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Los convencionales radicales que olvidó Salvador piden romper con el PRO

Son los que no firmaron el texto pro alianza que impulsó el vice de Vidal, al que acusan de “sometimiento”. Reclaman la convención “para salir de Cambiemos”. Ya se consideran en “libertad de acción”.

"El radicalismo bonaerense quiere más Cambiemos en Argentina". Con esa proclama tendiente a dispersar fantasmas rupturistas, el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador, promovió un documento difundido días atrás en el que se afirmó que “los convencionales nacionales titulares de la UCR de la provincia de Buenos Aires” ratifican “la continuidad de Cambiemos” como “la herramienta política adecuada” para las próximas elecciones. Sin embargo, más de una veintena de convencionales no firmaron ese texto. Muchos de ellos dialogaron con Letra P y dieron cuenta de un posicionamiento diametralmente distinto: con duras expresiones, afirman que no fueron consultados por Salvador, exigen romper la alianza con el PRO, ya se consideran en libertad de acción y afirman que el documento impulsado por el titular del Comité bonaerense fue “una jugada” tendiente a frenar la concreción de una convención en la que, aseguran, tienen la mayoría para sacar al partido de Cambiemos.

 

“Ese documento está fuera de lugar porque es una decisión que tendrá que tomar la convención y es un documento que afirma una política de sometimiento al PRO por parte de la UCR, que es lo que ha tenido en estos tres años y medio”, afirmó a este medio el convencional nacional y ex senador bonaerense Carlos Pérez Gresia, quien resaltó que no fue convocado por el vice de Vidal al encuentro en el que los convencionales afines a la conducción partidaria firmaron esa declaración pro alianza: “Salvador convoca a los que adhieren al sometimiento que él tiene al PRO. A los que están en desacuerdo no los convoca”, arremetió.

 

Otra voz convencional crítica de la sociedad con Macri es la de María Laura Pico. Concejal de Bragado que rompió con el bloque local de Cambiemos en 2017, Pico dejó en claro cuál será el planteo del Espacio de Pensamiento Alfonsinista (EPA) al cual pertenece: “Salir de Cambiemos y que haya libertad de acción”, sostuvo en diálogo con Letra P, en tanto que consideró que la dilación en la convocatoria a la convención por parte de la conducción partidaria tiene un objetivo: “El 11 de junio vence la política de acuerdos. Están especulando a que se venzan los plazos del calendario electoral y no reunirse, no están jugando a otra cosa”.

 

“Libertad de acción” es la postura que es un común denominador en todos los convencionales críticos abordados por este medio. “En lo personal ya me considero en libertad de acción, no hay autoridad partidaria ni convención que me obligue a pertenecer a Cambiemos. Pertenecer a Cambiemos es no ser radical. Ya lo tengo decidido”, recalcó a este medio el ex intendente de Brandsen y ex diputado bonaerense Carlos García. “Estamos en libertad de acción si no hay convención”, advirtió, por su parte, Pérez Gresia. “Ya hoy tenemos libertad de acción si la política de acuerdos está vencida hace más de un año”, enfatizó Pico.

 

EL JUEGO DE SALVADOR. Más allá de que el presidente de la convención nacional, Jorge Sappia, forma parte del sector que promueve romper con Cambiemos, la mesa directiva de este organismo que decide la política de alianzas del partido centenario está dominada por el ala que busca sostener el statu-quo.

 

De allí se emitió una declaración donde se ponderaron las convenciones de Gualeguaychú (2015) y La Plata (2017) en las que se conformó y ratificó Cambiemos, respectivamente, a la vez que acusaron a Sappia de “confundir a la opinión pública” y “avanzar en sentido contrario a lo que decide el partido”.

 

 

 

A la cabeza de ese grupo está el vice de la convención, Agustín Campero, ex vocero del padre radical de Cambiemos, Ernesto Sanz, actual funcionario del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación y uno de los artífices junto a Salvador del documento firmado por los convencionales aliancistas.

 

Los convencionales díscolos, en tanto, saben que son minoría en terreno bonaerense. Y detectan los motivos: “La mayoría de los convencionales responden a los intendentes o al vicegobernador, muchos de ellos son hasta funcionarios en los municipios. Y los intendentes (varios de ellos convencionales) son los que tienen que gestionar y lo han favorecido pertenecer a Cambiemos. El problema es que no le ha servido a la gente”, advirtió García.

 

VOTO A VOTO. Sin embargo, en el poroteo provincia por provincia, confían en dar el batacazo convencional. En esos cálculos, asientan las razones por las que la conducción partidaria dilata el encuentro clave: “En 2018 se tendría que haber reunido la convención pero ya ahí los números para ratificar Cambiemos no estaban y ahora dijeron que en marzo nos reuníamos, pero cuando repasaron los votos a nivel nacional se dieron cuenta que tenían perdido Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Neuquén, La Pampa, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Corrientes y que hasta Jujuy lo tienen muy comprometido”, aseguró Pico.

