Los banqueros centrales de Cambiemos se han caracterizado por atravesar períodos de guerra constantes. El tiempo de Guido Sandleris -un alfil del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne- al frente de la entidad monetaria no parece huirle a esta lógica. En su primera semana en el Banco Central (BCRA) y luego del anuncio del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el dólar aumentó más de 6% (más de 4% este viernes) y le sumó, en pocos días, tensión al flamante esquema de zonas de flotación libre. Si bien el sistema que establece ciertas pautas de intervención y una zona de “no tocar” entre $34 y $44 debuta formalmente el 1 de octubre, la señal que empezó a enviar el BCRA a inversores y banqueros es confusa. O, al menos, difiere del anuncio que hizo el propio Sandleris en la última conferencia del organismo. Se entiende, sí, desde el punto de vista político: el FMI pidió la cabeza del anterior titular del Central, Luis “Toto” Caputo, porque tenía la intención de intervenir para frenar la escalada de la divisa. Hoy la lógica, con el cambio producido, es dejarlo flotar hasta donde dé.
“No es obligatorio intervenir si pasa los $44; eso lo vamos analizar cuando llegue el caso”, detalló a Letra P una fuente del Central. Y agregó que “las intervenciones, de hecho, podrían ser vía venta o compra de dólares o a través de encajes”.
Sintéticamente, la posición refleja que la banda de Sandleris es elástica y no garantiza un tipo de cambio en una determinada zona. El periodista Pablo Wende contó en Infobae que en la reunión de Sandleris con banqueros (ABA, ADEBA Y ABAPPRA) el directivo les expresó que no tiene “un compromiso de defender un dólar a $44”.
Por medio de un comunicado, la entidad expresó que “se compromete a que el promedio mensual de la base monetaria registre un crecimiento nulo a partir de octubre de 2018 y hasta junio de 2019". Además, indicó que, tal como fue expuesto días atrás, "la meta monetaria se complementa con la definición de zonas de intervención y no intervención cambiaria". En este sentido, precisó que “la zona de no intervención se define inicialmente -a partir del 1º de octubre- entre 34 y 44 pesos por dólar y se ajustará diariamente -tanto en días hábiles como no hábiles- a una tasa de 3% mensual hasta fin de 2018", puntualizó y subrayó que "permitirá la libre flotación del peso dentro de esa zona".
Los más críticos de la gestión de Cambiemos apuntan que el problema basal no es del BCRA, sino una cuestión de política económica que incluye, en paralelo, un acuerdo de condiciones con el Fondo que pone pautas para países que no son como Argentina. “Lagarde no entiende y el Fondo nunca entendió que Argentina es un país bimonetario, que no tiene un peso fuerte y que la gente piensa también en dólares”, contó a Letra P un ex funcionario de Hacienda. Bajo esa lógica, se explica la distorsión de las variables.
Naturalmente, en el Central ya no ocultan el alineamiento con la política económica de la Casa Rosada y aclaran: “No es como con los K. Acá estamos comprometidos todos con bajar la inflación. Antes había alineamiento, pero no con ese objetivo”, ensayan.
Dujovne sigue minuto a minuto lo que pasa en la entidad, tanto vía Sandleris como a través de Nicolás Gadano, el nuevo gerente del BCRA y uno de sus hombres de confianza.