LO QUE VIENE

Sandleris prende la maquinita y calienta la inflación para el debut de Fernández

El rojo fiscal apremia y el macrismo crepuscular rompe con otro  de sus dogmas: la emisión cero. El desarme de las Leliq, encajes más laxos e impresión pura y dura. Alerta diciembre. Y 2020…

Como tantas otras cosas pactadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el macrismo crepuscular terminó con el dogma de la emisión monetaria cero, que, al contrario de lo que se esperaba, no alcanzó para reducir la inflación. Así, a través de diversos mecanismos, el Banco Central se dispone a realizar una fuerte impresión de pesos destinada a financiar un déficit fiscal que volvió a crecer de la mano de la recesión y la caída de la recaudación de impuestos gatilladas por esa política restrictiva. Esto, francamente, era más fácil de prever. El problema queda para el futuro presidente, Alberto Fernández, y, sobre todo, para los argentinos: una inflación que hasta septiembre evolucionaba a un ritmo del 53,5% corre el riesgo de espiralizarse desde el último mes del año.

 

Esa forma “populista” de cubrir la brecha entre gastos e ingresos quedó reflejada en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 740/2019, firmado por Mauricio Macri al día siguiente de las elecciones. El mismo establece modificaciones al Presupuesto gastos nuevos por cerca de 630.000 millones de pesos, que deben ser cubiertos con “aplicaciones financieras gratuitas” de diferentes organismos del Estado y aportes del Banco Central.

 

Federico Furiase, director de la consultora Eco Go y profesor en la Maestría de Finanzas de la UTDT, le dijo a Letra P que “el Banco Central se está preparando para emitir y lo hace por diferentes vías. Por un lado, está desarmando parcialmente las Leliq (ndr: Letras de Liquidez, instrumentos a una semana que coloca entre bancos), en línea con la baja de la tasa de interés de estas”, que han caído de máximos del 85% anual a un 68% actualmente y que podrían tocar un mínimo del 63% según acaba de definir el Comité de Política Monetaria del Central.

 

 

“Además, cambió los requerimientos de encaje de los depósitos (bancarios) a la vista, que ya no se pueden colocar más en Leliq y ahora tendrán que ir a ‘efectivo mínimo’, lo que presionará a la baja las tasas de interés pasivas, que son las que los bancos pagan a los depositantes. Por otro lado, la brecha fiscal del Tesoro en diciembre asciende a unos 250.000 millones de pesos, que probablemente se financien con adelantos transitorios del Banco Central al Tesoro”, explicó.

 

De acuerdo con el economista, “entre desarme de Leliq (en función de la dinámica de la demanda de dinero), por un lado, y adelantos transitorios y transferencias de utilidades de 2018 para cerrar la brecha fiscal de pesos del Tesoro, por el otro, la emisión monetaria bruta podría estar en unos 550.000 millones de pesos hasta fin de año, en torno a un 35-40% del nivel actual de la base monetaria”. “Este es un número muy relativo y depende del comportamiento de los plazos fijos y el impacto en inflación-brecha de la dinámica de estabilidad de la demanda de dinero”, aclaró.

 

 

 

“Todo va en el sentido de financiar la brecha fiscal de diciembre y, probablemente, también se use emisión monetaria para financiar algo de los vencimientos de deuda en pesos que caen en los primeros meses de 2020”, añadió.

 

Lo que preocupa a Fernández, a sus economistas y a la población es que el piso de la inflación ya es, antes de que se desencadene esta dinámica, muy elevado. El 5,9% registrado en septiembre llevó a un crecimiento interanual del índice de precios del 53,5%. Además, pasadas las elecciones y fenecido el populismo electoral del macrismo, caducan varios congelamientos. Octubre viene con un piso del 5%, según proyecciones privadas, y noviembre llega con una agenda cargada de aumentos. ¿Y diciembre?

 

 

 

Ese mes siempre especialmente inflacionario y ahora se suma el Ctrl+P de Guido Sandleris. Diversas consultoras hablan de alrededor de 7% para cada uno de los dos últimos meses del  año, antesala de un inicio de 2020 que también mueve a preocupación, al punto que los más pesimistas no se animan a descartar la hipótesis de una hiperinflación.

 

Desde las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) ya se produjo un aumento de la base monetaria de aproximadamente 160.000 millones de pesos y “hacia adelante hay que esperar que el desarme de Leliq y el cambio en los requerimientos de encaje de los depósitos a la vista tal vez implique una emisión monetaria inicial de unos 120.000 millones de pesos más”, dijo Furiase.

 

 

 

El director de Eco Go enfatiza un punto clave. “La emisión se da en un contexto de caída de la demanda real de dinero (ndr: fuga del peso, principalmente al dólar). Si bien el dólar oficial puede estar contenido transitoriamente con el cepo hard, el exceso de pesos puede impactar en la brecha (con el blue). Y una brecha creciente tiene dos problemas: primero, que las expectativas de inflación empiecen a jugar más cerca de la brecha que del dólar oficial; segundo, que se adelanten importaciones y se desincentiven exportaciones, encima con una expectativa de aumento de retenciones, con lo cual se puede resentir también el superávit comercial que se proyecta para 2020 y la oferta esperada de dólares. Por eso el cepo no resuelve ningún problema y el país puede ir a una aceleración de la inflación en diciembre”, advirtió.

 

 

 

El economista deja, con todo, una puerta de salida abierta. “Con un programa económico coherente en lo fiscal y en lo monetario, con un plan de estabilización que modere la inercia de las paritarias y la indexación de la economía y, sobre todo, una solución rápida y amigable de la deuda con los acreedores privados, hay un margen para recomponer la demanda real de dinero, que se pueda absorber algo de esa emisión monetaria y evitar que eso se traslade directamente a inflación”.

 

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