El Gobierno trabaja para sumarle al presidente Alberto Fernández una cita con algún mandatario europeo una vez que inaugure su agenda internacional, con la visita que le hará al papa Francisco, el 31 de enero en el Vaticano. El primer mandatario tenía previsto aprovechar ese viaje para concretar un encuentro pendiente con el presidente francés, Emmanuel Macron, pero la reunión debió postergarse por problemas de agenda.
Fernández quiso darle al papa argentino un lugar preponderante y decidió inaugurar su agenda internacional con una visita al Vaticano. Francisco lo recibirá el 31 de enero en la Biblioteca Privada del Palacio Apostólico del Vaticano. Primero tendrán un encuentro privado y luego se sumarán a la reunión los otros nueve integrantes de la delegación oficial argentina.
El encuentro se terminó de confirmar esta semana, luego de que el Presidente designara finalmente al nuevo embajador argentino ante la Santa Sede. Atendiendo al pedido de Francisco sobre el perfil del enviado oficial, Fernández eligió para ese lugar a Luis Bellando, un diplomático de carrera sin actividad política. “No quiere una unidad básica en Roma”, le dijo a Letra P un funcionario de extrema confianza del Presidente sobre el mensaje que el papa le hizo llegar a la Casa Rosada. Bellando fue antes embajador en Angola, encargado de negocios en Cuba y cónsul en Río de Janeiro.
Tras la visita al Vaticano, el Presidente tenía previsto viajar a Francia para reunirse con Macron, pero los países no lograron hacer congeniar las agendas de ambos mandatarios y el encuentro se postergó. En noviembre, Macron le había enviado una carta a Fernández para felicitarlo por su triunfo en las elecciones y lo había invitado a su país.
“Nuestros lazos económicos y comerciales son fuertes y generan empleo en ambos países. Me gustaría seguir desarrollándolos con usted en los numerosos sectores en los que convergen nuestros intereses”, le escribió el francés. Por eso, en un primer momento se barajó la idea de que Fernández viajaría a Francia antes de asumir o inmediatamente después del 10 de diciembre. Pero la urgencia económica determinó otras prioridades y el Presidente consideró que no correspondía salir al exterior en pleno mensaje de emergencia y debate de la Ley de Solidaridad Social. Los compromisos internacionales se postergaron.
Una vez definido el encuentro con el papa, funcionarios de la Casa Rosada empezaron a trabajar para aprovechar el viaje y sumar otra cita internacional. El destino podría ser Italia, Alemania, Portugal o España. Sin flota oficial disponible por falta de mantenimiento, Fernández viajará con su comitiva en vuelos de línea.
El viaje será corto y austero y la fecha podría influir en la definición de la agenda legislativa. Esta semana, Fernández se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el titular del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, para evaluar la posibilidad de convocar a una sesión el 29 de enero para tratar los proyectos que le interesan al Poder Ejecutivo, como la reforma judicial, la eliminación de las jubilaciones de privilegio y la creación del Consejo Económico y Social. En diálogo con Letra P, fuentes de la Casa Rosada pusieron en duda la celebración de la sesión, que podría coincidir con la fecha en la que el Presidente podría viajar al Vaticano.