CUADERNOS K

Sobre llovido, mojado: en plena recesión, la corrupción golpea a grandes empresas

Las acciones no frenan su caída y se desplomaron 4,1%. El retorno del financiamiento queda más lejos. Una inversión trabada demorará la recuperación. El caso de Brasil, un espectro que mete miedo.

Las principales acciones de la Bolsa no dejan de caer desde la revelación de los cuadernos de las coimas atribuidas al gobierno kirchnerista debido a un generalizado temor a que el escándalo no encuentre un piso e involucre cada vez más a grandes compañías. El desplome de este miércoles, del 4,1%, le puso más dramatismo a la tendencia.

 

El índice Merval de Bolsas y Mercados Argentinos cotizaba a 29.387,80 puntos una semana atrás, cuando se conoció el caso, y este miércoles cerró a 26.658 unidades, lo que supone un retroceso del 9,2%. 

 

Pablo Castagna, director de Portfolio Personal, señaló en diálogo con Letra P que “el caso les pega por igual a todas las acciones por la incertidumbre de hasta dónde puede llegar la investigación y a quién puede manchar. Esa incertidumbre genera malestar y eso significa bajas en todas las industrias de las empresas cotizantes, incluyendo a los bancos”.

 

Según el especialista, hay que tener en cuenta que en el Merval “no hay empresas cotizantes que estén exclusivamente vinculadas a la obra pública. Hay una parte de Techint, porque apareció un ex directivo involucrado (ndr: Héctor Zabaleta), alguna cementera que podría verse afectada porque debería bajar la obra pública, pero no hay ninguna que se pueda esperar que vaya a caer de manera directa por los rumores”. Entonces, el castigo es generalizado. “Se da tanto en el mercado local como afuera. Por ejemplo, el ADR (ndr: American Depositary Receipt, nombre de los títulos argentinos que cotizan en Wall Street) de Banco Macro bajó 20% desde que empezó el tema de los cuadernos, y el de Pampa, 10%. Insisto: lo que genera incertidumbre es no saber hasta dónde llega esto”, completó Castagna.

 

 

El caso no solo afecta a las acciones sino a los papeles de deuda de algunas empresas que aparecen más complicadas, como el Grupo Albanesi, cuyo presidente, es Armando Losón, fue uno de los detenidos de la primera tanda a la que apuntó el juez Claudio Bonadio. Los operadores examinan ahora con lupa  la capacidad de repago de Albanesi, uno de los grandes jugadores en el mercado energético local.

 

Inmediatamente después de la denuncia, ese holding debió cancelar la colocación de un título en el mercado local para captar 25 millones de dólares, ampliables a 70 millones.

 

Algo similar ocurre con las obligaciones negociables de Electroingeniería, que tiene detenido a uno de sus titulares, Gerardo Ferreyra.

 

Esta crisis no podía llegar en peor momento, justo cuando la recesión profunda en que entró la economía se ceba con los balances de las empresas. Por lo pronto, hace que una retomada del acceso al crédito  y de las inversiones luzca más difícil de alcanzar y, con ello, que se pueda presumir cuándo empezará la recuperación.

 

El analista financiero Christian Buteler abundó sobre este punto. ¿Cuánto de la caída reciente de las acciones se explica en el escándalo y cuánto en el contexto general?

 

“Hay que recordar que, antes de esto, las acciones ya venían cayendo fuerte en el año. Después hubo dos semanas con un rebote interesante porque el dólar estuvo más tranquilo, pero ahora vuelve la tendencia negativa”, le dijo a este portal.

 

En efecto, el Merval arrancó 2018 cerca de los 31.500 puntos y el 2 de julio, cuando arreciaba la corrida cambiaria, tocó un piso de 25.298,04. Cuando comenzó a instalarse un cierto ambiente de precaria normalidad, el índice comenzó a rebotar desde las 26.263,65 unidades del 16 de julio y alcanzó el 1 de agosto, el día en que se conoció el caso de los cuadernos, las 29.387,80. Ahí se cortó el “veranito” que permitió acumular una suba del 12%.

 

Con todo, punta a punta, la evolución del mercado fue negativa. En pesos, el Merval pierde un 11,4% en el año, lo que se eleva al 60% cuando se hace el cálculo en dólares.

 

“Para mí, está por verse que lo que está pasando sea exclusivamente por el tema de los cuadernos; tengo mis dudas. Puede que eso haya disparado una reacción inicial, pero si se tratara solamente de eso, el mercado debería hacer una cierta disección y castigar exclusivamente a las empresas involucradas o a sectores como la construcción y los bancos. Pero, al contrario, lo que observamos en las últimas ruedas es una baja generalizada tanto en acciones como en bonos. Pienso que seguimos en la tónica anterior a este caso”, siguió Buteler.

