Sin embargo, sitúan claramente el “factor Cristina” en el centro de las preocupaciones futuras, con un temor a que su retorno implique alguna forma de desconocimiento de la deuda, medidas de control de capitales y hasta discontinuación de reformas emprendidas por la administración saliente y que resultan valoradas.
Pablo Castagna, director de Portfolio Personal Inversiones, le dijo a Letra P que “las dudas en relación con una eventual reelección del actual gobierno pasan, más que nada, por su capacidad de enderezar la economía, atraer inversiones y generar dólares genuinos para poder afrontar los vencimientos de deuda, incluidos los del acuerdo con el FMI. Si bien el mercado siente que el Fondo acompañará el acuerdo inicial con los ajustes y modificaciones que haya que hacer, hay otro montón de deudas que se tomaron en los últimos cuatro años y que habrá que afrontar”.
En diálogo con este portal, Gustavo Neffa, socio y director de Research for Traders, sumó un elemento: en la gestión actual, indicó, “se hicieron muchos avances en materia fiscal y monetaria. La casa se empezó a ordenar. Pero la inflación dio un revés inesperado. Ese no solo es el principal miedo de la gente de a pie, por encima de la inseguridad, la corrupción e incluso del desempleo, sino también de los hacedores de política económica, del Gobierno y de la empresas. Hablo del riesgo de una hiperinflación”.
-¿Se teme que un fenómeno de ese tipo pueda desatarse antes del cambio de gobierno?– preguntó Letra P.
-Sí, ese tema está instalado. Yo lo descarto, pero el mercado percibe ese riesgo porque tiene memoria– respondió Neffa.
"La casa se empezó a ordenar. Pero la inflación dio un revés inesperado y ese es el principal miedo de la gente de a pie", dijo Gustavo Neffa.
Gabriel Arguissain, gerente de Inversiones de Consultatio, complementó esos argumentos ya pensando en lo que viene. “En gran medida, la incertidumbre pasa por cuán grande va a ser el viraje en las políticas económicas hacia adelante. Claramente, en un escenario en el que no haya continuidad (de Cambiemos), no está claro si el país irá camino a Venezuela o a algo más razonable, pero me imagino que desde el exterior nadie quiere ver qué pasa estando comprado”.
Neffa y Castagna parten del presente, pero también entienden que los inversores temen intensamente un retorno de la antecesora de Macri.
El primero de ellos señaló que “ésta es una opinión subjetiva, pero creo que Cristina Kirchner está en el centro de la escena. Si no, el mercado no había reaccionado como lo hizo cuando se conocieron las últimas encuestas que la dieron ganadora”, una de ellas, incluso, por amplio margen en un ballotage contra Macri.
Castagna enumeró miedos concretos. “Más que nada, el mercado le tiene miedo a la vuelta del populismo, concretamente de Cristina Kirchner, debido a la posibilidad de que vuelva a tomar medidas y regulaciones como las que ya hubo: default, cepo (cambiario), limitación para la compra de dólares para importar, falta de libertad para transferir dólares al exterior y varios etcéteras”.
“Dentro de todo eso, el principal temor de los inversores es a un default, que desconozcan la deuda tomada por la administración actual y que puedan cambiar las condiciones de los bonos emitidos localmente o defaultear los emitidos bajo ley extranjera”, agregó.
“El inversor mira eso, básicamente. Su punto de vista es diferente del que tiene el votante, quien, más allá de las inversiones que tenga, observa todo lo demás que pueda complicarle el día a día en sus empresas y en la administración de su patrimonio”, cerró el hombre de Portfolio Personal Inversiones.
Christian Buteler, analista financiero, coincidió en que en la cuestión de la deuda centra la mayor parte de las preocupaciones.
“La respuesta es sencilla: el principal temor del mercado es que el país no pueda pagar los bonos de la deuda. Tuvimos un endeudamiento muy grande, hay una concentración de vencimientos, no se generan los dólares necesarios para pagarlos y se necesita refinanciarlos. Mientras, el acuerdo con el Fondo alcanza para 2019 y un poco para 2020, aunque el año que viene no es tanto lo que se necesita, a diferencia de 2021”, le explicó a Letra P.
“Entonces, el temor fundamental es que la Argentina no logre reabrir el mercado voluntario de deuda para colocar los bonos que le permitan hacer frente a los vencimientos”. Pero, aclaró, “esto es independiente de quién gane las elecciones. De hecho, Macri tiene cerrado el mercado internacional desde enero del año pasado, que fue cuando se hizo la última colocación grande de Luis Caputo”, recordó.
Arguissain, de Consultatio, introdujo al Fondo en la discusión, al indicar que “el temor es que el mercado se le cierre al nuevo gobierno y el FMI obligue a hacer un restructuración de la deuda con el sector privado”.
Por otro lado, para el dinero llegado del exterior, se teme “claramente que vuelvan los controles de capitales, imposibilitando la salida de los fondos invertidos en el país”, sumó. “Otra incertidumbre es la de un eventual cambio del régimen tributario, en el sentido de que los inversores offshore paguen un impuesto sobre las rentas obtenidas”, aseveró.
Neffa coincidió con el diagnóstico sobre la deuda, aunque enfatizó lo que considera una aprensión excesiva sobre lo que pueda ocurrir con ella en el primer año del próximo mandato y dejó la incertidumbre para un poco más adelante. “Detrás de todo está la cuestión de la sostenibilidad de la deuda. Más allá de quién gane, no está asegurado el fondeo del año que viene, aunque, en lo personal, descarto un default en 2020 con cualquiera de los tres candidatos”, dijo.
Arguissain, por último, hizo foco, por otro lado, en aspectos sectoriales, claves a la hora de recomendar o desalentar inversiones puntuales ante el cálculo de cuáles pueden ser los márgenes de ganancia de los mismos.
“Hay riesgos, por ejemplo, en el sector de la energía, en el sentido de que (la futura gestión) no respete la Revisión de Tarifas Integral, marco bajo el cual el actual gobierno empezó a hacer el nuevo marco regulatorio del sector. También, que los precios de los combustibles vuelvan a disociarse del ajuste de los costos”, advirtió.