Con la presentación de su gabinete, el intendente electo de Rosario Pablo Javkin dejó algunas particularidades y definiciones claras sobre su modelo de gobierno: un peronista en los delicados números del municipio, funcionarios más bien técnicos sin mucho roce en la arena política, el socialismo con la porción de poder justa para no recriminar y el espesor reservado casi exclusivamente para sí mismo.
El gabinete se cargó mayormente de perfiles técnicos, de su mayor confianza, aunque con poca experiencia en la rosca política. La disciplina en ese sentido está garantizada, sobre todo porque será Javkin y, a lo sumo sus tres mosqueteros, los que se metan de lleno en el barro del día a día. El socialismo terminó siendo contenido en las primeras líneas: tendrá dos carteras de catorce, pero serán áreas de visibilidad. Mientras, la tensión hacia dentro del Frente Progresista empieza a aflojar.
En su diversidad para conformar equipos, el líder de Creo sumó a Eva Jokanovich como secretaria de Movilidad, una joven que fue directora general de Tránsito y Transporte de la Ciudad de Buenos Aires bajo la jefatura de Horacio Rodríguez Larreta. Si bien se formó en Rosario, e incluso formó parte de la municipalidad, el salto profesional en la compleja materia lo dio junto al macrismo. “Alguien que gestionó el tránsito en Buenos Aires es muy valiosa”, sostuvo Javkin. Pero su observación en la ciudad capitalina no se reduce a este cargo. También pidió a sus colaboradores que la coordinación de gabinete tenga reflejo en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, puntualmente en lógicas y esquemas.
“El Frente Progresista inventó muchas cosas de gestión política, pero se fueron perdiendo grados de vanguardia en algunos temas. Cuando el macrismo ganó la Ciudad miró muchas cosas de la experiencia Rosario, ahora al revés”, sostuvo en una reducida ronda de prensa de la que participó Letra P.
Parece ser que el gobernador electo, Omar Perotti, se sorprendió cuando Javkin le blanqueó que Diego Gómez, un peronista de pasado por la Subsecretaria de Finanzas durante el primer gobierno de Jorge Obeid, se convertiría en su secretario de Hacienda. Es un viejo conocido del gobernador electo con quien compartió gabinete provincial y hasta es de su paladar. Riguroso como todo contador, sin cuestionamientos en su paso por la gestión pública, es un hombre para este delicado momento, explican desde Creo. El desafío de Gómez es grande: los números de Rosario están que arden.
SOCIOS. Mucho se habló del espacio que ocuparía en el futuro gobierno municipal su socio mayor del Frente Progresista, el socialismo. Llega a diciembre herido por perder la ciudad después de 30 años y con un Javkin en pleno ascenso de liderazgo. Recién por estas horas se empezó a deglutir la derrota y calmar las tensiones. “Hoy es el intendente el que toma las decisiones. A nosotros nos corresponde acompañar”, se sinceró un dirigente de la mesa chica del socialismo.
El socialismo se quedó con Salud y Ambiente y Espacio Público, secretarías más bien operativas. Suena a poco dos carteras asignadas de un total de catorce para su socio de mayor importancia, pero compensa que no son nada despreciables en cuanto a presupuesto, personal y peso específico. Además, las segundas y terceras líneas vienen de años de carreras bajo el socialismo y allí cultivarán el sesgo político. Las cartas clave en este sentido serán las subsecretarías de Gobierno y Hacienda. También se suma la nueva cartera de Modernización que quedará en manos de Germán Giró, actual secretario de Producción, que expresa continuidad por más que no sea afiliado al partido.
Ambiente carga, nada más y nada menos, que con una empresa municipal de residuos que tiene el pliego de mayor monto de la municipalidad. Será Diego Leone el secretario, un hombre del gobernador Miguel Lifschitz y con pasado en la gestión provincial y municipal.
Salud es el bastión del socialismo y paradigma de construcción política. Por eso la consideración fue total: le da continuidad al secretario Leonardo Caruana. De esta forma, Javkin se ahorra arrancar desde cero en un área más que compleja, como también compararse con su socio político en un tema que ha demostrado ser de excelencia, y, a su vez, conforma al socialismo al no sacarle su refugio y bandera.
Caruana ingresó en la primera gestión de Mónica Fein y hasta fue evaluado para ser el ministro de Salud provincial de Lifschitz. Diferencias en la conformación del equipo no lo condujeron al cargo en aquel momento y continuó en Rosario. Este año sonó como uno de los posibles candidatos del socialismo para la intendencia, aunque el gobernador fue quien optó por la concejala Verónica Irizar. Ahora prefería a su actual ministra, Andrea Uboldi.