La Iglesia católica, que desde el Vaticano comanda el papa Jorge Bergoglio, le reclamó este sábado a la política que construya "un gran pacto nacional con mirada amplia y generosa, que no sea funcional ni coyuntural y deje de lado las mezquindades". Lo hizo después del fracaso del acuerdo de 10 puntos que impulsó el Gobierno para, según la Casa Rosda, garantizar la gobernabilidad hasta las elecciones de octubre.
Ante el presidente Mauricio Macri y desde el púlpito de la Catedral Metropolitana, el arzobispo porteño, Mario Poli, volvió a usar una fecha patria -en este caso, el 25 de Mayo- para pedir hechos y actitudes a la dirigencia politica. "Permanecen en el tiempo cuestiones de Estado sin resolver. ¿No será el momento de ir hacia un gran pacto nacional con mirada amplia y generosa, que no sea funcional ni coyuntural, dejando de lado mezquinos intereses sectoriales?", observó el religioso, a modo de reclamo.
"¿No será el momento de ir hacia un gran pacto nacional con mirada amplia y generosa, que no sea funcional ni coyuntural, dejando de lado mezquinos intereses sectoriales?" (cardenal Poli)
"Se trata de una propuesta superadora de todo partidismo y fracción, con la conciencia de que la unidad prevalece sobre el conflicto", sostuvo.
Durante su sermón, el cardenal primado de la Argentina consideró que debe hacer "un gran pacto de honor capaz de una dirigencia que transmita esperanza objetiva al pueblo". Y añadió: "Nuestra sociedad no está hecha para la división y no se acostumbra a vivir en la confrontación, sino que aspira a una convivencia en paz, en justicia, con educación y trabajo y quiere recuperar la alegría de sentirse en su tierra".
Macri soportó la arenga del religioso -que ejerció, como habitualmente hace la Iglesia, su condición autoasignada de suprapoder- con rostro adusto, acompañado en la primera fila del templo por su esposa, Juliana Awada, y con la ausencia notoria de referentes de la oposición.
El Presidente impulsó este año un acuerdo de gobernabilidad basado en diez óbjetivos alineados con el plan de ajuste y deficit cero diseñado por el Fondo Monetario Internacional. La iniciativa se diluyó en una ronda de reuniones con gobernadores oficialistas y opositores de las que ni siquiera participó el jefe de Estado, sino que estuvieron a cargo del ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Más allá del impacto politico inicial y las discusiones que provocó en la oposición, los 10 puntos no dieron lugar al "gran pacto nacional" que ahora reclama la Iglesia.