La masacre causada por policías de Buenos Aires en San Miguel del Monte que dejó como saldo tres menores y un adulto muertos y sumó otra página a la manchada foja de servicio del ministro Cristian Ritondo no altera la estrategia electoral de Cambiemos: la gobernadora María Eugenia Vidal y el presidente Mauricio Macri bancan al sheriff. Ella lo mantiene al frente del Ministerio de Seguridad y él, como primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. En La Plata creen que “está llevando bien” la crisis y le ratifican la confianza. En la Casa Rosada, donde se decidió poner al ministro como figura central de campaña, están “satisfechos” con el desempeño del funcionario. La tragedia del lunes pasado, que incluyó persecución, balacera e intento por fraguar los hechos por parte de efectivos, se suma al abultado prontuario de Ritondo, en el que se cuenta la mayor masacre en la historia de las comisarías argentinas, que dejó diez muertos en Esteban Echeverría: con lo ocurrido en San Miguel del Monte, 14 muertes en los últimos seis meses, 21 en los últimos dos años.
“Actuó rápido y bien”, aseguraron a Letra P fuentes de la Casa Rosada cercanas al jefe de Gabinete, Marcos Peña, promotor de la postulación de Ritondo para reemplazar al saliente Emilio Monzó y contar, así, con un hombre de perfil más duro para caminar el conurbano áspero.
En Balcarse 50 destacan que el ministro siga a rajatabla la posición de mano firme y no le saque el cuerpo a la doctrina Bullrich, pese a consecuencias brutales como la ejecución de civiles por parte de las fuerzas policiales que están sobre su mando.
Ritondo reaccionó ante la evidencia de los hechos en San Miguel del Monte. No antes. Y con la lógica de encapsular el tema a un caso aislado de malos policías, intentando evitar el reverdecer de la “maldita policía” que desde el comienzo de su gestión Vidal intenta erradicar del imaginario colectivo.
“El ministro seguirá en funciones”, confirmaron a Letra P fuentes del Gabinete bonaerense. Indicaron que nunca se barajó otra posibilidad que la de su permanencia, y que continuará en su rol de figura destacada de la campaña bonaerense, especialmente en el Gran Buenos Aires.
TIROS Y MENTIRAS. El primer parte oficial sobre el caso de San Miguel del Monte daba cuenta de una persecución policial contra un auto Fiat 147 cuyos ocupantes no atendieron la voz de alto y por impericia terminaron chocando contra un camión. Los policías dijeron que no habían efectuado disparos. El vehículo menor quedó partido en dos, cuatro de sus ocupantes fallecieron en el acto, en tanto que una de las adolescentes fue internada en terapia intensiva y continua con estado reservado.
Días después, y en medio del silencio del gobierno y del área de Seguridad, el fiscal general de La Plata, Héctor Vogliolo, confirmó lo que los vecinos denunciaban a viva voz: desde el patrullero había partido una balacera. El auto tiene varios impactos de balas y al menos uno de los menores fue alcanzado por un plomo.
A partir de allí la noticia dio un giro total y Ritondo, rápido de reflejos, detuvo a 12 policías involucrados en el hecho y convocó a los familiares de las víctimas a su despacho, donde atendió sus denuncias sobre presuntas irregularidades en la comisaría de Monte y acordó con ellos salir a explicar el caso. Luego optó por hacer silencio.
Este viernes por la tarde, familiares y organizaciones en lucha contra el gatillo fácil se movilizarán desde el Congreso de la Nación hasta Plaza de Mayo.
Como en Monte, como en La Matanza, como en los calabozos de Pergamino y Echeverría, el ministro de Seguridad, reaccionó ante la evidencia de los hechos, no antes, y con la lógica de encapsular el tema como si se tratar de un caso aislado de malos policías y no posibilidad de un regreso o continuidad de la “maldita policía” bonaerense, esta vez en épocas de Vidal.
LA LISTA. A las tragedias de San Miguel del Monte y Esteban Echeverría debe sumarse el trágico capítulo ocurrido en 2017 en Pergamino, cuando siete presos alojados en el calabozo de una comisaría murieron asfixiados durante un incendio.
En sendos informes, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) ya venía denunciado las malas condiciones de detención en cárceles y la flagrante violación a la prohibición de la permanencia de detenidos en comisarías.
Sin embargo, en uno de los calabozos de la comisaría Primera de Pergamino, aquel 2 de marzo de 2017 había siete personas encerradas. Todos murieron a raíz del incendio que, según las pericias, no fue sofocado debidamente por personal del lugar.
El 15 de noviembre de 2018, fallecieron ocho detenidos en la comisaría Tercera de Esteban Echeverría y varios días después, otros dos. Hacinamiento, condiciones inhumanas de detención y falta de elementos mínimos de seguridad en el lugar fueron parte de las negligencias que llevaron a la muerte de los detenidos.