La interna en Córdoba entre Ramón Mestre y Mario Negri, que tenía fecha para el 17 de marzo, se encamina a su suspensión y promete derivar en un papelón para el presidente Mauricio Macri, que tiene en esa provincia su bastión electoral. En medio de los cruces que protagonizan desde hace meses los dos candidatos a gobernador por Cambiemos y las denuncias del intendente de la capital cordobesa contra la Casa Rosada por los intentos de desalentar su competencia, las empresas de correo que estaban en condiciones de ocuparse de la logística del acto eleccionario advirtieron que ya no dan los plazos para la organización, lo que podría provocar una ruptura y dejaría en evidencia la impericia política en la resolución del conflicto.
El esfuerzo que hicieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el propio presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, por bajar a Mestre de la interna no dio resultados. El lunes 18 de febrero por la noche, pasado el plazo formal que Cambiemos se había fijado para intentar sellar la unidad, la elección quedó agendada para el 17 de marzo. Para entonces, la Junta Electoral de la alianza Cambiemos –de la que no participa ningún representante de Negri- ya había enviado al Correo Argentino, Ocasa y Andreani pedidos de cotización para “la realización del despliegue y repliegue de urnas” en 1.499 mesas distribuidas en toda la provincia en las que se realizaría la elección. Solo el Correo Argentino respondió al pedido de cotización aunque advirtió que los tiempos para organizar la elección ya no alcanzan.
Correo Argentino respondió este martes que necesitaba 35 días para la logística de la elección.
“La preparación para una prestación satisfactoria del servicio requiere de 35 días, habida cuenta que se debe efectuar la compra del material electoral, subcontratación de espacios físicos, transporte electoral especial y el hardware del recuento provisorio”, contestó el Correo Argentino, en una carta fechada el 26 de febrero, en la que cotizó en 17.388.400 pesos más IVA el servicio. Ocasa ni siquiera se molestó en hacer la cotización. “Se necesita de una preparación de por lo menos 90 días” para organizar el comicio, del que podrían participar cerca de 2,4 millones de electores –entre afiliados a los partidos de Cambiemos e independientes, no afiliados a ningún otro partido en la provincia - dijo la empresa. Andreani directamente no respondió.
La celebración de la interna, con esas respuestas, quedó al borde de la suspensión y dejó a Cambiemos envuelto en un papelón en la provincia que gobierna el peronismo hace 20 años y que resultó clave en la elección presidencial de 2015 para el triunfo de Macri.
El camino hacia el callejón sin salida en el que parece haberse metido el oficialismo en Córdoba lleva varios meses. En agosto de 2018, el presidente del interbloque Cambiemos, Negri, aprovechó el viaje que hizo junto a Macri a la asunción del presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, para avisarle que este año se presentaría como candidato a gobernador. Fue el único diálogo que el radical y Macri tuvieron al respecto. En paralelo, Mestre empezó a mostrar señales de que aspiraba a pelear por el mismo puesto. Tras haber sido ocho años intendente de la capital provincial, cuna del éxito macrista, su próximo paso parecía “natural”.
Hacia fines de 2018, los tiempos de definiciones empezaron a acelerarse. En diciembre, la mayoría peronista modificó la ley electoral en la Legislatura provincial y habilitó al gobernador Juan Schiaretti a fijar como fecha de elección el 12 de mayo. Eso motivó una reunión de la mesa nacional de Cambiemos, en la que se acordó que la candidatura a gobernador del espacio se resolvería en función de las encuestas. Los números del verano mostraron a Negri –el candidato preferido por la Casa Rosada- mejor posicionado para pelear contra el peronismo.
Según la consultora Aresco, Negri es el candidato más potente de Cambiemos.
A partir de entonces se sucedieron los llamados al intendente de Córdoba para pedirle que diera un paso al costado y evitara la confrontación. Intervinieron Peña, Frigerio y Cornejo, pero no fue suficiente. El intendente ratificó su candidatura y denunció presiones en una gira mediática.
La situación se volvió aún más tensa cuando Mestre, intendente de la ciudad más importante que gobierna Cambiemos, vio que desde la Rosada intentaban bajar su candidatura “por videoconferencia”. No hubo viajes de emisarios presidenciales ni negociaciones previas. En palabras de un dirigente del oficialismo que vio de cerca las conversaciones fue “mala praxis” política y “subestimación” de la situación. Más aún cuando el Presidente expresó públicamente su preferencia por Negri, algo que parte de la dirigencia pensó en las últimas horas en subsanar con una foto de Macri con ambos candidatos para mostrar cierta equidistancia y evitar una derrota, cualquiera fuera el ganador.
La fecha elegida tampoco fue la ideal. El plazo para la presentación de alianzas electorales en la provincia vence el 13 de marzo mientras que la presentación de listas tiene como fecha límite el 23 del mismo mes. La interna se celebraría, entonces, en el medio de las dos, el 17.
En este escenario, la mesa nacional de Cambiemos intentará por todos los medios en las próximas horas terminar el conflicto sin heridos, algo que, hasta ahora, aparece a todas luces como imposible, con Mestre y Negri convencidos de pelear por su lugar sin hacer concesiones a su rival. De no celebrarse la interna, Cambiemos podría quedar el borde de la ruptura, si ambos candidatos ratifican la decisión de competir por separado, cada uno con su lista. Una resolución que le serviría en bandeja el triunfo otra vez al peronismo.