El recuerdo fresco del escándalo que cubrió de sospechas a las elecciones de 2015 hizo que la Junta Electoral tucumana decidiera desplegar un inusitado operativo de seguridad en los comicios que se disputarán este domingo en la provincia, donde el gobernador Juan Manzur irá por la reelección.
Por pedido de la Junta Electoral, la policía provincial puso a disposición 3.653 efectivos que se ubicarán uno en cada mesa de votación y que tendrán a su cargo “exclusivamente la custodia y preservación de la urna perteneciente a dicha mesa debiendo permanecer a una distancia no menor de tres metros sin poder rotar entre las mesas y no tendrán contacto físico con ella excepto cuando estuviere en riesgo su integridad”.
Esos 3.653 efectivos se sumarán a los 1.000 agentes de Gendarmería nacional que estarán distribuidos en las 426 escuelas afectadas a los comicios en toda la provincia. Según informó a Letra P el vocero de la Junta, Carlos Amaya, las autoridades en materia electoral habían pedido al Ministerio de Seguridad de la Nación, que conduce Patricia Bullrich, el envío de 2.000 gendarmes pero la cartera autorizó la mitad, por lo que se decidió apelar a la policía provincial. En tanto, otros cuatro mil policías se dedicarán a sus tareas habituales de vigilancia y prevención.
Las tareas de custodia de la policía sobre las urnas trajeron aparejada una controversia sobre el lugar de votación de los efectivos. En un primer momento, la Junta Electoral autorizó a los agentes a votar en las mesas que tengan bajo su vigilancia. Sin embargo, por una presentación de los partidos políticos, debió modificar esa disposición y resolvió que las tareas de custodia de los policías comenzaran recién a las 10, de manera tal que tendrán desde las 8 hasta esa hora para emitir su voto en el lugar que figure en el padrón.
Las disposiciones de la Junta Electoral y el extremo celo en la preparación del operativo de seguridad tienen una vinculación estrecha con los incidentes que se produjeron en 2015, cuando la elección terminó envuelta en un escándalo, con quema de urnas, denuncias de fraude e incidentes incluidos.
En aquella elección, la fórmula Manzur-Osvaldo Jaldo se impuso con el 53,68% de los votos frente a la boleta que encabezaba el radical José Cano, que cosechó el 41,51%. Por entonces como candidato a presidente por Cambiemos, Mauricio Macri se puso al frente de las denuncias de fraude y le exigía al ex gobernador José Alperovich que garantizara “la paz” en la provincia. Para el peronismo, sin embargo, los incidentes se limitaron a “hechos puntuales” fogoneados por la oposición de Cambiemos en la previa para enrarecer lo que se encaminaba a ser un triunfo de Manzur.
Además del operativo desplegado por las fuerzas de seguridad, en esta elección la Junta Electoral dispuso cambios en el sistema de transmisión de datos. Esta vez, la empresa MSA será la encargada de enviar al centro de cómputos, vía telefónica, una foto del telegrama que se confecciona en cada una de las mesas una vez terminada la elección. El centro de cómputos estará ubicado en el hotel Sheraton, de la capital provincial. En paralelo, los telegramas serán enviados a la Junta Electoral, donde también irán las urnas, custodiadas por la policía. Las urnas tendrán diferentes colores según la sección: las del oeste serán rojas, en el este se utilizará el naranja y en la capital serán blancas.
Según estiman las autoridades, los resultados se conocerán recién cerca de la medianoche. Si bien se cree que el escrutinio será un poco más ágil que en otras oportunidades, debido a los cambios en la transmisión de datos, el sistema electoral tucumano, denominado “de acoples”, suele dificultar el recuento.
El acople permite a los partidos provinciales adherir a un candidato a gobernador de otra fórmula, al tiempo que los partidos municipales que llevan concejales también pueden acoplarse a intendentes de otras fuerzas. Eso da como resultado que proliferen listas y candidatos. En esta elección, para cubrir 347 cargos, se inscribieron 18.296 candidatos.
En Tucumán, sexto distrito electoral del país, hay 1.225.000 electores habilitados para votar, de los cuales el 40% se concentra en la capital, San Miguel de Tucumán.