 

Para este, “a las empresas mencionadas, el caso obviamente las va a afectar no solo por la caída del valor de sus acciones sino en sus posibilidades de colocar deuda. Pero la realidad es que el mercado ya estaba bastante cerrado más allá de esta coyuntura y prácticamente ninguna viene colocando nada últimamente”.

 

Amílcar Collante, economista del CeSur, enfatiza justamente el hecho de que todo lo que implica riesgo argentino vuelve a quemar en manos de los inversores, incluida la deuda soberana.

 

“Además de lo que pasa con las acciones, ocurre lo mismo con los títulos públicos. Por ejemplo, el bono a 100 años, que cuando salió al mercado cotizaba a alrededor de 90 dólares, hoy está cerca de su mínimo histórico y cotiza a 76,9. Eso significa que tiene un rendimiento anual por encima del 9,5% en dólares, lo que es altísimo”, le dijo a Letra P.

 

 

 

“Por ahora el tipo de cambio no reacciona, algo que asocio a que las altas tasas en pesos todavía logran contenerlo. La colocación de Letes de esta semana, con vencimientos por 800 millones de dólares, va a ser un buen test sobre cómo está el humor de los inversores locales”, agregó.

 

Las grandes preguntas pasan entonces por dónde terminan las revelaciones y qué nuevos nombres aparecerán. La sombra es lo que ocurrió en Brasil, donde las averiguaciones judiciales se hicieron extensas y exhaustivas, afectando severamente la obra pública y el nivel de actividad. Gustavo Reija, director de Mecronomic, exploró ese extremo y sumó al caso de los cuadernos lo que puede surgir del acuerdo entre las procuraciones generales de los dos países para la llegada de información sobre la conexión argentina del petrolão.

 

“El escándalo (de los cuadernos) destruye valor en activos argentinos y recién empieza. En los próximos días se recibirá información de Brasil relativa al caso Odebrecht y sus posibles derivaciones en Argentina. La experiencia más cercana que tenemos para evaluar cómo puede impactar en la economía es lo que ocurrió en Brasil con la operación Lava Jato”, le explicó a Letra P.

 

“En Brasil, las denuncias empezaron en 2014 y el PBI cayó 3,8% en 2015 y 3,6% en 2016. Se estima que, cada año, 2 puntos de esas caídas se debieron a la operación Lava Jato”, agregó Reija.  

 

“En el sector de la construcción se perdieron 3 millones de puestos de trabajo, Petrobras y las empresas constructoras fueron las más golpeadas y el índice Ibovespa de la Bolsa de San Pablo cayó desde 61.382 puntos en agosto de 2014 a 40.382 en enero de 2016. Recién retomó el valor perdido en septiembre de 2016”, señaló.

 

 

 

De acuerdo con el hombre de Mecronomic, “en nuestro mercado accionario venimos de una importante pérdida de valor en dólares en lo que va del año. A partir de eso, los fondos del exterior están shorteando Argentina. Esto se observa claramente en la pérdida de valor de los ADR de empresas argentinas cotizantes en Nueva York.  El aumento del riesgo argentino, que llegó (el martes) a 596 puntos básicos es otro claro indicador”.

 

“Todavía no podemos ver el verdadero alcance del impacto, pero de lo que podemos estar seguros es que el exterior ha tomado una actitud de reserva y deshace posiciones en activos argentinos hasta que el panorama esté más claro”, aseguró.

 

Bonadio parece estar comprando llave en mano la versión de los empresarios que, hasta el momento, decidieron declarar bajo la figura del imputado colaborador: todos dijeron haber sido extorsionados por los gobiernos kirchneristas y sus aportes de dinero en negro no fueron  coimas a cambio de obra pública sino aportes forzados a campañas políticas. El nuevo relato, al parecer validado por el juez, parece prenunciar que los responsables de las compañías involucradas pueden, al final, sacarla realmente barata.

 

El capital financiero, sin embargo, opta más por la brocha gorda que por el pincel. “El mercado no es tan sofisticado como los analistas políticos y lo que le interesa, cuando aparece una investigación de este tipo, es saber hasta dónde llega y a qué empresas va a manchar”, le dijo a este medio un operador de un importante banco extranjero.

 

“Creo que lo que estamos viendo fundamentalmente pasa por ahí y que, al revés de lo que dicen algunos, el miedo es mayor dentro de la Argentina que afuera”, cerró.

 

La economía de Javier Milei
El gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, este viernes 13, lapicera en mano junto al ministro de Economía nacional Toto Caputo.

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