Fiel a su estilo componedor, el presidente Alberto Fernández equilibró la balanza política con Palestina tras su visita a Israel en el marco del Foro sobre el Holocausto, que había generado el enojo de parte de la comunidad árabe.
Como informó Letra P, lo que fue un gran logro en materia de política exterior para Argentina en el fortalecimiento de las relaciones con un socio estratégico de Estados Unidos en plena negociación por la deuda externa, tiene como contracara la molestia de algunos gobiernos árabes con aspectos centrales de la visita que entienden como lesivos para la causa palestina y opuestos a la propia posición nacional acerca de que la solución al conflicto en la región debe basarse en la convivencia pacífica de dos Estados.
Tras participar del evento, que se celebró en Jerusalén, el Presidente tomó nota de esa reacción y, antes de embarcarse en el avión que lo traía de regreso a Buenos Aires, emitió un fuerte mensaje fraternal para Israel, pero que incluyó un reconocimiento a Palestina.
"Dejo esta hermosa tierra con un sueño: verla en paz con sus vecinos y especialmente con el pueblo palestino. Nuestro país reconoce, por convicción y por respeto a las decisiones de Naciones Unidas, la existencia de los dos Estados y siempre propició la convivencia pacífica", escribió Fernández en su cuenta de Twitter. Y agregó: "Sé de lo complejo del tema, que lleva años sin solución. Pero nunca vamos a renunciar a soñar con la paz."
Tal como publicó este medio, cuando se anunció que Fernández encabezaría la delegación a Jerusalén y se desataba el júbilo en el gobierno de Israel, la embajada palestina hizo un pedido formal a la Cancillería para que, al menos, compensara con una visita al presidente Mahmud Abás, ya sea en Ramala o en Belén. Pero el pedido quedó sin respuesta de la Cancillería.
Con su mensaje, el Presidente buscó aliviar el efecto de esa omisión y tender un puente con Palestina, estado cuya independencia reconoció Cristina Fernández de Kirchner en 2010.