El senador nacional justicialista Miguel Ángel Pichetto se lanzó este jueves como precandidato a presidente por el peronismo para las elecciones del año que viene. Lo hizo desde la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, con un notable déficit estructural: si bien el flamante Teatro Metro en el centro platense estaba lleno, fue gracias a la gente que le aportaron algunas figuras del espacio de Sergio Massa. Todo, pese a que el propio Pichetto se encargó de remarcar frente a los presentes: “No somos la ancha avenida del medio. Somos el proyecto para recuperar el futuro de la argentina”.
Pichetto llegó rodeado de un fuerte operativo de custodia. Hizo dos pasos sobre el hall del teatro y brindó una ajustada rueda de prensa. Allí habló sobre la sesión del Senado en la que se rechazó la legalización del aborto, las causas que acarrea el kirchnerismo y la renovación peronista que –asegura- va a llevar a adelante. Luego, ya sobre el escenario, se encargó de demostrar de qué va su espacio.
En primera fila lo escuchaban los senadores nacionales Camau Espínola, Alfredo Luenzo y Carlos Caserio, que además es el titular del PJ de Córdoba; el diputado nacional Diego Bossio y los legisladores provinciales del Frente Renovador Ricardo Lissalde y José Luis Pallares. Había también un puñado de concejales no K platenses y no mucho más.
Pichetto fue el único orador. Durante su alocución se encargó de desmarcarse enfáticamente de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y todo lo que rodea a la figura de su hoy compañera de recinto. “Nuestra propuesta no tiene nada que ver con la inserción de la izquierda ligada al viejo Partido Comunista, el PC, con aquellos que piensan que rompiendo todo existe la posibilidad de volver al poder. Lo nuestro es la tercera posición”, dijo.
“Unidad Ciudadana es un espacio de centro izquierda y, si el peronismo no instala liderazgos firmes, corremos el riesgo de diluirnos”, dijo. Entonces habló de que a él no le “tiembla el pulso” para discutir candidaturas. “Tengo la voluntad y la alternativa de ser candidato”, avisó.
Como venía contando Letra P, el senador por Río Negro se cansó de operar para otros que no terminan de despegar. Pichetto imagina tres caminos electorales en 2019. Cambiemos con Mauricio Macri, Unidad Ciudadana con CFK y el PJ sin nombres firmes. Él ya se anotó.
Durante el acto habló de que el peronismo –no K- tiene renovación. Allí fue cuando nombró al gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, y al sanjuanino Sergio Uñac. Pese a hacer pie en la provincia de Buenos Aires no mencionó a Sergio Massa ni a Florencio Randazzo. Por el contrario, fue más allá y soltó: “A mí no me tiembla el pulso, muchachos, ni ando jugando a las escondidas. No ando con vueltas”. Ahí se llevó un aplauso.
Pichetto en el Teatro Metro de La Plata (Foto: AG La Plata)
Cuestionó las políticas de Cambiemos. Dijo que hay que ir por un “capitalismo inteligente” y que es “demencial que se importe cerdo”, entre otras políticas que lleva adelante el Gobierno.
También y pese a que el promedio de edad de los concurrentes era de aproximadamente 50 años, sostuvo que el siglo veintiuno “es de las mujeres y los jóvenes”. Por eso, habló sobre el rechazo del Congreso a la ley de la legalización del aborto que se votó horas atrás y vaticinó que “más temprano que tarde no tengo dudas de que el Congreso va a estar a la altura de las circunstancias”. En el debate por la interrupción voluntaria del embarazo, Pichetto se sumergió, sin dudarlo, en la ola verde.
Espinola, Bossio, Caserio, algunas presencias legislativas que acompañaron el lanzamiento de Pichetto (Foto: AG La Plata)
La primera parada del senador nacional en la provincia de mayor peso electoral y político tuvo un déficit: la audeause de intendentes del PJ bonaerense que comanda Gustavo Menéndez y algunos de sus pares del conurbano. Por convicción o necesidad, la estructura pejotista en la provincia que gobierna Vidal sigue cerca del satélite Cristina. En este sentido, Pichetto tiene poco y nada. Quizá Bossio, como referente bonaerense, un funcionario que fue bandera de las políticas sociales del kirchnerismo por su rol en la ANSES hasta el 10 de diciembre de 2015.
El brete con el que se encuentran los gobernadores peronistas cuando buscan desembarcar en territorio bonaerense es la falta de acompañamiento de los intendentes, que, como contó Letra P, siguen mirando a CFK como la garantía de votos para controlar los concejos deliberantes. Este sábado, los jefes comunales tendrán asistencia casi perfecta a un plenario kirchnerista que cerrará Máximo Kirchner en Ensenada. No es el lugar más cómodo para los alcaldes pero al menos es un reaseguro de votos que Pichetto por ahora no puede ofrecer.