 

 

 

Con esa visión, consideran que los documentos aliancistas emanados desde la provincia madre de todas las batallas son parte de una “jugada” tendiente a mostrar un clima favorable a ratificar Cambiemos para así evitar una convención en la que se podría poner de manifiesto otra realidad.

 

“A Campero y Salvador se les ocurrió hacer esta jugada de dar el apoyo irrestricto y que Buenos Aires es la que marca la tendencia, cuando la realidad es al revés”, añadió la concejal alfonsinista para arremeter: “Ese juego al que se está prestando Salvador es el mismo de los ´busca cargo` que cuidan su quinta relegando las posturas del resto de los convencionales”.

 

Una lectura en esa línea también la expresó el convencional nacional y ex intendente de Punta Indio Héctor Equiza, al referirse al documento impulsado por el vice de Vidal: “Me da la impresión que es un mero atajo para demostrarle al PRO que toda la UCR de la provincia está alineada. O es una sutil manipulación para que los que no aparecen firmando el documento el día que se realice (la convención) voten a favor de la mayoría, si es que la tienen. Lamentable”.

 

De la misma forma, en las redes sociales, el actual concejal radical que también rompió con el bloque de Cambiemos en su distrito se preguntó: “¿Es así como se fijan las políticas de la UCR? ¿Dónde están los informes que deben realizar los presidentes de ambas cámaras legislativas? ¿O también piensan brindarlas por escrito y no en la convención cómo deben hacerlo?”


 

 

Esperando que la convención se reúna para “darle legitimidad a la ruptura”, un convencional que prefirió mantenerse en reserva consideró que la posibilidad de que se convoque “sobre la hora” y que el cónclave sea en Jujuy (cuando anteriormente se barajaron otras plazas en las que hoy se imponen los díscolos) tiene como objetivo obturar la presencia del voto díscolo, con fuerte presencia en el centro y sur del país. “La postura disidente va a tener dificultades porque no va a tener el aparato para mover a todos los convencionales”, se especuló.

 

Por fuera de esas conjeturas, García dejó en claro: “Donde se haga, voy a ir para votar en contra de la continuidad de Cambiemos, aunque sea tarde, aunque se reúna extemporáneamente y aunque perdamos. La conducción espera cómo salen las otras elecciones y, además, se la ve venir. Hay una mayoría, un gran sector del radicalismo, que no tiene poder territorial, que no están de acuerdo con el funcionamiento del partido y mucho menos de Cambiemos. No estábamos de acuerdo desde el principio pero muchos menos ahora, cuando vemos que la política de Macri no piensa en la gente”.

 

EL DESPUÉS. Aunque entre los convencionales críticos consultados por este medio existe unanimidad en cuanto a la salida de Cambiemos, afloran los matices en torno a los pasos que tendría que seguir el radicalismo a futuro.

 

Posicionado entre los que apuestan a un armado encabezado por Roberto Lavagna aparece Pérez Gresia: “Ante la alternativa del dilema Macri-Cristina, vemos que Lavagna es una posibilidad superadora. Y en eso estamos trabajando. Acá hay que salir de la grieta, hay que construir una alternativa superadora, porque ni Macri ni Cristina pueden convocar a la unidad de los argentinos”.

 

 

 

Con esa tónica, quien supo liderar el bloque radical en el Senado bonaerense aseveró: “La herencia de Macri es muy mala, muy pesada, es igual o peor que la de los K. El año que viene vamos a tener una obligación de pago de deuda de 7 puntos del PBI, ¿eso cómo lo van a responder? ¿Ajustando más a los jubilados, a las pymes o van a hacer que paguen impuestos los que evaden, eluden y fugan? Para enfrentar eso hace falta poder político y hace falta una unión muy basta de los argentinos, sino no es posible sostenerlo. Semanas atrás (Macri) le dijo a Vargas Llosa que iba a hacer lo mismo, pero más rápido. Más claro, imposible”.

 

Posando más la lupa sobre un acercamiento con el socialismo y el GEN de Margarita Stolbizer se posiciona García. “El radicalismo pertenece aún a la Internacional Socialista y esto (por Cambiemos) está muy lejos de ser eso. El radicalismo es una fuerza de centro-izquierda que pone más la atención en las cuestiones sociales, el bienestar general de la gente más humilde y esto hoy no nos representa”.

 

En esa línea, el también ex presidente del Comité bonaerense de la UCR analizó: “El perfil de margarita y el socialismo me atraen y como economista tengo un gran respeto por Lavagna. Me siento con libertad de acción para votar por quien quiera pero si la cosa se pone muy mal, aunque se haga la convención en mayo, que no da tiempo para nada, lo más probable es que se decrete la libertad de acción, con la que, al fin y al cabo, tampoco estoy de acuerdo porque es la desaparición del partido”.

 

 

Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. 
Daniel Passerini calculó el impacto de la medida de Toto Caputo y respira tranquilo. 

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