Su nombre suena desde hace tiempo para ocupar un lugar en algún organismo de control en el gobierno de Alberto Fernández, pero Ricardo Alfonsín no quiere hablar de cargos. Después de varias conversaciones con dirigentes cercanos, el ex diputado se reunió finalmente este viernes con el presidente electo y le ofreció continuar trabajando para lograr el objetivo que lo obsesiona desde hace años: rescatar a la Unión Cívica Radical (UCR) de la alianza que formó con el PRO y empujarla hacia la centroizquierda, donde cree que siempre debió estar.
"Voy a trabajar para que el radicalismo haga un aporte desde sus ideas y valores", dijo Alfonsín tras reunirse con Fernández en la casa del presidente electo, en Puerto Madero. El encuentro duró poco más de una hora y fue una nueva muestra pública de las conversaciones que Alfonsín mantiene con dirigentes del peronismo, en sintonía con su mensaje de la necesidad de abrir el diálogo y cerrar la grieta.
Alfonsín y Fernández se habían reunido este año antes de que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner nominara a su ex jefe de Gabinete como candidato. El dirigente radical navegaba en ese entonces en busca de una opción presidencial para el radicalismo que no fuera Mauricio Macri. Junto a otros radicales díscolos, como Juan Manuel Casella y Federico Storani, peregrinaba a las oficinas de Roberto Lavagna para trabajar en el armado de una tercera vía electoral.
La historia cambió la mañana del 18 de mayo, cuando Cristina anunció la candidatura presidencial de Fernández y la avenida del medio se desmoronó. "Para los que creemos que la política, además de disenso, es consenso y diálogo, es una buena noticia. Incluso para los partidos que tendremos que competir con él", dijo Alfonsín cuando le consultaron sobre el anuncio, marcando apoyo desde la vereda de enfrente.
Desde entonces, Alfonsín mantuvo líneas abiertas con el entorno del presidente electo y con dirigentes del peronismo a los que conoce desde hace décadas. Con Santiago Cafiero, el candidato más firme a ocupar la Jefatura de Gabinete, mantiene la relación histórica que iniciaron su padre, Raúl Alfonsín, y el abuelo del dirigente albertista, Antonio Cafiero. El diálogo entre las familias siempre se mantuvo.
Con Eduardo Valdés, hombre de extrema confianza de Fernández y futuro diputado, estuvo este lunes, en un encuentro que se celebró en la ya célebre "cueva" que el ex embajador ante el Vaticano tiene en Almagro. Allí terminaron de cerrar la reunión que tuvo con Fernández en el departamento de Puerto Madero que le presta su amigo José "Pepe" Albistur, que también mantuvo charlas en estos días con Alfonsín.
A Sergio Massa y Florencio Randazzo, dos dirigentes cuyas campañas condujo Fernández, los conoce desde que compartieron la Legislatura bonaerense en pleno gobierno nacional de Fernando de la Rúa. Con ambos tiene diálogo frecuente.
Con Cristina hace tiempo que no conversa, aunque siempre mantuvieron un buen vínculo. Volverán a verse el 10 de diciembre, en la asunción presidencial, donde irá invitado por el presidente electo.
La relación con Fernández también tiene raíces históricas. El presidente electo fue director de sumarios y subdirector general de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía durante el gobierno de Alfonsín, a quien rinde homenaje cada vez que tiene oportunidad. Los elogios suelen alterar los ánimos de los radicales más cercanos a Macri. Alfonsín hijo los agradece. La relación entre ambos se consolidó más tarde, mientras Fernández era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y el ex presidente fue agasajado en la Casa Rosada.
El nombre del ex diputado suena desde hace tiempo para ocupar algún cargo en el gobierno albertista. La Oficina Anticorrupción fue uno de los destinos que le asignaron, aunque, creen en el alfonsinismo, la versión salió de la dirigencia radical que menos aprecio le tiene. "Ricardo no está rosqueando cargos. Él cree que es más útil dando la pelea en el radicalismo, que tiene que decidir si profundiza la alianza con el PRO conducido por Patricia Bullrich o reencauza su rumbo hacia la centroizquierda", explican cerca del ex diputado, que evalúa la posibilidad de presentarse como candidato en 2021 en las primarias del partido para dar batalla.
En el radicalismo, mira con expectativa los movimientos de Alfredo Cornejo, a quien le reconoce haber sido el único de los titulares de la UCR en la era Cambiemos que fue capaz de alzar la voz contra la Casa Rosada. Inclusive, vio con buenos ojos la jugada independentista que intentó hacer el mendocino en las cámaras de Diputados y Senadores, aunque terminó en la nada.
Aún así, confía en que la era post Cambiemos despierte a los críticos que mantuvieron el perfil más bajo durante estos cuatro años. Alfonsín fue uno de los dirigentes que más se opuso al acuerdo entre la UCR y el PRO, que se discutió en la Convención de Gualeguaychú, y fue crítico del rol que le tocó a su partido en la coalición de gobierno desde principios del mandato de Macri. Desde entonces, criticó una y otra vez al radicalismo "gorila" y tuvo decenas de invitaciones para cruzar la vereda. Pero se negó sistemáticamente, siempre con el mismo argumento: "La UCR es mi partido".
"Si la sociedad se hubiese derechizado, lo que la UCR debe hacer, en todo caso, es prepararse para perder elecciones, pero nunca para hacerse conservadora", decía su padre. El ex diputado cree que, en el despoder, todavía habrá alguna chance para volver a enarbolar esa bandera.