La escalada del dólar completa este jueves el escenario de un rebrote preocupante de un temporal financiero que el Gobierno creía comenzar a controlar después de algunas semanas de relativa calma. Si en las últimas semanas el dólar se había estabilizado e, incluso, había bajado un escalón; si las acciones habían comenzado a recuperar algo del terreno perdido y si la demanda de títulos públicos había dado alguna señal de vida, todo amenaza ahora con volver a fojas cero.
¿Se puede decir que vuelve a instalarse una tormenta financiera? “Por supuesto. Argentina es un país que tiene las defensas bajas, un enfermo inmunodeprimido. Cualquier problema en el exterior nos pega más que a otros países emergentes”, le dijo a Letra P el director de Mecronomic, Gustavo Reija.
Al contexto externo adverso que tiene Turquía, otro emergente en apuros que se prepara para presentarse en mesa de entradas del Fondo Monetario Internacional, en nuestro país se suman otros ingredientes: siguen las inconsistencias económicas, el mercado sigue dando la espalda a cualquier esperanza de restauración del crédito, las encuestas no muestran más que incertidumbre en la antesala del año electoral y el escándalo de los “cuadernos K” genera dudas sobre el futuro de empresas clave y sus inversiones.
Si las alarmas suenan este jueves por el dólar, la licitación de Letras del Tesoro (Letes) del miércoles resultó todo un anticipo.
“La licitación fue una reapertura de una anterior, ya pactada, que tenía un monto máximo, que es lo que colocaron. La pregunta es por qué, en vez de usar ese mecanismo, no se llamó a una licitación nueva para lograr un mayor roll over (renovación)”, le dijo a este portal el analista financiero Christian Buteler.
En efecto, el Ministerio de Hacienda anunció que “se refinanciaron por licitación 430 millones de dólares a través de las Letras del Tesoro en Dólares Estadounidenses a 182 días (con vencimiento el 8 de febrero de 2019), equivalente al monto máximo autorizado para esta licitación”.
“Se recibieron órdenes por 532 millones de dólares, de los cuales fueron adjudicados 430 millones a un precio de corte de 975,70 dólares por cada 1.000 dólares, lo cual representa una tasa nominal anual de 4,99%”.
La pregunta de Buteler sobre las causas de no habilitar una licitación nueva que cubriera la totalidad del vencimiento, unos 800 millones de dólares, tiene una respuesta: porque el Gobierno sabía que renovar todo ese stock le iba a resultar imposible en un contexto en el que los inversores, sobre todo los extranjeros, prefieren otros instrumentos como el bono dual, que incluye un seguro de especulación al permitir al inversor optar al final por cobrar en pesos o dólares, o directamente huyen de todo lo que sea riesgo argentino. La preocupación se les impone de nuevo al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y al presidente del banco Central, Luis Caputo.
“Incluso no se aceptaron todas las ofertas para no convalidar una tasa todavía más alta”, explica el especialista.
La tasa que el Tesoro debió convalidad en la licitación anterior había sido de 3,75%, la que ya era muy significativa. Ahora, para renovar solo parcialmente el vencimiento, debió estirarse al filo del 5%, cuidándose de no tocar ese número por apenas una centésima para evitar un mayor impacto psicológico.
“Si hubiesen aceptado todas las ofertas, la tasa habría superado cómodamente el 5%”, estimó Reija.
El economista de Mecronomic recordó que “el plan financiero que Dujovne le presentó al Fondo Monetario Internacional (FMI) preveía un roll over del 100% de las Letes en 2018 y 2019. Este es un dato clave, no solamente porque no se está cumpliendo, sino, además, porque estamos cada vez peor. En la licitación anterior se había renovado cerca de un 75%, con una tasa del 3,75%, y en la última se llegó al 54% con una tasa del 4,99%). Estamos hablando de un deterioro importante”.
“La licitación de Letes muestra cuál es el humor del mercado para financiar al fisco, lo que se hace cada vez más cuesta arriba ya que el financiamiento externo está frenado por las altas tasas que debería validar el país”, ponderó Amílcar Collante, economista del Centro de Estudios Económicos del Sur (CeSur).
Así, si el riesgo país (el diferencial de tasa que paga la Argentina con respecto a los Bonos del Tesoro de Estados Unidos) cerró este jueves en 633 puntos básicos, récord en la era Macri, y ya hay títulos públicos que registran rendimientos del orden del 10%, niveles prohibitivos para soñar un regreso a los mercados.
“Como solo renovó el 54% de lo que vencía y además hay algunos que licitan en pesos, la diferencia con los 8.000 millones de dólares que vencían se va a reflejar en una caída de las reservas internacionales del Banco Central. Hay que estar atentos a ese dato el viernes”, le anticipó a Letra P.
Por otro lado, debe llamar la atención la acumulación de vencimientos de Letes que se está generando con estos continuos llamados al mercado. Además, la posibilidad de suscribirlas en pesos hace que se esté empeorando el perfil de la deuda: se pasa de Letras del Banco Central (Lebac) a cortísimo plazo pero en pesos a otras un poco más largas pero en moneda dura que al país le cuesta generar.
Todo conspira. Al contexto externo se suman los desequilibrios propios, la recesión, la inflación rebelde y alta, una percepción de que el dinero del FMI no alcanza más que para hacer frente a los compromisos inmediatos, que los mercados no se abren para que el país pueda aliviar su horizonte de mediano plazo, el caso de los cuadernos y hasta la posibilidad de que grandes empresas nacionales sufran juicios onerosos en Nueva York.
“La llamada pax cambiaria fue una situación de equilibrio inestable, lo que en la jerga popular se diría ‘atado con alambre’”, dijo Gustavo Reija
“Se está dando una paradoja. Los inversores externos venden papeles argentinos, pero los organismos como el FMI, el Banco Mundial y hasta los Estados Unidos apoyan el plan de reformas del presidente Mauricio Macri. El problema es que en algún momento el cansancio de los inversores externos pueda pesar más que ese apoyo”, añadió.
“Los capitales siguen saliendo y shorteando (vendiendo) Argentina”, se lamentó.
Esta película aún no tiene final a la vista.