Alejadas de la pirotecnia electoral, las petroleras están preocupadas por un tema serio: apurar los tiempos de desarrollo para que Vaca Muerta sea explotada cuanto antes y sea competitiva con perfil exportador. En este contexto, el primero en mover fue el presidente de YPF que eligió Mauricio Macri para conducir la gestión. Miguel Gutiérrez, ex JP Morgan y Telefónica, que viene manteniendo conversaciones con dirigentes de todos los partidos. Entre los encuentros hubo varios acercamientos con los técnicos del equipo de Alberto Fernández. “Hizo muchos aportes”, admiten en el sector de la energía.
Hombre de diálogo permanente, el jefe de YPF tiene una obsesión: cree que la única forma de hacer competitivo el yacimiento es instalando una nueva planta de licuefacción de gas con capacidad para procesar recursos suficientes para exportar.
“YPF está liderando el dialogo con todos los sectores para analizar las oportunidades de construir una planta de licuefacción y dotar de un marco regulatorio a esa potencial operación para hacerla competitiva”, admitieron fuentes de la petrolera de bandera ante la consulta de Letra P.
No obstante, aclararon que no pueden confirmar las reuniones de Gutiérrez. Sí agregaron que “YPF está hablando con varios actores (UIA, Sociedad Rural) sobre la gran oportunidad que reviste el gas de Vaca Muerta y el potencial exportador que tendría Argentina si se lograse desarrollar la planta de licuefacción”.
En el albertismo, en tanto, coinciden en habilitar -como contó el portal EconoJournal- el debate por una ley nacional que persiga el objetivo de explotar Vaca Muerta. Ya tienen identificados 24 problemas que traban la ganancia pareja para las empresas y pretenden avanzar rápido, dado que el precandidato, asesorado por técnicos como el economista Guillermo Nielsen, supone que, si no se extrajera ahora, en un futuro no muy lejano el recurso gas no sería tan atractivo en precio ni en volumen.
Se discute la construcción de una planta de licuefacción que permita exportar.
Mucho de esto se habló en los pasillos del Pre Coloquio de IDEA que se celebra en Neuquén, del que participaban este miércoles el presidente Macri y su flamante compañero de fórmula, Miguel Pichetto. También, Nielsen, en representación del peronismo albertista.
Las charlas de Gutiérrez y otros empresarios con políticos se centran en la planta, que podría licuar hasta diez o 15 veces más de recurso que la barcaza que instaló hace poco tiempo YPF. El problema es el financiamiento. Se necesitan cerca de U$S4000 millones en cuatrii años, un monto imposible de conseguir hoy en los mercados. El albertismo entiende que eso debe ser financiado por las empresas, que no se niegan a hacerlo pero quieren pactar un marco regulatorio que no les quite rentabilidad. El temor más grande es que el escenario que viene quede confuso como el actual, que terminó cambiando las condiciones con el caso de Techint, que puso millones y luego se quedó sin el subsidio que el Estado se había comprometido a darle.
Desde el inicio de la pre campaña, los Fernández se ocuparon de borrar del Círculo Rojo la idea de que, de ganar la presidencial, habría un proyecto de ultra regulación para el yacimiento no convencional. En ese contexto se dieron las charlas con políticos y empresarios.