“Nuestro límite es construir una oposición responsable, pero también es cierto que Juntos por el Cambio ganó en los principales distritos productivos del país y este gobierno busca que ese electorado sea el que pague el ajuste”. Así definió a Letra P un importante diputado del PRO para anticipar la posición que adoptará su bloque cuando comience a sentirse el impacto económico que tendrá la ley ómnibus que envió el Ejecutivo al Congreso en sesiones extraordinarias.
A pesar de sus diferencias internas, los principales diputados del macrismo aseguran que “la oposición responsable” es tan importante en Juntos por el Cambio como los esfuerzos que harán para mantener la unidad con radicales y lilitos. Sin embargo, el reordenamiento institucional tendrá una inflexión en marzo, cuando comience el período de sesiones ordinarias en el Congreso.
En el bloque que conducen Cristian Ritondo y Álvaro González, como en las escuderías del radicalismo, que responden al cordobés Mario Negri, sus integrantes abrigan una certeza: ese mes comenzará a sentirse en el bolsillo de los contribuyentes el impacto del aumento de las retenciones, del incremento de los impuestos provinciales y también del esquema de aumentos de jubilaciones que difiere de la fórmula de movilidad que rigió hasta el mes pasado.
La corta línea de paciencia con el nuevo gobierno fue uno de los principales temas que mencionaron los diputados que participaron del brindis de fin de año que encabezó este jueves el flamante presidente de la Cámara, Sergio Massa. Muchos de ellos estaban más atentos al accidentado tratamiento que afronta el paquete impositivo que envió el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, a la Legislatura bonaerense, que al período de extraordinarias que arrancará el 22 de enero, con rumores que apuntan a una abrupta anticipación a partir del 8.
El escenario económico de fin de año no confirma las fatalidades que pronostican en el bloque PRO, pero sus principales diputados anticipan que deberán “cuidar los valores y la coherencia para mantener la unidad de los 116 diputados de Juntos por el Cambio”. Pero hacerlo tendrá un objetivo: cuidar al electorado que le permitió a Mauricio Macri terminar su mandato con una cosecha del 40,8% de los votos, cuya “legitimidad activa” está concentrada en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires y la Ciudad Autónoma.
En las oficinas de los jefes del bloque PRO admiten que en esos territorios no sólo se moldeará la futura relación que tendrá Juntos por el Cambio con el peronismo, sino, también, el tono opositor que adoptarán los diputados opositores cuando arranque el período de sesiones ordinarias en marzo y el presidente Alberto Fernández lo abra oficialmente.
“Una parte de nuestro futuro depende de lo que haga Alberto. Hasta que el peronismo defina cuál será su estrategia, nosotros elaboraremos nuestro duelo, pero ese proceso terminará en marzo”, aseguró otro destacado dirigente del macrismo con despacho en el Congreso, mientras se lamentaba del sector de colegas de bancada que “todavía no asumen la derrota de octubre”.