El presupuesto nacional para 2021 no sólo será el primer plan de cuentas de un posible escenario de pospandemia, sino la distribución de recursos para un año electoral determinante para el futuro del presidente Alberto Fernández y para las dos gobernadoras y los 22 gobernadores provinciales. En esa mesa, se jugó una parte clave de la negociación que mantuvieron diputados y diputadas del oficialismo y la oposición para llevar la ley de leyes al recinto, en la sesión con mayor presencialidad del año.
El hilo fino de los intercambios comenzó 12 días atrás, en una reunión virtual que protagonizaron los cuatro gobernadores de Cambiemos con representantes de los ministerios de Interior y Economía, pero en un ring side organizado por el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, y el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa. El menú no fue diferente al que la Casa Rosada negoció con las provincias gobernadas por el Frente de Todos en un inédito contexto de crisis sanitaria: subsidios para atender la emergencia social y para financiar al transporte público y obras públicas para transitar un año donde pondrán en juego su capital electoral ante unos comicios legislativos que, por ahora, nadie sabe cómo se concretarán porque buena parte de su desarrollo depende de la duración de la pandemia.
Los 835.000 millones de pesos para obras públicas que tendrá el primer presupuesto de la administración Fernández es un botín que dependerá de la discrecionalidad que tenga el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, pero es una masa de dinero que cada mandatario aguarda para afrontar la agenda de su gestión para 2021. Lo mismo sucede con los casi 100.000 millones de pesos para subsidiar los colectivos urbanos e interurbanos del Área Metropolitana del interior del país, aunque la distribución seguirá siendo del 80% para el Gran Buenos Aires y del 20% para las demás provincias.
Esos puntos son la base de una negociación que el jujeño Gerardo Morales, el correntino Gustavo Valdés, el mendocino Rodolfo Suárez y el porteño Horacio Rodríguez Larreta buscaron aumentar con el pedido de recrear el Fondo Federal Solidario (FoFeSo) y contar con permisos de endeudamiento que no fueron concedidos. En el Frente de Todos, argumentan que el expresidente Mauricio Macri les permitió un inédito endeudamiento en dólares y les quitó el fondo que se financiaba con una parte de las retenciones a la soja para construir obras de baja y mediana escala en todos los municipios del país.
Los tironeos también cruzaron al oficialismo, pero la romería no fue virtual, sino presencial en la Casa Rosada, con un intenso lobby de mandatarios como el tucumano Juan Manzur y el chaqueño Jorge Capitanich. Algunos no viajaron a Buenos Aires, pero redoblaron los pedidos para darle la puntada final a un texto que siguió en negociaciones hasta el comienzo de una maratónica sesión. Uno de ellos fue el cordobés Juan Schiaretti que, como anticipó Letra P, autorizó a sus cuatro diputados a acompañar el texto, pero luego de una dura negociación por los subsidios al transporte. Con el misionero Oscar Herrera Ahuad, las expectativas pasaron por la creación de una zona franca que no gustó en la Casa Rosada, pero que el oficialismo buscará contener, mientras que el riojano Ricardo Quintela reclama una compensación de coparticipación de 12.540 millones de pesos.
Otro reclamo que une a gobernadores de distinto pelaje es el Fondo Especial del Tabaco, que se nutre de la recaudación de los impuestos internos al consumo de cigarrillos. En el país hay siete provincias tabacaleras, pero la mayoría de la producción está concentrada en tres provincias: Salta, Jujuy y Misiones. Esa distribución automática fue parte de los reclamos que hcieron el salteño Gustavo Sáenz, del peronismo renovador, junto a Morales y Herrera Ahuad.
El tejido de esta frazada corta requirió ajustes y concesiones de último momento. El esfuerzo, sostienen en el oficialismo, no sólo rinde frutos para obtener la aprobación en Diputados, que al cierre de esta nota transitaba la quinta hora de una maratón estimada en 16, sino también en el Senado, donde el Frente de Todos hará valer su mayoría a mediados de noviembre, con la misma abstención opositora que fue cultivada en la Cámara baja. Para entonces, Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, recibirán a una nueva misión del Fondo Monetario Internacional para comenzar la renegociación de la deuda de 44.000 millones de dólares que legó el macrismo.