El tironeo irresuelto dentro de la mesa chica del PRO sobre el desdoblamiento de la elección bonaerense, sacó del silencio a la deuda que mantiene la Casa Rosada con el gobierno provincial por el Fondo del Conurbano. Se trata de la “actualización por inflación”, que le reclamó la gobernadora María Eugenia Vidal al presidente Mauricio Macri, luego de las dos corridas cambiarias que obligaron al Ejecutivo a aplicar un drástico “déficit cero” en el diseño del presupuesto 2019, para cumplir con las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tras un inédito endeudamiento externo.
El pago de esa deuda forma parte del menú de recursos que la Nación debe afrontar para “reparar” el impacto de la crisis en la gestión provincial. Ese puente permitiría acercar posiciones entre las partes para unificar comicios. Tanto en la Casa Rosada como en La Plata admiten que restan definiciones sobre la forma en que esa cifra será compensada, pero preservan su desenlace del escenario electoral, mientras las versiones se multiplican en el sentido contrario dentro del PRO y de Cambiemos.
DARDOS SILENCIOSOS EN SUIPACHA. Si bien la posible vinculación entre la compensación económica y la fecha de las elecciones despierta incomodidad dentro de la Casa Rosada, las versiones recrudecieron este lunes, luego del recorrido que compartió el Presidente junto a Vidal por las obras de la ruta nacional 5. Fue en la ciudad bonaerense de Suipacha, donde ambos se prodigaron gestos y palabras amables, aunque antes de cerrar la visita el jefe de Estado repitió una frase de campaña que despertó suspicacias en el vidalismo.
“La magia no existe. Siempre digo: si quieren magia, vayan a ver a (David) Copperfield”, dijo Macri luego de repasar una serie de definiciones que el microclima de la interna del PRO leyó de formas divergentes. “Los argentinos necesitamos saber con certeza que se cuida nuestro dinero. Por eso ahora las obras salen 40% menos. ¿Cómo puede ser que hoy, con menos recursos, hacemos mucho más que lo que se hacía antes de 2015”, se preguntó el Presidente delante de los principales malheridos de la jibarización del Fondo del Conurbano y, a la vez, de los mayores mentores del plan de desdoblamiento bonaerense.
INTRIGAS DE MESA RATONA. Cerca de la mandataria buscaron cinturear la polémica. "A cambio no hay nada. Es una cuenta pendiente, pero van por carriles separados, no entra en juego, creemos que lo van a cumplir, pero no tiene nada que ver con la decisión del desdoblamiento”, aclaró una alto funcionario bonaerense. En las oficinas del jefe de Gabinete, Marcos Peña, contestaron que “la única definición concreta hasta el momento, es que todo el esquema electoral de Cambiemos será definido en función del objetivo estratégico de acompañar la reelección del Presidente en octubre. Cositas más, cositas menos, todavía falta tiempo y todo será definido en función de eso”.
Una de esas “cositas” es el reajuste inflacionario del Fondo del Conurbano, que fue parte de la última reunión que compartieron Vidal y Peña, el 1 de noviembre pasado, donde el ministro coordinador reconoció una compensación de 19.000 millones adicionales “en obras”, no en efectivo. La Plata aguardaba, hasta entonces dos mil millones de pesos más que ese monto y una transferencia de fondos frescos, no de “un compromiso de palabra”
Han pasado tres meses de aquella “fumata blanca” y en La Plata admiten que no hubo ninguna precisión sobre el cronograma de trabajos que se ampliarían, ni hubo nuevas consultas sobre la materialización de esas obras. El único movimiento financiero ocurrió este jueves y atizó las brasas. No fue una transferencia, sino un préstamo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS que le envió a la provincia 10.085,4 millones de pesos a una tasa de interés del 12% anual en pesos, con una devolución programada dentro de cuatro años. Es la última parte del préstamo que acompañó al acuerdo firmado entre la Nación y las provincias en 2016 por la devolución del 15% de la coparticipación federal. La cifra es, por ahora, la única compensación enviada por la Nación para equilibrar la transferencia a la órbita provincial de subsidios a servicios públicos.
DESDOBLAMIENTOS Y DEVALUACIONES. En rigor, el reclamo inflacionario de Vidal fue una forma para compensar las consecuencias políticas de asumir una parte del ajuste fiscal del presupuesto 2019, pero también es una de las chispas que encendió el fuego del desdoblamiento bonaerense, especialmente en la legión de intendentes afectados inicialmente por la anulación del Fondo Sojero (FoFeSO) y luego directamente espantados ante el achicamiento de los 44.000 millones previstos para este año “por la política económica de la Casa Rosada”.
A diferencia de otros debates fiscales entre la Nación y las provincias, este punto atraviesa la intimidad de la mesa chica del PRO e incluye al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, que juega sus cartas, y su influencia, para llegar a algún consenso posible que conquiste la deseada unificación detrás de la candidatura de Macri. Cerca del alcalde porteño no negaron la negociación y contestaron que “la única verdad es que el final está abierto y que no hay apuro para decidir”.
Antes de la abrupta devaluación del peso frente al dólar, Vidal aguardaba para este año el desembolso de 44.000 millones de pesos, que su ministro de Economía, Hernán Lacunza, pidió aumentar entre 21.000 a 25.000 millones adicionales, para afrontar la transferencia de gastos y la depreciación de esa cifra que, por primera vez, iba a ser destinada durante este año electoral al financiamiento de obras en distintos municipios bonaerenses, en zonas clave del conurbano, con el fin de darle aire a la provincia para atender áreas críticas del interior, como Mar del Plata.
LA ODISEA DE MARIU CON NICO. El reclamo del reajuste por inflación cayó como una piedra en el equipo del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que directamente espetó que no tenía de donde sacar esa cifra. Ni ninguna otra. La respuesta del ex co-conductor del programa televisivo “Odisea Argentina” cosechó gestos tan adustos en el entorno de Vidal, como las consecuencias del ajuste fiscal y la provincialización de los subsidios federales para el transporte y otros servicios públicos.
Las arcas provinciales cuentan desde 2017 con la restitución “en cuotas” del Fondo del Conurbano, que la administración bonaerense reclamaba ante la justicia. En el marco del pacto fiscal, Buenos Aires frenó su demanda a cambio de un desembolso que, al calor de la crisis y la recesión, podría reabrir viejas heridas, o cerrarlas dentro de una correlación de fuerzas donde Vidal, por ahora, tiene más votos que Macri. Cerca del líder del PRO ratifican que cuenta con la autoridad para reclamárselos y exigirle “subordinación, valor y austeridad”.