“La Plata es el lugar donde nací, es el lugar donde nos conocimos, es el lugar donde me pasaron las cosas más lindas y más feas. A mí me cuesta venir a La Plata, porque cada lugar me recuerda gente que no está…. ay, vamos cambiar de tema”, fue la primera reflexión que soltó Cristina Fernández de Kirchner este sábado en la presentación de su libro, "Sinceramente", en la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata. La ex presidenta volvió a la escena pública en un momento bisagra: con la victoria propia de las PASO a cuestas, con una devaluación y default no oficializado de la gestión Mauricio Macri atemorizando a los ahorristas locales y mensaje claro y duro: “Está todo infinitamente peor”. Cristina está de vuelta para el tramo final de la campaña electoral, pero tratando de esquivar el protagonismo.
La ex presidenta y actual compañera de fórmula de Alberto Fernández eligió su ciudad natal para reaparecer públicamente tras la victoria del Frente de Todos en las elecciones primarias del pasado 11 de agosto. Hasta la Facultad de Periodismo también llegaron el candidato a gobernador y revelación electoral en territorio bonaerense, Axel Kicillof; la candidata a vicegobernadora Verónica Magario, la ganadora de la interna de Todos por la intendencia platense, Florencia Saintout, y otras personalidades de la política K. Sin embargo, lo que sorprendió –aunque se presumía que podía llegar a suceder- fue la presencia del ex entrenador de la Selección Argentina de fútbol masculino Alejandro Sabella. Emblema deportivo de la ciudad de las diagonales, Sabella fue ubicado en primera fila. Ingresó manejando hasta el auditorio donde se llevó adelante el acto. Lo acompañaba su esposa, Silvana Rossi. “Estoy bien”, fue todo lo que dijo. En el acto, aplaudía cada intervención de CFK.
Sabella, al ingresar a la presentación de Sinceramente. Detrás suyo, Kicillof (Foto: Ignacio Amocini-AGLP)
Cristina repitió el formato que venía sosteniendo con las presentaciones de Sinceramente. Mientras cientos de personas la escuchaban sentadas en un salón, afuera miles esperaban que saliera a saludar a un escenario montado para la ocasión. Esta vez no fue la excepción. Antes de salir a saludar a la militancia, habló por más de una hora bajo la moderación del periodista Marcelo Figueras. “Hoy toca Cristina en La Plata”, dijo el también escritor, que tuvo un salto mediático en el último tiempo a través de la relación construida con el cantante Carlos "Indio" Solari, otro referente de la intelectualidad K.
Durante más de una hora, Cristina fue al hueso. Tocó sus propias fibras íntimas y, a la par, vapuleó al presidente Mauricio Macri. Nunca lo nombró, pero siempre habló de él y de sus políticas económicas. También le recordó el triunfo –inesperado en la diferencia- de las PASO.
“Sabíamos que íbamos a ganar, pero no por la diferencia de votos con la que lo hicimos. Esta es la realidad. Yo no creo mucho en las encuestas, Néstor era el fanático de las encuestas, Máximo también”, dijo y contó que la única medición a la que le creyó fue a una que le daba nueve puntos en la Nación “y diez para Axel en la provincia”.
Después de esa confidencia, llegó el momento en el que apuntó contra el endeudamiento de Macri, en la misma semana en la que corrió como reguero de pólvora el rumor de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) no haría el tercer desembolso del préstamo U$S 5.400 millones. “Fueron 12 años y medio de pagar, pagar y pagar deuda de gobiernos anteriores. Pagamos en 2012 el corralito, el corralito de (Domingo) Cavallo, (Federico) Sturzenegger; Néstor Kirchner pagó al FMI en el 2005. Del '57 al 2005, cuando Néstor paga la deuda total, habíamos acumulado casi una deuda de 10 mil millones de dólares que el pueblo argentino pagó. Ahora, en tres años tomamos una deuda de 57 mil millones”.
Cristina saludando a los seguidores que se acercaron hasta el estacionamiento de la Facultad de Periodismo (Foto: AGLP)
“Volver y que todo esté infinitamente cambiado, peor, inmanejable como estamos viviendo y que las actuales autoridades nos digan que lo pasa es por los populistas que vienen, la verdad es que tienen que tener un poco de decoro. Endeudaron de vuelta al país y dicen que pasa esto porque ganamos nosotros. Los resultados de las PASO son el resultado de las políticas que están llevando adelante”, dijo y golpeó con dureza: acusó al Presidente de provocar la escalada de la crisis por una suerte de venganza contra los votantes que le propinaron la paliza electoral del 11A: es de "mal ser humano" tomar medidas contra la sociedad, castigó.
Después habló sobre el futuro. Dijo que ahora "todos los actores se sienten a discutir en serio para armar un modelo de sociedad que necesariamente tiene que ser de perfil industrial y de ciencia y tecnología. Estamos ante una oportunidad histórica de hacerlo". Admitió que se mantendrá al margen o en un segundo plano y apostó a la renovación generacional. "Yo, ya está. Ahora vienen las nuevas generaciones". Kicillof aplaudía sentado en primera fila.
Vestida de rojo furioso y manipulando una carilina durante casi toda la presentación del libro, Cristina se emocionó en varios pasajes de la charla. Cuando no apuntaba a las políticas del Gobierno y se sinceraba, ante las intervenciones de Figueras, en aspectos casi íntimos de su vida, se emocionaba. “El dolor humaniza. Puede convertirte en una bestia herida o ganas de hacer daño a los demás, o puede convertirte en alguien que se solidariza con todos aquellos que sufran. Es duro, el dolor enseña. Lo de Néstor fue un golpe muy fuerte”, dijo sobre el cierre de la charla.
Ya con los ojos vidriosos, habló sobre la salud de su hija, Florencia Kirchner. “Es una cosa muy dura todavía, porque además no está él tampoco, que era su padre, y yo me siento responsable”, dijo. La voz se le cortó, hizo un gesto con la mano como no queriendo hablar más y los aplausos del auditorio dieron por terminada la charla.
La última vez que se supo que Cristina había estado en La Plata fue en abril de este año. El 19 de ese mes, fue al Hospital Italiano de la capital bonaerense a despedir a su madre, Ofelia Wilhelm. Este sábado, sobre la diagonal 113, en el acceso al predio donde se llevó adelante el acto, un pasacalles la recordó. “Ofelia presente”, decía el cartel que llevaba la firma de Los Triperonistas, un grupo de kirchneristas hinchas del club Gimnasia y Esgrima La Plata. Institución por la que simpatizaba Ofelia y también Cristina. “A mí me cuesta venir a La Plata, porque cada lugar me recuerda gente que no está”, había sido lo primero que dijo cuando se sentó frente al micrófono.