A un mes de las elecciones presidenciales, hay sectores que empezaron a marcarle la cancha a un hipotético gobierno de Alberto Fernández, el que más votos obtuvo en las PASO. Luego de que el candidato del Frente de Todos avisara que trabaja con la UIA y la CGT en un pacto de estabilidad, precios y salarios para los primeros 180 días, empresas líderes del consumo masivo aprovecharon el río revuelto de la política para trasladar nuevos aumentos de precios, escudados en “cubrirse” de posibles futuros congelamientos.
Letra P accedió a nuevos listados que proveedores de alimentos, bebidas y productos de higiene enviaron estos últimos días de septiembre a los grandes supermercados. En el detalle se observa que hubo alzas promedio del 16%, con picos cercanos al 30% en algunos productos. Las firmas que pasaron las subas son Las Marías (yerba y té), Bianchi (vinos), Ledesma (azúcar), Sancor (lácteos), Liebig (yerba), FEMSA (Coca Cola), Danone (lácteos y bebidas), Papelera del Plata (rollos de cocina, servilletas e higiénico), Quickfood (congelados de carne) y Procter and Gamble (limpieza e higiene personal).
“Son para toda la gama de productos de cada empresa”, blanqueó un importante supermercadista a este portal. Los aceiteros, que ya había subido 25% con la devaluación, fueron los que avisaron que las alzas que se están dando “son por la incertidumbre, el dólar y el no saber qué acuerdo quiere el próximo gobierno”.
Lo cierto es que, en paralelo, también hay empresas que, con esas decisiones, buscan presionar al gobierno de Mauricio Macri con beneficios de los que carecen. El principal, que sean incluidas en el plan de IVA cero, que logró un leve repunte de ventas pero que alcanza sólo a once categorías de productos de la canasta básica.
“El Gobierno está corrido de los controles y cada uno hace lo que quiere”, detalló un proveedor de bebidas que juró no estar dentro de los aumentadores. Consultados por Letra P, fuentes de la cámara alimenticia Copal negaron que las subas sean “cartelizadas” y aclararon que “es decisión de cada una de las empresas”.
En el supermercadismo los ánimos están caldeados. “Somos los que ponemos la jeta, no somos carmelitas descalzas, pero esto es un viva la pepa”, refunfuñó un CEO. Es que en las cadenas ya paladean el gusto amargo de un fin de año caldeado en las góndolas. Es que el INDEC ya había comunicado una inflación mayorista superior al 11% en agosto, lo que redundará en un impacto en los últimos meses del año. A lo que se le sumarán los aumentos que las empresas ya vienen anunciando por la propia y para resguardo.
Hay, en este escenario, pocos directivos del retail que estén viendo la película más allá de la foto. Uno de ellos recordó que lo mejor sería recomendarle al que ascienda a la presidencia en octubre lo mismo que se le recomendó al gobierno de Macri en 2015: sentar en una pieza a CEOs de la provisión de alimentos y bebidas y a CEOs de los grandes supermercados. “Que se vean las caras, se pongan de acuerdo y coordinen salir de esta crisis”, expresó el interlocutor y concluyó: “Así como está la cosa, se vienen meses feos”.