En el marco de la causa por las presuntas coimas en la obra pública, la defensa de Cristina Kirchner volvió a cuestionar los allanamientos ordenados por el juez Claudio Bonadio, denunció la aparición de una "sustancia tóxica" en la ropa que estaba en su departamento de Recoleta y negó la existencia de “bóvedas y documentos ilícitos” en su casa de El Calafate.
Carlos Beraldi, abogado de la ex presidenta, aseguró que las personas que ingresaron a limpiar en el departamento de la calle Uruguay “sintieron mareos, fuerte picazón en la garganta y los ojos y dificultades para respirar” luego de ordenar el vestidor.
Por tal motivo, los empleados concurrieron a la guardia del Hospital de Clínicas, donde “se constató que las dolencias padecidas tienen como origen un tóxico de contacto”. “Por esa razón mi representada decidió no regresar a ese departamento hasta tanto no se tenga una certera evaluación sobre el lugar y las cosas que fueron objeto de manipulación durante el allanamiento”, señala el letrado a través de un escrito.
Voceros de Cristina Kirchner difundieron un certificado que indica que uno de sus empleados se vio afectado por un "tóxico de contacto", lo que según señaló la defensa de la exmandataria ocurrió en su departamento de Recoleta, tras el allanamiento.
En el certificado emitido el sábado pasado, se informa que la persona atendida concurrió a ser atendida con "síntomas de irritación en piel y mucosas". El facultativo que firmó el certificado se refirió a la probable exposición a un "tóxico de contacto".
Beraldi también se quejó de que el allanamiento en la propiedad de El Calafate “fue extendido en el tiempo de manera ilegal y deliberada con el inequívoco propósito de seguir generando estrépito y material para las tapas de diario del fin de semana”.
A través de un escrito publicado en las redes sociales de la ex mandataria, el letrado desmintió la existencia de “bóvedas y documentos ilícitos” en los domicilios de Cristina Kirchner. “Se filtró a la prensa, como es costumbre, datos absolutamente falsos: en ninguno de los domicilios hay bóvedas ni documentos u objetos que puedan tener una procedencia ilícita”, aclara el texto.
Beraldi denunció que en El Calafate “no se está preservando la cadena de custodia de las cosas que están siendo requisadas durante el allanamiento”. En este sentido, señaló que “el procedimiento comienza y termina cuando se le ocurre al juez”.
“Concretamente: durante toda la noche no sabemos quién entra o sale de la casa y, mucho menos, si se planta cualquier tipo de prueba falsa”, indicó.