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El kicillofismo y el rey de la energía se miden antes de abrir la puja tarifaria

Funcionarios bonaerenses se reunieron con Pagano, dueño de las cuatro energéticas más grandes de la provincia. Guiños y amagues antes de las "tarifas justas". Inversiones y ganancias multimillonarias.

 

Del encuentro realizado en la gobernación, se informó que Pagano y los directivos de las firmas de su corporación manifestaron su voluntad de “colaborar y acompañar al nuevo gobierno”, a la vez que se comprometieron con el ministro de Infraestructura, Agustín Simone, y el subsecretario de Energía, Gaston Ghioni, a prestar colaboración en el estudio que el Ejecutivo pretende de los avances de las inversiones, los indicadores de calidad del servicio y “la necesidad de alcanzar una tarifa justa que pueda ser afrontada por las y los bonaerenses, garantizando los niveles de inversión que requiere el sistema”.

 

Las tibias señales de acercamiento entre ambas partes, en medio de la discusión de la emergencia energética que impulsa el kicillofismo, se dan con la cautela propia de un contexto de tensión y puja de intereses que tienen su primer hito en el tarifazo que el gobierno bonaerense pretende frenar el 1 de enero.
 

 


Del lado de la flamante administración, no dejan de marcar las excesivas ganancias que el grupo de Pagano obtuvo en los últimos años. "Hemos visto los balances de las compañías, tomando simplemente los últimos dos años, alrededor de 20.000 millones de pesos de rentabilidad, de ganancias, entre las empresas reguladas por la provincia directamente. No tiene lógica”, subrayó el gobernador en su discurso de asunción.

Por el otro lado, voces cercanas al gigante de la energía bonaerense deslizan que las inversiones pretendidas por el nuevo gobierno no podrán efectuarse sin las “actualizaciones tarifarias” correspondientes y no dejan de marcar que el margen de ganancia de 2019 fue más bajo que el de 2018.

 

Según se desprende de los propios balances presentados por Desarrolladora Energética S.A. (DESA), registró ganancias multimillonarias: casi 6.000 millones de pesos de ganancia en los primeros nueve meses (ver recuadro abajo) entre las cuatro empresas del Grupo: EDEN (norte y noroeste bonaerense), EDES (sur y sudoeste bonaerense), EDEA (zona atlántica) y Edelap (La Plata y la región).



 

 

Dentro de la comitiva que acompañó a Pagano, estaba uno de sus hombres de confianza, Fernando Pini, quien a la vez es el presidente del Foro Regional Eléctrico de la Provincia de Buenos Aires (FREBA), entidad que agrupa a los distribuidores provinciales y municipales de energía bonaerenses y que, justamente, tuvo su asamblea anual en un hotel céntrico de La Plata al mismo tiempo en que Pini acompañaba a Pagano en la reunión con los nuevos funcionarios bonaerenses. Según pudo saber Letra P, Pini llegó al cierre de la asamblea de FREBA este miércoles.

 

En ese ámbito, según contaron a este medio algunos de sus asistentes, proliferaron voces de incertidumbre sobre el futuro inmediato. “Somos responsables de prestar un servicio que tiene que tener los ingresos necesarios para pagar la energía y los sueldos”, deslizó a este medio uno de los asistentes al dar cuenta del “parate tarifario por seis meses” que pretende Kicillof.

 

Controlada e integrada por delfines de Pagano –aunque allí también participen cooperativas de energía que nada tienen que ver con el perfil monopólico de DESA-, FREBA es una entidad que tuvo una aceitada relación con la administración vidalista. Entre sus objetivos, figura coordinar y seleccionar los proyectos de inversión para mejorar y ampliar de la red de distribución troncal y alta tensión de energía eléctrica.
 

 


En el caso de DESA, en sus balances se registra que el crédito con FREBA pasó de más de 97 millones en 2018 a más de 205 millones de pesos en 2019.

 

Un asiduo partícipe de las reuniones del organismo era el hasta el pasado 10 de diciembre el director de Energía bonaerense, Alberto Rica, hombre que se desempeñó durante más de una década en Edenor en los mismos años en los que Pagano era miembro del directorio de esa empresa junto con Edgardo Volosín, subsecretario de Servicios Públicos de la gestión Vidal.

 

Como contó Letra P, Volosín y Rica eran los encargados de controlar la inversión del grupo comandado por su ex compañero de directorio. El resultado no asomó demasiado satisfactorio. La muestra más cercana fue el apagón en La Plata que dejó sin luz a miles de usuarios durante varios días y que desnudó la falta de inversión de una de las empresas controladas por DESA: Edelap. Solo en los primeros nueve meses de este año, Edelap obtuvo ganancias por más de 2.757 millones de pesos.
 

 


“Cuando hay un servicio público en manos de una empresa privada, cuando hay un monopolio, tiene que haber regulación del Estado. Y acá lo que pasó es que la regulación se la entregaron en bandeja a las propias empresas”, sostuvo Kicillof ante la Asamblea Legislativa. En esa sintonía, en el Ejecutivo bonaerense destacan que, con el nivel de rentabilidad que tuvieron las empresas de Pagano en los últimos años, la inversión tendría que haber sido notoria, algo que –advierten- no fue así.

 

Ese contraste entre ganancia e inversión observado por la nueva administración es disparador de uno de los puntos de la emergencia energética que busca sancionar Kicillof en la Legislatura: el otorgamiento de facultades al Ejecutivo para iniciar una revisión de carácter extraordinario y proceder al análisis integral de los cuadros tarifarios, incluyéndose los costos, gastos e inversiones comprometidas y efectivamente realizadas.

 

En ese tenso contexto, Pagano y su comitiva no deja de mostrarse en modo colaborativo con la administración kicillofista. Mientras tanto, avanza con otros movimientos, como aquel definido en la asamblea extraordinaria de accionistas de DESA, realizada el 12 de diciembre último, al día siguiente de la asunción de Kicillof. Allí, el grupo presidido por Pagano definió trasladar el domicilio de la Sociedad desde la Provincia de Buenos Aires a la jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

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