La dirigencia de Rosario se sumó a la ola solidaria de reducción de gastos que asomó con la ley de emergencia económica y plantea por estas horas una baja en las dietas de los concejales y los integrantes del gabinete municipal. Tanto la centroizquierda, el peronismo, como el macrismo coinciden en avanzar en el gesto, algo con lo que el oficialismo concuerda.
Justamente el primero en dar un paso adelante fue el intendente Pablo Javkin, quien empezó su gestión con un déficit municipal en rojo. En este marco, como respuesta práctica más que simbólica, lanzó un plan de emergencia, ahorro y austeridad a implementarse por decreto, que apunta a reducir los gastos para el ahorro y equilibrio en las cuentas públicas.
“Gastos superfluos” y “optimización de recursos”, son las palabras que empezó a repetir, tal mantra, el Ejecutivo. De esta forma se buscará reducir cuestiones de la operatividad cotidiana que terminan generando una pelota mensual: uso de celulares, vehículo y choferes para funcionarios, alquileres, impresiones en papel, nuevo mobiliario para las oficinas, aportes de logística y maestranza a eventos privados, y hasta horas extras.
El presupuesto enviado es una muestra del reajuste en los números que planea realizar la nueva gestión. De los los 3.800 millones de pesos del último año de gestión del socialismo -diez veces más de los estimado en el presupuesto anterior-, la Secretaría de Hacienda piensa en reducirlo a los 1.770 millones para fines de 2020.
Aprovechando el envión solidario a nivel nacional que abrió la aprobación del paquete de emergencia económica, la centroizquierda Ciudad Futura presentó en el Concejo un proyecto para que los ediles rosarinos reduzcan su sueldo en un 30 por ciento. Un concejal percibe 145 mil pesos, según los últimos datos publicados a julio de 2019, o sea que quedaría en poco más de cien mil pesos. Ganaría consenso de todos los espacios políticos y se aprobaría junto al presupuesto.
Rápido de reflejos se sumó a la propuesta el bloque de concejales de Juntos por el Cambio, cuyos ediles fueron más allá: y plantearon que la reducción alcance a los cargos políticos del Ejecutivo, es decir, los secretarios y subsecretarios del Gabinete.
Pero también el mensaje tiene su jugada política hacia la interna macrista ya que proponen que el tijeretazo llegue a la planta política del Concejo: secretarios, directores, habilitado, y demás. Estos cargos dependen de la presidencia del cuerpo, que hasta hace dos semanas estuvo en manos de Alejandro Rosselló, uno de los cuatro concejales firmantes.
Vale recordar que el otro sector del macrismo, representado por Roy López Molina, acordó políticamente con el oficialismo y La Cámpora otorgarle la presidencia a la ladera del intendente, María Eugenia Schmuck, y dejar sin chances a la continuidad de Rosselló. La propuesta del sector referenciado en Federico Angelini también avanza sobre los responsables de la Oficina Municipal del Consumidor, de estrecho vínculo con López Molina.
El propio intendente apoyó la iniciativa de Ciudad Futura: "Hemos invitado al Concejo y al Banco Municipal a adherir. Entiendo que hay una predisposición a tomar medidas, no voy a decir cómo tienen que darse".
Más allá de que el recorte en la dieta de los ediles persiga un valor simbólico, la cantidad de bloques generados este año deja en evidencia los gastos excesivos y la jugosa caja. De un total de 28 concejales, 14 bloques, siete de ellos unipersonales. Además del sueldo, tiene disponibilidad de recursos para un secretario de bloque (65 mil pesos), asesores y contratos.