Malena Galmarini peleó para que el bloque del Frente Renovador en la Legislatura bonaerense impulsara la ley de paridad de género para que las mujeres tengan, obligatoriamente, la misma representación en las listas electorales que los hombres: una y uno. Un proyecto que se convirtió en ley en la provincia de Buenos Aires en octubre de 2016. Hija de una familia de políticos tradicionales, Fernando Galmarini y Marcela Durrieu, la esposa del precandidato presidencial por Alternativa Federal, Sergio Massa, se abrazó a la lucha feminista y es, en su espacio, la voz que define varios temas. En el #8M y el paro de mujeres habla con Letra P y dice que “le vamos seguir demostrando a la sociedad que somos una fuerza de trabajo mayoritaria que si nosotras paramos se paran los medios de producción”. Además cuestiona a la gobernadora María Eugenia Vidal por tener un gabinete que “no logró modificar la realidad de las mujeres bonaerenses”, y está íntegramente representado por hombres.
¿Cuál es la importancia del paro de mujeres?
- Es una forma colectiva de visibilizar nuestras demandas, nuestra organización y nuestro dolor. También es el modo de exigirle a los gobiernos políticas publicas adecuadas, que nos garanticen las mismas oportunidades de desarrollo que los a hombres: “Se para el mundo, si nosotras paramos” y este #8M le vamos seguir demostrando a la sociedad que somos una fuerza de trabajo mayoritaria que si nosotras paramos se paran los medios de producción, las casas colapsan, y se acumulan las tareas de los chicxs.
La Ley de paridad es la consecuencia de un proceso que se viene gestando desde los últimos años, que tiene que ver con la organización y el empoderamiento de las mujeres,
- ¿El feminismo atravesó lo suficiente a la llamada política tradicional o es un proceso que aún falta?
- Creo que es un poco de cada cosa, logramos interpelar a la política tradicional y que los candidatos o candidatas (o quienes pretenden serlo) se sientan en la necesidad de incluir en su campaña la agenda de género, sin embargo eso no alcanza aun, todavía basta con ver los gabinetes de los ejecutivos municipales o los sindicatos compuestos mayoritariamente por hombres o la poca cantidad de mujeres intendentas. Todavía falta un enorme camino por recorrer hasta lograr equilibrar la balanza, lograr que las tareas de cuidado y la crianza no recaigan mayoritamiente sobre nosotras sino sean espacios compartidos con los varones.
- Si bien la provincia de Buenos Aires tiene una gobernadora mujer, ¿cree que esa condición se traslada a una política con perspectiva de género en la Provincia? ¿Para usted sucede eso, considerando por ejemplo que todo su gabinete son hombres?
- Creo que ser mujer no alcanza, tampoco alcanza que lleguen unas cuantas a ocupar algunos lugares. La provincia de Buenos Aires y la gobernadora Vidal son ejemplo de eso, un gabinete mayoritariamente compuesto por hombres, que después de casi un mandato completo no logró modificar la realidad de las mujeres bonaerenses. No se trata de buenas intenciones, se trata una forma de ver e interpretar el mundo. Es por eso que leyes como la Ley Micaela es tan importante, porque permite que varones y mujeres que se desempeñen en cualquier nivel de los ejecutivos se formen en perspectiva de género, se sensibilicen en la temática y puedan evaluar diferenciadamente cómo impactan las acciones que realizan.
- La ley de paridad, que impulsó e impulsa el Frente Renovador, es un avance en la presencia de la mujer en las cámaras legislativas, ¿con qué dificultades se encontraron y se encuentran para poner esa discusión sobre la mesa?
- La Ley de paridad es la consecuencia de un proceso que se viene gestando desde los últimos años, que tiene que ver con la organización y el empoderamiento de las mujeres, la llegada de mujeres que defienden los derechos de las mismas a lugares de toma de decisión, ejemplo las cámaras legislativas. Este contexto propicio el debate, logramos que muchos varones acompañen el debate, otros expresaron sus resistencias y lo discutimos mucho, pero finalmente logramos que se votara de manera casi unánime en la provincia de Buenos Aires. Dos años después, casi la mitad de país cuenta con leyes que garantizan que la composición de las listas sea de forma paritaria, casi a modo de justa representación del padrón electoral y de la población.
- ¿Imagina una fórmula, tanto nacional como bonaerense, integrada por mujeres –con perspectiva de género- dentro de Alternativa Federal?
- Por supuesto, imagino gobiernos pensados así, gabinetes, municipios, imagino más mujeres intendentas y gobernadoras, pero también sé que es un proceso y que todavía nos falta bastante por recorrer. Esta cuarta ola de feminismo, la llamamos la revolución de las hijas porque les estamos dejando un legado, nosotras ejercemos derechos porque otras mujeres se animaron y así iremos reescribiendo la historia, siendo protagonistas y animándonos a disputar poder.
- El debate por la legalización del aborto reunió a legisladores de distintos espacios políticos, ¿es el feminismo el único espacio capaz de cerrar la grieta? De ser así, ¿por qué cree que se reduce solo a ese ámbito y no a otros campos como por ejemplo un modelo de país?
- El feminismo logra organizarse transversalmente, a partir de temáticas e intereses que atraviesan a todas las mujeres, más allá de sus ideologías partidarias. No sé si viene a cerrar la grieta, creo que sería injusto pedirle tanto. Pero sin lugar a dudas, que es un espacio más horizontal, donde damos debate, discusión y la posibilidad de organizarnos y respetarnos más allá de las diferencias.