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Tras el 30% al subte, Larreta enfrenta una catarata de reclamos de estatales

Docentes y estatales buscan reabrir sus paritarias. UTE amenaza con un paro de 96 horas para septiembre.

 

El Gobierno porteño negoció un incremento anual del 25,5% en dos pagos, más una recomposición del 3,6% y un bono de $4.000 con la Unión Tranviaria Automotor (UTA) y metrodelegados, que se disputan el control gremial bajo tierra. Tras meses de paros, notificaciones y denuncias cruzadas, el oficialismo capitalino y los trabajadores del subte acordaron esta suba y un compromiso para no obstruir el servicio hasta fines de diciembre del 2019, además de una cláusula de revisión para septiembre de ese año.

 

Ante este escenario, los docentes y los estatales piden reabrir sus negociaciones. En rigor, el Gobierno debe convocarlos en estos días, porque a principios de año había acordado un magro incremento del 15%, en línea con el techo que pedía el presidente Mauricio Macri, y se comprometió a poner en juego la cláusula de revisión, fechada para este mes. No obstante, revisión no es gatillo, como requerían los sindicatos. “Insistimos con la cláusula gatillo porque en este proceso inflacionario lo que acordás un mes, al siguiente ya no sirve”, explican desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), el gremio docente mayoritario en la Ciudad.

 

 

 

“En marzo pusieron esa cláusula y estuvimos cuatro meses abajo de la inflación esperando que convoquen a la revisión”, fustigan en el gremio que conduce Eduardo López, que en las últimas horas definió un plan de acción de 96 horas de huelga para el mes de septiembre si el Gobierno no atiende el reclamo salarial. Los docentes porteños avanzan con esa medida y este jueves se reunirán con la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, a quien le llevarán un reclamo de recomposición salarial del 42% y la incorporación de una cláusula automática de actualización por inflación según el IPCBA, el INDEC capitalino.

 

La misma senda recorren los municipales de SUTECBA, que esperan un llamado del oficialismo para sentarse a negociar, luego de haber acordado una paritaria del 12% en marzo. El Gobierno tiene pensado convocarlos a mediados de septiembre y analiza “equilibrar” el convenio negociado entre la Casa Rosada y los estatales nacionales.

 

 

 

En abril, Rodríguez Larreta había entrado en guerra con los metrodelegados, tras acordar con la UTA un incremento del 15%. El gremio que lideran Roberto “Beto” Pianelli y Néstor Segovia, a pesar de ser el de mayor cantidad de afiliados, no puede firmar paritarias, pero el oficialismo siempre lo notifica y hasta convoca a las reuniones salariales para escuchar su voz, aunque no tenga voto ni pueda rubricar convenios. Esa costumbre se rompió a principios de este año, cuando la Corte Suprema laudó en favor de la UTA y le quitó la personería gremial.

 

En el marco de ese medida, y aprovechando un estado pésimo en la relación entre los metrodelegados y el PRO, el oficialismo excluyó a ese sector y negoció con el sindicato que conduce Roberto Fernández.

 

Ahora, la relación se estabilizó y Larreta confía en que estará garantizado el servicio del subte, o al menos que los trabajadores no interrumpirán su normal funcionamiento. En Uspallata 3160 celebran que los sindicalistas bajaron la huelga prevista para la semana próxima, en vísperas de la reunión en la que finalmente se llegó al acuerdo. Tras meses de tensión, Larreta también envió un guiño a los metrodelegados: eliminó el descuento de la cuota sindical compulsiva del 1% que sus trabajadores debían destinar a la UTA, con la cual están enfrentados hace años.

 

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