Cuentan en el sector ladrillero que cuando TGLT decidió invertir algo más de U$S100 millones en el 82% de la constructora de Nicolás Caputo, la empresa ya venía en declive. Y con un problema aún más serio: nadie en el rubro quería que una firma desarrolladora se metiera a manejar las obras, el negocio. El resto lo hizo la crisis y la mega devaluación: hoy, la compañía atraviesa un momento complejo. Tanto, que, según relataron a Letra P fuentes del sector, el dueño de TGLT le habría ofrecido a “Nicky” recomprar su parte en la firma.
Federico Weil es descripto por sus pares como “un audaz” que creyó que una política agresiva y dinámica pondría de pie a la fusionada. Cuando compró, lo hizo con dos objetivos: el primero, integrar la cadena de valor y conseguir obras nuevas; el segundo, meterse en la obra pública con la marca Caputo. Algo que no ocurrió. Hoy, en plena tormenta, las paradojas hacen que la constructora TGLT, con Weil como propietario, sea dirigida por Teodoro Argerich, un ex Caputo que es, a la vez, el vice de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO). Letra P intentó confirmar con TGLT la movida, pero no hubo respuestas.
Nicolás Caputo.
“Nicky”, según deslizan en su entorno, no habría aceptado la recompra porque su momento tampoco es el mejor: no comparte lecturas de la economía con su hermano de la vida, Mauricio Macri, y quedó en el medio de un escarnio público por su intención de quedarse con las dos primeras centrales eléctricas que busca privatizar el Gobierno, Ensenada de Barragán y Brigadier López. Recuerdan los memoriosos de la operación que Weil aún está pagándole a Caputo por la empresa y que Nicky sólo le habría ofrecido seguir el régimen de cuotas sin apuro. Una especie de ayuda en el marco de una situación que es difícil no sólo para las constructoras de obra privada, sino más aún para las públicas.
“Tienen problemas para financiarse”, contaron fuentes del negocio y apuntaron a algunos proyectos. El más reciente, una mega torre en Callao y Marcelo T. De Alvear. El emprendimiento OM, en los terrenos del ex Cine América, está sin finalizar. Hace unos días, en una movida curiosa, el diario Clarín informó que el titular de la financiera Puente Hermanos, Federico Tomasevich, compró metros en ese emprendimiento.
Yendo unos años atrás, aparece un vínculo de Tomasevich con Caputo en otras compañías, como distribuidoras de gas y el proyecto del barrio privado Nuevo Quilmes. Edificado en el sur del Conurbano por Caputo, también significó una obra de la que se corrió TGLT. Según publicó El Cronista, TGLT retiró su participación vía Caputo allí y en Qualia, otro emprendimiento. El diario recogió un informe que la firma envió a la Bolsa en el que se admite que en los Estados Contables había una perdida, hasta 2017, de $1,5 millón en ese barrio quilmeño.
También aparece en stand by el emprendimiento Venice, una torre en zona de Tigre que tuvo problemas de multas y causas judiciales.
El sector de la construcción es uno de los más golpeados de la economía, junto con la industria. En diciembre, los ladrillos tuvieron una caída interanual del 20% y la perspectiva de 2019 sigue siendo negativa. A esto se suma la mala recepción que tuvo la operación de compra de TGLT a Caputo, que puso al sector de obra privada en pie de guerra con un desarrollador que quiso jugar en grandes ligas.