del Gobierno: “Queremos que les vaya bien”, dicen cerca del ministro.

 

En paralelo, el Ministerio de Desarrollo Productivo avanzó con el acuerdo económico y social e inició una serie de reuniones sectoriales con miras en el mediano y largo plazo y la generación de divisas.

 

 


Algunos empresarios entienden que hay oportunidades de negocios, incluso con esta brecha cambiaria o hasta gracias a ella. Como los que traen dólares al “contado con liqui” para invertir en la construcción, en pesos y con materiales que, especuladores al margen, se actualizan al tipo de cambio oficial para los grandes jugadores. La minería y hasta el sector automotriz tienen una puerta de entrada para invertir barato, si apuestan a que la economía se estabilice.

 

Pero las buenas señales cruzadas (los voceros del Gobierno y de las empresas describen esos encuentros como cordiales y productivos) no despejaron el panorama inmediato.

 

“No me animo a decir en qué deriva una macroeconomía sin respaldo de dólares. Una devaluación abrupta sería muy difícil de superar y hoy cuesta proyectar presupuestos para el año que viene”, dijeron desde otra gran empresa orientada al consumo masivo.

 

Ni siquiera el recorte de tres puntos en las retenciones a la soja hasta fin de mes y la mayor rebaja a las exportaciones con agregado de valor ayudó a revertir las expectativas. “Tienen que tocar el tipo de cambio, el productor no liquida a 50 pesos” por dólar (tipo de cambio oficial menos retenciones), evaluaron en una firma vinculada al agronegocio. El contraste entre ese número y el precio del dólar blue o el contado con liqui aleja cualquier ingreso de divisas. 

 

“Con esta brecha es imposible que los productores liquiden”, coincide el ejecutivo de una cerealera que mejoró su vínculo con el Gobierno a partir del Consejo Agropecuario Argentino y se vio beneficiada por la mayor rebaja impositiva para los derivados de la soja. Las liquidaciones de divisas apenas mejoraron en las últimas semanas y no alcanzaron para cubrir la demanda de los importadores.

 

¿Serán los bonos y plazos fijos atados al dólar una opción para ganar tiempo, como esperan en el Gobierno? Inversores y productores agropecuarios podrían así blindarse ante una devaluación. Para el Ejecutivo, es un arma de doble filo: si pierde la pulseada, la carga de deuda de corto plazo será más pesada.

 

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