El Gobierno jugó fuerte para sacar al economista José Luis Espert de la cancha, pero lo que parecía un triunfo seguro se volvió un caos hacia el final del día del cierre de listas.
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El Gobierno jugó fuerte para sacar al economista José Luis Espert de la cancha, pero lo que parecía un triunfo seguro se volvió un caos hacia el final del día del cierre de listas.
Los focus group de Cambiemos ya venían mostrando que el oficialismo podía perder votos por derecha más que por izquierda, por definirlo de manera simple. Y que esos votos, en una posible elección reñida, serían definitorios en un hipotético ballotage. Actuó en consecuencia: logró que, foto mediante, el ex sushi y Alianza Darío Lopérfido resignara su candidatura a jefe de Gobierno porteño. La segunda jugada, la que parecía más ambiciosa, siguió con la captación para Cambiemos de Alberto Asseff, el jefe del partido UNIR, fuerza base del Frente Despertar, del que Espert es pre candidato presidencial.
Espert y su vice, Rosales, en la puerta de los tribunales.
Talló allí el flamante pre candidato a vice de Mauricio Macri, Miguel Pichetto, que juntó a Asseff con Cristian Ritondo y se tomaron una fotografía casi celebratoria del fin de los liberales. Pero en la política de la redes pasan cosas extrañas, que contrastan con las viejas artes de robar figuras. Espert o Nada, Espert No Se Baja, Dejen competir a Espert o Espert Sigue fueron los hashtag que recorrieron Twitter en las últimas horas, denunciando “proscripción” de Cambiemos al candidato de los libertarios, un puñado nada despreciable de electores que repudian el intervencionismo estatal, piden ajustar más el gasto y corren por derecha al Gobierno. Muchos de ellos, incluso, votaron a Macri en 2015 y se defraudaron rápido por considerar que lo prometido en campaña no se cumplió.
En el búnker de Sarmiento y Esmeralda, Espert y su socio de fórmula, el periodista Luis Rosales, se pasaron el día buscando recovecos legales para saltar la zancadilla de Pichetto y Asseff. Entre agua, gaseosas y pizzas de Las Cuartetas, los libertarios avanzaron en la confección de las listas a presentar, mientras los abogados trabajaban con otros apoderados como los de la UceDé (Asseff era el apoderado de Despertar) para llegar antes de las 24 con la nómina de candidatos. En paralelo, las redes sociales estallaban de mensajes.
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Cerca de las 21, Espert logró lo impensado. Acaparó el prime time de la TV, en vivo o vía móvil, contando la disputa con Asseff, Pichetto y Macri. “Nos pusieron en el centro de la escena, nos dieron una visibilidad que no teníamos”, expresaron desde el búnker ante la consulta de Letra P. Horas antes, la movida oficial ya había llevado al pre candidato al título principal del diario La Nación. “El Gobierno hizo todo para que no me presentara”, expresó el pre candidato en diálogo con TN, y hasta negó ser funcional al kirchnerismo recordando su pasado de duras críticas al gobierno de Cristina Fernández. “Voy a dar libertad de acción”, provocó ante la pregunta de a quién votaría en un ballotage entre Macri y los Fernández. Hasta el momento, el Gobierno contaba esos votos a favor en un mano a mano con los K.
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El segundo descorche, mientras aún no garantiza Espert que la Justicia avale su candidatura, fue referido al sector que en las últimas horas se habría fidelizado: el de los jóvenes liberales. Las encuestas, cualquiera sea la filiación, reflejan un dato fuerte: los jóvenes por debajo de los 30 o 40 años representan hasta el 45% del padrón de votantes. La mayoría de esos electores, según los mismos sondeos, votan a opciones no conservadoras. A pocos días de las PASO y con el cierre de listas encima, ese segmento está inclinado en forma mayoritaria hacia diferentes vertientes del peronismo. Una parte menor, en cambio, se mantenía respaldando a Mauricio Macri. Para los libertarios de Espert, es allí donde ganan ellos.
Con algunos hechos a la vista, parecen no estar tan errados. Un ejemplo: en la cena de la ONG Conciencia, compartieron mesa dos intendentes jóvenes del PRO de la provincia de Buenos Aires con cinco adolescentes del grupo Debate. Niños que piensan políticamente en clave liberal. Curioso, uno de los jefes comunales les preguntó a los chicos a quién votarían para presidente en octubre. “A Espert, porque es liberal”, contestaron. “Pero Mauricio también es liberal”, contraatacó el intendente. “Bueno, a veces, hay días que hace una cosa y hay días que hace otra”, replicaron y cerraron la charla.
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Cambiemos y Macri mantienen una fortaleza importante en la clase media mayor a 60 años, pero tiene problemas serios en los más jóvenes. Desde el inicio de Cambiemos, la derecha fue el enemigo que más dificultades le planteó a la hora de definirse. En el frente Despertar entienden que, con el economista en cancha, ese voto de Cambiemos queda en riesgo. Pero todo es prematuro y el escenario sigue abierto.
Desde el entorno de la jueza federal que entiende en temas electorales, María Romilda Servini, confirmaron a Letra P que recién la semana próxima se definirá si Espert puede o no competir. Mientras tanto, la foto de este sábado muestra al espacio como ganador luego de estar contra las cuerdas. Y con una pequeña venganza: a media tarde del sábado, Espert le sacó a Cambiemos al marplatense Guillermo Castello, un hombre de confianza de Elisa Carrió y María Eugenia Vidal. Será su pre candidato a gobernador bonaerense. No es poco para una fuerza emergente que pretende comer del mismo plato que Cambiemos.