El cuarto discurso que ofrecerá este viernes el presidente Mauricio Macri ante la Asamblea Legislativa cuenta con un detrás de escena protagonizado por cuatro funcionarias de la Casa Rosada que se encargan de cuidar la imagen y el discurso del líder del PRO. Las cuatro se encargan del diseño de la enunciación de Macri desde mucho antes de su llegada a la Casa Rosada, pero desde diciembre de 2015 trabajan para el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, y al jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Ambos tienen a su cargo la dirección técnica y política de la comunicación verbal del jefe del Estado, pero con un organigrama que se divide operativamente entre la coordinación de ministros y la secretaría de la Presidencia. Arriba de la pirámide está la politóloga Fátima Micheo, que tiene a su cargo la Subsecretaría de Comunicación Presidencial, una dependencia que reporta a de Andreis y que controla desde el discurso público de Macri hasta la estética utilizada en cada puesta en escena.
Julieta Herrero, pasó de Kirchner a Macri.
Debajo de Micheo está la Dirección General de Discurso, que tiene al frente a Julieta Herrero, una funcionaria que trabajó entre 2003 y 2004 en la Casa Rosada, durante la presidencia de Néstor Kirchner. A partir de 2009, al igual que su superior inmediata, pasó a trabajar con Macri cuando llegó a la Jefatura de Gobierno porteño.
En tercer lugar, dentro del mismo esquema que termina en De Andreis, está la Dirección de Gestión de Contenidos y Discurso, en manos de Daniela Lucía Brocco, que también proviene de la gestión porteña, dentro del largo proceso de construcción del discurso del PRO.
La directora de Gestión Comunicacional de la Presidencia, Micaela Méndez, fonoaudióloga de Macri.
Con la misma jerarquía de Brocco, la cuarta guardiana discursiva del Presidente es la histórica fonoaudióloga que tuvo el magnate desde hace una década. Se trata de la cantante lírica Micaela María Fernanda Mendez que, dentro del organigrama de la Secretaría General de la Presidencia, ocupa el cargo de directora de Gestión Comunicacional, aunque sus funciones en Balcarce 50 abarcan el monitoreo y corrección permanente de las presentaciones que encabeza el Presidente.
Daniela Brocco trabaja en la Dirección de Gestión de Contenidos y Discurso.
El acompañamiento que antes hacía en la campaña proselitista o en el gobierno porteño ahora la fonoaudióloga lo ejecuta desde el Salón Blanco de la Casa Rosada y tiene despacho en el primer piso del Palacio, muy cerca de las oficinas de Macri, Peña y De Andreis. Antes de 2015 fue una de las encargadas de que Macri hiciera largos ejercicios con una lapicera en las fauces para mejorar su dicción y evitar el efecto “papa en la boca” que padece desde niño. También, a pedido del Presidente, asesoró a distintos ministros, especialmente durante la crisis económica que obligó al Gobierno a reorientar su comunicación luego de la primera corrida cambiaria de mayo pasado.
LOS VARONES. Detrás de las cuatro escuderas que preservan la dicción, enunciación y diseño del discurso presidencial aparecen los funcionarios varones, todos dependientes de Peña. Ellos son el secretario de Comunicación Pública, Jorge Grecco; su segundo, Gustavo Gómez Repetto, que fue vocero del actual ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y Hernán Iglesias Illa, que detenta la “coordinación” de Comunicación Estratégica del Gobierno. A ellos se suma un “extraescalafonario”, como lo es Alejandro Rozitchner, que interviene en las redacciones de esos discursos, “aporta ideas” y fue el encargo de hacerle un cuidado reportaje al Presidente cuando cumplió los 60 años de edad.
Dentro de Balcarce 50 la puesta en escena del onomástico presidencial desató controversias. Algunos festejaron que fuera un empleado y asesor del Presidente quien le hiciera un reportaje en vez de un periodista; otros lo consideraron “un límite” para la comunicación oficial, más parecido a una “publinota” que a una entrevista real.
La Jefatura de Gabinete aporta una sola mujer de su equipo al cuarteto de funcionarias, pero solamente para este caso específico, porque se trata de un discurso de apertura del período de sesiones ordinarias del Congreso. Se trata de Lucía Abboud, secretaria de Relaciones Políticas y Parlamentarias, que suplantó a la actual embajadora ante la OEA, Paula María Bertol.